El ministro de Defensa, Diego Molano Aponte, se refirió en la tarde de este martes a las informaciones que indican que el Departamento de Estado de los Estados Unidos retirará a las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) de su lista de organizaciones terroristas internacionales. Según el funcionario, se trata de un paso lógico.
Según manifestó durante un breve intercambio con varios medios de comunicación, “eso es una decisión obvia y normal. Está claro que las Farc pasaron, en el caso del acuerdo de paz, a ser un partido político y por supuesto no puede ser una organización terrorista”.
De esta manera, se entiende que el gobierno de Iván Duque acepta y comparte la decisión tomada por el gobierno de Joe Biden. Valga recordar que, la misma tiene el objetivo de conmemorar los cinco años de la firma del Acuerdo Final de Paz y darle un importante respaldo a dicho tratado, que recientemente ha sido puesto en entredicho por la falta de avance en términos de implementación.
En paralelo, el jefe de la cartera de seguridad hizo una salvedad importante: “lo que si está claro es que hay unas disidencias de las Farc que siguen actuando como grupo terrorista y sobre la cual seguiremos como Fuerzas Militares con toda la contundencia para desmantelarlos”.
Precisamente, el estatus de las disidencias es una de las dudas que permanece con respecto a la decisión del Departamento de Estado norteamericano. Después de todo, el reporte sobre la salida de las Farc vino de una filtración publicada por el Wall Street Journal, que cita fuentes directas y anónimas, más no de parte de esa dependencia, que todavía tiene que confirmar los detalles detrás de ese gesto.
Con la información que se tiene actualmente, las opciones son dos: o la administración Biden saca de tajo a las Farc y todos sus relacionados, o decide considerar que el accionar de las disidencias de esa guerrilla amenazan la seguridad de los habitantes de Estados Unidos en términos de defensa, economía o relaciones exteriores, y les abre un nuevo capítulo aparte dentro del listado en el que también se encuentra el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Según recuerda el Departamento de Estado en su sitio web, una vez entran en esa categoría se hace ilegal que los habitantes de ese país les presten apoyo de cualquier tipo y se alienta a que otros países hagan lo mismo, estigmatizando a la organización a nivel internacional.
“Las designaciones de la Oficina de Contraterrorismo juegan un papel crítico en nuestra lucha contra el terrorismo y son un medio eficaz para reducir el apoyo a las actividades terroristas y presionar a los grupos para que salgan del negocio del terrorismo”, indica esa dependencia del Gobierno estadounidense.
Sea como sea, la posición del Gobierno colombiano está clara. Como reiteró Molano, “el hecho hoy más importante es que son las disidencias de las Farc las que son la organización terrorista y contra ellas desarrollaremos toda la capacidad de nuestra fuerza pública”.
No sobra destacar que, de acuerdo con el Wall Street Journal, “al hacer eso, Estados Unidos reconoce los pasos que tomaron los rebeldes para transformar su grupo en un partido político, ahora llamado Partido Comunes, dijeron las autoridades. El levantamiento de la designación también envía un mensaje a otros grupos armados de la lista, ya sea en Colombia o en otros países, de que ellos también pueden ser eliminados de la lista si abandonan la violencia”.
Igualmente, Noticias Caracol informó que la salida de las Farc de esa lista, en la que están desde 1997, le permite al gobierno Biden destinar más recursos a diferentes programas que se enmarcan dentro de la implementación del Acuerdo Final de Paz, como la sustitución de cultivos y la eliminación de minas antipersona.
SEGUIR LEYENDO: