Un equipo de uniformados de la Policía Nacional que presuntamente harían parte de una red de tráfico de cocaína hacia Centroamérica y Europa fueron detenidos en distintos puntos del país, informó la Fiscalía General de la Nación.
Los denominados “narcopolicías” contaban de su lado con un instructor de canino que había adiestrado a su animal asignado para no reconocer el alcaloide ni emitir alertas cuando estuviese frente a los contenedores en donde se encontraban las sustancias.
De acuerdo con la información entregada por la Fiscalía, las capturas se produjeron en operaciones simultáneas en el municipio de Puerto Giraldo, departamento del Atlántico; Cúcuta, capital de Norte de Santander, y Girardot, en Cundinamarca.
El modus operandi de los uniformados consistía en “el ocultamiento de cocaína entre contenedores que salían con mercancía desde el puerto de Santa Marta hacia Guatemala, México, Bélgica y España”, así como labores de contacto con trabajadores del puerto para proteger los cargamentos.
Por estos hechos fueron detenidos el intendente Luis Fernando Ramírez Algarra, y los patrulleros John Jairo Suárez Rueda, Óscar Javier Romero, y Jesús Armando Bermeo, quien también ejercía como instructor de caninos.
Cada uno de ellos con una función definida al interior de su organización. En el caso del intendente Ramírez Algarra, se le responsabiliza de contactar y convencer a trabajadores del puerto de Santa Marta para que permitieran el ingreso de la cocaína.
La Fiscalía aseguró contar con indicios de que presuntamente recibía y repartía los dineros que la red narcotraficante entregaba a los policías y a otros involucrados en la operación.
De otra parte, los patrulleros Suárez Rueda y Romero se les sindica de permitir la entrada de narcotraficantes al puerto para esconder las drogas ilícitas en los contenedores.
Y Bermeo Medina, para la Fiscalía fue quien “al parecer, alteró el entrenamiento de su canino para que no hiciera la señal de alerta cuando detectaba la presencia de sustancias ilícitas en los contenedores”.
El ente investigador destacó como resultado del trabajo en conjunto con la Policía Nacional la incautación de nueve toneladas de cocaína en Colombia y cinco toneladas en otros países en operaciones coordinadas con Interpol.
Así mismo, luego de ser presentados ante juez de garantías por parte de un fiscal de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico les fueron imputados a los uniformados cargos por los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado, los cuales no fueron aceptados por los procesados, que fueron remitidos a una cárcel de Santa Marta a la espera de ser trasladados a Bogotá.
Menos coca, más cocaína: balance parcial de la ONU sobre la coca en Colombia
De acuerdo con el último reporte anual de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), presentado en junio anterior: en 2020 los cultivos de hoja de coca se redujeron 7%; en 2019 bajaron un 9% y en 2018, un 2,1%.
Esta cifra fue aplaudida por el presidente Iván Duque quien la atribuyó al éxito de la llamada erradicación voluntaria o forzada de cultivos: “Las reducciones de los últimos dos años han sido las más altas en prácticamente 6 o 7 años”.
Sin embargo, el reporte de la Unodc estableció un balance que desarmó el optimismo oficial con respecto a la lucha contra las drogas en Colombia: con menos coca se produce más cocaína que antes, dado que, por cada tonelada de hoja de coca, hoy se extraen 2,14 kilos de pasta base de cocaína.
Como comparativo basta señalar que, en 2016, de acuerdo el reporte, por cada tonelada se extraían 1,87 kilos.
Para la Unodc en 2020 se produjeron 1.010 toneladas métricas de cocaína pura, comparado con las 936 toneladas de 2019 muestra un preocupante aumento del 8% en Colombia.
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