‘El padrino de la champeta’ o ‘El padre de la champeta criolla’, así se le conocía a Abelardo Carbonó, uno de los precursores de estos sonidos caribeños a Colombia. El barranquillero murió este lunes 22, a la edad de 73 años y por cuenta de varias secuelas que le dejó el contagio por covid-19.
El pasado 13 de noviembre estuvo de cumpleaños y lo pasó en medio de cuidados médicos, pues desde marzo permaneció conectado a balas de oxígeno que le permitían respirar mejor. De acuerdo con su hija, Carolina Carbonó Muñoz, el músico padeció de una fibrosis pulmonar por cuenta del virus; así lo dio a conocer al periódico regional El Heraldo.
Durante gran parte de su vida, Carbonó estuvo empecinado en visibilizar y fusionar aquellos ritmos que derivan en lo que actualmente se conoce como champeta criolla. En su infancia dio sus primeros pinitos en la música tocando la guitarra en el municipio de Ciénaga -Magdalena- pero en 1959 él y su familia se mudaron a Barranquilla y tiempo después ingresó a la Policía, pues eran muy pocas las oportunidades laborales que había en ese entonces y más, en aquella ciudad.
Llevaba cerca de 20 años de servicio como cadete en la fuerza pública, cuando decidió juntar lo que después sería la ‘champeta criolla’, que es la base para la fusión de otros sonidos que se mantienen gracias a agrupaciones como Bomba Estéreo y Systema Solar, entre otras.
1. Carolina: Corría 1982 cuando él y su conjunto lanzaron esta canción bajo el sello de Felito Records. Este tema fue dedicado a su hija, quien lleva este mismo nombre, y así lo confirman sus versos, donde destacan la belleza de “mi niña, sus cabellos y esa voz tan melodiosa cuando me dice papito”.
2. Baile del indio: Año 1994 . Discos Machuca lanza este sencillo que acentúa el afilado sonido de la guitarra y otros ritmos africanos, así como su voz grave que no canta pero sí pregona, al menos en esta canción.
3. Muévela: Carbonó trató de mantener en la mayoría de su obra los ritmos provenientes de África. Así lo hizo en este sencillo que relata la vida ajetreada de Katherine, una mujer que “no hace oficio ni cocina, y en las noches bailarina”. Este tema fue lanzado también en 1982, cuando su carrera estaba en pleno ascenso.
4. A otro perro con ese hueso: Su intro con el solo de guitarra marcó la pauta no solo en este sencillo sino en toda su obra. Y aunque fue lanzado en 1980, se convirtió en la base de lo que el ‘Grupo D’Abelard’ hizo hasta mitad de los años 90.
5. Si, si, si: Finalmente, al escuchar esta canción, se vienen a la mente otros grupos muy famosos que decidieron basarse en este tipo de ritmos, como Buena Vista Social Club; pero curiosamente, esta canción, que no tiene ritmos vallenatos, podría incluirse dentro de este legado, pues contó con la colaboración de Juancho Polo Valencia, uno de los compositores más importantes de la música de acordeón en las épocas cuando solo se usaba la guitarra, la caja y la guacharaca para interpretar este tipo de música.
Durante cuatro décadas, el trabajo de Abelado Carbonó ha servido de inspiración para decenas de artistas colombianos y fue motivo de baile y celebración para cientos de seguidores que lamentan su partida.
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