“Cargo con la culpa de no saber que pasó con ella”: Carla Giraldo habla de la niña con la que se voló del Bienestar Familiar

La actriz fue adoptada cuando tenía tan solo unas horas de nacida. En su adolescencia, no tuvo un hogar fijo, por lo que estuvo entre hogares de paso y la calle. Habló de la crianza de sus hijos, y de lo mucho que le dolerá cuando deba dejarlos ir

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La actriz fue adoptada cuando
La actriz fue adoptada cuando tenía tan solo unas horas de nacida. En su adolescencia, no tuvo un hogar fijo, por lo que estuvo entre hogares de paso y la calle. Habló de la crianza de sus hijos, y de lo mucho que le dolerá cuando deba dejarlos ir

En el primer capítulo de ‘Metido en tu cocina’, el nuevo programa del Canal RCN, presentado por el chef Christopher Carpentier y el comediante Frank Martínez, Carla Giraldo, la primera invitada del formato, habló de su niñez y de la crianza de sus hijos, Adrián y Damián Fonnegra. En una conversación con el cocinero chileno, la actriz, recordada por su papel de Lolita, habló de los momentos difíciles que pasó cuando vivió en la calle y con la ayuda de la amabilidad de la gente. Carla reveló que en medio de sus ‘locuras’ se escapó del Bienestar Familiar con una niña a la que no volvió a ver.

Tenía cuatro o cinco horas de nacida. Mi mamá (adoptiva) no podía tener hijos y la única solución era adoptar. Mi tía (hermana de su mamá adoptiva) es monja y trabajaba en un convento en Medellín. Ella conoció una niña que tenía entre 17 y 18 años que estaba esperando un bebé. Mi mamá decidió hacer todo el papeleo y obtuvieron mi custodia”, comentó en un diálogo en el programa del Canal RCN ‘Yo José Gabriel’.

Carla, tal y como lo reveló en alguna ocasión para el programa de entrevista ‘Yo, José Gabriel’, fue adoptada por una nueva familia a tan solo horas de nacer, luego de que su madre biológica decidiera que no podía hacerse cargo de ella. Desde allí, y por la convivencia negativa que tuvo con sus padres adoptivos, Giraldo se fue de su casa siendo tan solo una adolescente, sin dinero, y sin hogar.

Luego de tres meses de estar viviendo en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, los encargados del lugar le preguntaron a los jóvenes que se encontraban viviendo allí que si alguno de ellos quería ir a Bogotá a comprar unas cosas, a lo que Carla, pensando en no volver, alzó la mano y se ofreció para hacer ese favor. Bajo la condición de irse acompañada, Carla se fue con una niña en un bus con destino a Bogotá.

“Yo escogí a una niña, y todavía me arrepiento muchísimo, porque no sé que sea de su vida. Nos subimos en un bus, recuerdo que la dejé en las Américas con 68, al lado del canal (RCN), y le dije ‘corra, porque yo me voy por mi lado”, le contó la ganadora de MasterChef a Carpentier a quien, momentos después, le aclaró que, por aquellos días, ella tenía 15 años de edad, y la otra chica un poco menos.

Luego de separarse de la niña, Carla llegó a la Fundación la Luz, en donde pidió ayuda, luego de manifestar que nunca se sintió cómoda viviendo en el ICBF. “Me volé, esa ha sido la locura más grande, porque estaba metida una persona que no tenía culpa de nada. Realmente no sé que pasó. Contrario de lo que piensa la gente, a mi no me gusta llevarme a nadie por delante, no me gusta pasar por encima de nadie, y que nadie tenga mis culpas. Yo me hago cargo de lo mío. Cargo con la culpa de no saber que pasó con ella”.

A los 16, Carla logró que la emanciparan, es decir, se convirtió en mayor de edad teniendo 16 años, por lo que el dinero que había ganado como actriz ya le pertenecía a ella y no a sus padres. “Ya podía volver a trabajar, eso era maravilloso”, reveló Carla que, además, contó que por aquellos días grabó ‘Enigmas del más allá'.

Nostálgica, Carla Giraldo no pudo responder ante la pregunta de Carpentier respecto a qué pasaría si alguno de sus hijos decidiera cometer una locura de ese tipo, de irse de casa, o de pedir emanciparse en su adolescencia. La actriz le comentó que, aunque ha criado a sus hijos para ser libres, para que viajen mucho, y sean autónomos, no sabe cómo reaccionará cuando llegue el momento de dejarlos ir. “No me hagas pensar en eso, Carpentier”, dijo Carla, entre risas y a punto de llorar. “No, me muero, yo haría lo que sea para que no se fueran de mi lado. Quiero que viajen, que vivan otra vida, y que se vayan chicos a otro país, aprendan idiomas (...) pero si llega a pasar, lloraré mi vida entera”.

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