Este miércoles 24 de agosto, en el acto conmemorativo de los cinco años del acuerdo de paz, se vivieron diversos hitos en la historia de Colombia: primero, el firmante de esos tratados con las FARC, el expresidente Juan Manuel Santos se dio un apretón de manos con el actual jefe de Estado, Iván Duque; acto icónico luego de varios enfrentamientos entre ellos, precisamente por la implementación del acuerdo.
Una vez el también Nóbel de Paz dio su discurso, aseguró que el mandatario de los colombianos estaría apoyando un diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y destacó sus labores en pro del acuerdo de paz con las FARC.
“Tengo entendido que el presidente también está explorando caminos para reanudar conversaciones de paz con el Eln, eso nos llena de esperanza. En ese esfuerzo encontrará todo nuestro apoyo y estoy seguro, el de Naciones Unidas y de la comunidad internacional”, manifestó Santos.
Además, el exmandatario destacó que su sucesor se montó al “tren de la paz”. “Tengo que reconocer que, gracias a Dios, el presidente Duque se montó en el tren de la paz, como hemos visto con mucha satisfacción últimamente”, declaró Santos.
Y añadió en su declaración: “La paz no es de nadie en particular, sino de todos los colombianos y del mundo entero y por ella debemos trabajar juntos hasta el fin de nuestros días”.
Antes de esas declaraciones, el evento que fue organizado por la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), liderada por Eduardo Cifuentes, estuvo marcado por el apretón de manos que Duque y Santos se dieron en lo que, de acuerdo con expertos, es un evidente acto de reconciliación tras los enfrentamientos que ambos han protagonizado; como cuando el actual presidente arremetió contra el acuerdo en la ONU y su antecesor dijo que había “hecho el oso”.
Cabe recordar que al evento también asistió el secretario de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que destacó el acuerdo e instó al Gobierno nacional para que su implementación se siga a dando a como dé lugar.
“Aprecio la oportunidad de escuchar a miembros de las comunidades, a autoridades indígenas y gubernamentales. Ellos saben mejor que nadie que la paz no viene de un día al otro. Cuesta trabajo construirla, cuidarla y sostenerla”, expresó el secretario Guterres.
Otro que también reaccionó fue el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, quien destacó la importancia del acuerdo y criticó la labor del ejecutivo en las labores en beneficio de la paz: “Hay una masacre, llega la Fuerza Pública, la gente que cometió la masacre se va del territorio, la Fuerza Pública dice que ya está controlado, le agradece a la población la colaboración y se van. Y cuando se van los criminales vuelven, toman represalias y el problema continúa, se agrava. El indicador nuevo debería ser cuánto control territorial hemos logrado en forma efectiva y permanente”, destacó.
Por su parte, Rodrigo Londoño, jefe del partido Comunes y exjefe guerillero saludó al presidente Duque e insistió en que él y sus copartidarios seguirán trabajando para lograr la paz en Colombia y honrar lo firmado en La Habana, Cuba:
“Insistimos en pedir perdón a las víctimas por nuestras acciones durante el conflicto. La comprensión de ese dolor crece a diario en nosotros y nos llena de aflicción y vergüenza”, afirmó Londoño.
Ahora, el primer mandatario hace un balance de lo sucedido en sus más de tres años de Gobierno con el acuerdo de paz. “Quiero hacer referencia a las cosas que nos duelen los asesinatos de cualquier ciudadano, nos duelen los asesinatos de excombatientes y líderes sociales”, dijo Duque.
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