Uno de los temas clave dentro de las precandidaturas es la implementación del Acuerdo Final de Paz, firmado hace cinco años entre el Estado colombiano y la extinta guerrilla de las Farc y dentro de esa discusión, está el enfoque de género y los bajos niveles de reconocimiento que ha tenido, de acuerdo con varios informes realizados por GPaz, organización que reúne varios colectivos y corporaciones encargadas de realizar un seguimiento a lo acordado en La Habana.
En diálogo con Infobae Colombia, Beatriz Quintero habla sobre las impresiones que deja el reciente encuentro al que asistieron Camilo Romero, Alejandro Gaviria, Rodrigo Lara, Jennifer Pedraza -en representación de Jorge Robledo-, Sergio Fajardo, a través de una de sus voceras, y Aydée Lizarazo, del Partido Mira.
Infobae Colombia: ¿Cómo ha sido el trabajo en beneficio de la plena implementación del Acuerdo?
Beatriz Quintero (B.Q.): Nosotras estamos trabajando en esto desde la primera firma del Acuerdo de Paz, y nos juntamos con otras organizaciones como la Corporación Dejusticia, Women’s Link Worldwide y la Red Nacional de Mujeres, entre otras, y lo hicimos para defender la implementación del enfoque de género del acuerdo.
El objetivo es no dejar que se quitara el enfoque de género del acuerdo, y segundo, hacerle un seguimiento a esa implementación. Para eso, hicimos una evaluación del documento y sacamos un primer informe con 122 medidas que tienen enfoque de género. Algunas de esas se cumplieron y quedaron 109 que se debían cumplir este año.
¿Se han hecho tres informes sobre este tema, qué han encontrado?
B.Q: Encontramos que hay un desarrollo muy bajito, tanto del acuerdo en general, como del enfoque de género, entonces por esa razón, y teniendo en cuenta que habrá un cambio de gobierno, decidimos hacer un material pedagógico para que los precandidatos conozcan esas recomendaciones, las analicen y las ubiquen en sus programas.
Dentro de esas recomendaciones exponemos que hay que inyectarles presupuesto a todas las medidas; no solamente debe haber voluntad política, esta se debe mostrar con recursos y que tengan indicadores claros. Por ejemplo, en el desarrollo rural integral encontramos que solo un 3 % de la tierra repartida ha sido para mujeres; debería ser un 50 %; debería ser más porque hay una deuda histórica.
Otra recomendación es que haya mayor participación femenina, porque si no hay eso, no se logra saldar esa deuda histórica con las mujeres. Hoy por ejemplo, encontramos que el 20% del Congreso de la República está conformado por mujeres, pero buscamos que haya una mayor participación de ellas; que propongan y tomen decisiones. Y como feminista digo que es muy importante el enfoque de género, pero también el étnico y el de identidad, porque somos mujeres negras, mestizas, afro, con discapacidad, lesbianas, trans, y todo eso hay que tenerlo en cuenta.
Con respecto a lo mencionado por cada precandidato, ¿Sí ve una verdadera voluntad política de implementar plenamente el enfoque de género?
B.Q: Yo veo un pequeño salto, pero quiero ver uno más grande cuando sean candidatos. Yo creo que varios de ellos se acoplaron a la idea que tenemos nosotras, de que la paz y la democracia son posibles si están comprometidas con la igualdad, la libertad y la no discriminación, y varios precandidatos replicaron este mensaje y esto es muy importante para nosotras, porque vamos horadando en ese pensamiento patriarcal y masculino donde ven todo plano y no ven esa deuda histórica con las mujeres, y como lo dije en mi intervención, esto se trata de una conversación entre iguales; ellos son candidatos y nosotras no estamos pidiendo favores.
Asistió Camilo Romero en representación del Pacto Histórico pero no Francia Márquez, ¿Eso no es un hecho diciente para ustedes?
B.Q: Insistimos mucho con ella, al final no pudo asistir, no sabemos por qué; pero en general, tenemos en este momento un déficit de participación femenina en las precandidaturas, pero los que tienen más posibilidad son los hombres, no nos vamos a decir mentiras. Entonces, eso muestra el déficit democrático que tenemos en Colombia, y eso implica no solamente el esfuerzo de las mujeres para participar, sino también el de los hombres y los partidos políticos, porque ellos no pueden salir a decir ‘es que tenemos dificultades para encontrar mujeres’, este trabajo de que ellas se involucren en la política es a largo plazo.
El problema de la no participación de las mujeres es mucho más complicado de lo que se ve, y a mí me preocupa que estamos viendo que no tenemos ninguna posibilidad en la Presidencia de la República y creo que tampoco en la Vicepresidencia; habría que esperar, pero hasta ahora, veo lejano eso sabiendo que estamos en el siglo XXI con un compromiso de que en 2030 haya paridad, o sea, que el panorama está lejano.
El futuro no es de las mujeres, es de todas y todos, pero si no logramos que hagamos parte de ese futuro, vamos a tener uno inviable.
¿La falta de una implementación óptima del enfoque de género podría ser por la ausencia de articulación entre el Estado y los actores civiles?
B.Q: Al contrario, yo creo que la sociedad civil ha sido muy generosa. Cuando uno va, por ejemplo, en los municipios PDET, donde hay muchos esfuerzos en la implementación, se han realizado movilizaciones para construir planes de desarrollo.
Otro fenómeno visto fue que en las primeras reuniones veredales había más mujeres, alrededor de un 40 %; pero en las municipales, este número se reducía, y a nivel departamental, aún más, y regional ni se diga. Esto se debió a muchas razones, entre ellas, porque las mujeres de las veredas decían, ‘no me puedo ir y dejar a mis hijos, ¿quién les da comida?’ En cambio los hombres son más libres en ese sentido; entonces hay que trabajar en todo eso.
Ahora, yo sí creo que en el último periodo sí se ha desacelerado el esfuerzo del gobierno para la implementación; no de palabra, porque ellos dicen que están cumpliendo; pero cuando evaluamos, encontramos que sí hay desaceleración.
También creo que hay que convencerse de que el Acuerdo Final de Paz no es solamente para los excombatientes, sino que trae posibilidades reales a la sociedad, a los pueblos y a la gente que ha estado abandonada, que el conflicto los arrinconó. Así que la paz es un bien que debemos tener todas y todos los colombianos.
Finalmente, viendo la baraja de precandidatos, ¿podría deducirse cómo va a ser el escenario social y político de 2022, teniendo en cuenta varios temas en los que están involucradas las mujeres, no solo en la implementación del enfoque de género sino en otros como la despenalización del aborto?
B.Q: Yo todavía confío en que todos los hombres no son horribles [risas], pues porque si es así, apague y vámonos. A pesar de que estamos seguros de que el próximo presidente va a ser hombre, creo que nosotras hemos hecho un trabajo muy importante y una fisura en este pensamiento masculino y hemos logrado también que la opinión pública esté convencida de la igualdad y la libertad, y ha entendido que, sin las mujeres, la democracia no va.
Yo creo que ante eso que usted dice, muchos de estos precandidatos y la sociedad colombiana están convencidos de que hay que sacar el delito de aborto del Código Penal, porque se trata de justicia. No tiene sentido que un delito se aplique solo a las mujeres. Porque además, cuando encontramos gente antiderechos que habla en contra de este tema, yo les digo: no es obligación abortar, es una decisión; y nosotras como feministas apoyamos a la mujer que quiere continuar su embarazo, pero también apoyamos a las que quieren interrumpirlo y que Estado les garantice este derecho. La sociedad está entendiendo eso y espero que muchos hombres hagan lo mismo.
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