La falta de depredadores y la ausencia de fuertes sequías hizo que los cuatro hipopótamos que llegaron a Colombia provenientes del continente africano, en la década de los 80, sean actualmente considerados una población invasora y peligrosa, tema que para expertos en medioambiente ha sido un dolor de cabeza, pues a inicios del 2021 se dio una polémica tras la posibilidad de tener que ejecutar algunos de ellos como medida para controlar su reproducción.
En entrevista con CNN, la veterinaria Gina Paola Serna explicó que en la lucha por controlar la población de hipopótamos, que están en un ambiente nada hostil para ellos, ha sido una tarea larga, pero que inició hace unos días con la inyección de un químico para esterilizarlos y así evitar pensar en su ejecución.
“Entonces, en un proyecto que va a durar aproximadamente entre dos a tres años, deseamos esterilizar aproximadamente el 100% de la población de hipopótamos qué se encuentran en este lago”, indicó Serna al medio internacional.
La decisión de tomar cartas en el asunto de controlar la población de hipopótamos se dio porque en los últimos años, lugareños de la zona empezaron a verlos llegar a zonas rurales, además, se extendieron a zonas donde se realizan actividades de pesca, lo que ha dado casos de ataque de los animales a personas.
Esta tarea de esterilización fue emprendida por Cornare (Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare) que en octubre inició un programa piloto de esterilización con el fin de disminuir el impacto de los hipopótamos en esta zona del país.
De acuerdo con lo informado por la National Geographic, de no hacer alguna tarea para evitar que esta población aumente descontroladamente, en los próximos 15 años Colombia podría llegar a tener cerca de 1.400 ejemplares.
Es por ello que, se les empezó aplicar un medicamento veterinario conocido como GonaCon, el cual resultó siendo adquirido luego de diálogos con la Agencia de Salud Animal, una dependencia del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Solo ellos lo producen y sabemos que su implementación está en estudio para especies silvestres de megafauna”, indicó al diario El Colombiano, David Echeverry, biólogo de Cornare.
De acuerdo con un informe del Servicio de Vida Salvaje de EE.UU., el GonaCon es una vacuna anticonceptiva que estimula la generación de anticuerpos que inhiben las hormonas GnRH (gonadotropinas), responsables de la producción de las hormonas sexuales.
Según el último reporte de la National Geographic, 24 hipopótamos fueron esterilizados vía química con dicha vacuna.
Posibles impactos medioambientales de los hipopótamos en Colombia.
Los hipopótamos, son considerados los ingenieros que transforman el paisaje que merodean, por ello les llaman los bioingenieros, pues según David Echeverri López, coordinador del área de bosques en la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), ellos “por ser tan grandes y al andar en manadas pueden incluso desviar los cauces de los ríos. De esto se tienen evidencia en África”, tema que preocupa a los medioambientalistas en el país.
De acuerdo con un reporte de la agencia Reuters, se estima que son alrededor de 90 los hipopótamos que circulan libremente por la zona, quienes son hijos de los que trajo el narcotraficante Pablo Escobar, que venían acompañados de gacelas, camellos y elefantes entre otras especies exóticas para su zoológico privado en la Hacienda Nápoles.
De acuerdo con la National Geographic, este es el inicio de un experimento que posiblemente no resolverá en definitiva el problema, pero con el que las autoridades esperan tener una parte de la solución. A diferencia de la intervención quirúrgica, la esterilización química es un procedimiento más barato y menos invasivo, probado en ciervos y caballos salvajes en los Estados Unidos.
Por otro lado, Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad EAN, ha señalado que tiene conocimiento de varias denuncias en redes sociales sobre la venta de crías de hipopótamos por habitantes de Doradal y Puerto Triunfo.
“Han llevado varios hipopótamos a fincas privadas. Se los compran a los habitantes de Doradal pequeños, por precios entre los 5 y 10 millones de pesos. Allí los crían como mascotas. Esto me lo han escrito por medio de otras redes”, tema que preocupa a la autoridades, que temen empezar a ver esta especia en otros puntos de Colombia.
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