La Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD) de Bogotá concedió el Premio Vida y Obra 2021 al escritor colombiano Juan Manuel Roca (Medellín, 1946) por su contribución en la escritura mediante una forma fresca, reflexiva y sin excesos que han sido referentes para diferentes generaciones poéticas actuales.
Con más de sesenta títulos publicados entre libros, antologías y traducciones a sus textos en los cuales se destacan Luna de ciegos (1976), Biblia de pobres (2009), Los cinco entierros de Pessoa (2001), Pasaporte del apátrida (2012), El beso de la Gioconda (2015). Su obra ha sido traducida a más de diez idiomas, entre otros al árabe, alemán, francés, italiano, sueco e inglés. Este año la editorial Lumen publicó un libro que reúne una antología temática con los mejores poemas de Roca. Escritos desde 1973 hasta la actualidad,
“Este es el premio más importante que entrega la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte con un recurso de $50.000.000 millones para reconocer y exaltar la trayectoria en el campo artístico y cultural de personas como el poeta Juan Manuel Roca que han aportado a Bogotá, y al país, a través de la literatura”, dijo Nicolás Montero Domínguez, Secretario de Cultura, Recreación y Deporte.
A lo largo de su trayectoria, Roca ha recibido importantes premios, entre los que se destacan el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, el Premio Casa de América de Poesía Americana (España), el Premio José Lezama Lima Casa de las Américas (Cuba) y el Premio Poetas del Mundo Latino (México).
“Me honra mucho recibir este premio sobre todo después de vivir circunstancias tan duras como las que atravesamos los artistas durante la pandemia, fueron momentos de incertidumbre para el sector cultural. Sin embargo, ver que otros también reconocen mi obra como bella e importante y valoran el oficio permanente, la dedicación y esfuerzo que conlleva es muy grato. Realmente es como un nuevo aire para seguir reflexionando desde la literatura sobre muchas cosas”, afirmó el poeta Juan Manuel Roca.
Canción del que fabrica los espejos
Fabrico espejos:
al horror agrego más horror,
más belleza a la belleza.
Llevo por la calle
la luna de azogue:
el cielo se refleja en el espejo
y los tejados bailan
como un cuadro de Chagall.
Cuando el espejo entre en otra casa
borrará los rostros conocidos,
pues los espejos no narran su pasado,
no delatan antiguos moradores.
Algunos construyen cárceles,
barrotes para jaulas.
Yo fabrico espejos:
al horror agrego más horror,
más belleza a la belleza.´
Oyendo a Louis Armstrong
Oímos una voz
ronca y latigada
y sentimos
un paisaje de otros días
anidando en nuestro cuarto:
los cantantes de blues
viajan en trenes
que tiznan la pradera.
En algún furgón
va un racimo de voces.
Esas voces que vieron
linchamientos en el Sur
y emboscadas en el delta,
nos asaltan
en la penumbra del bar,
en la alta noche.
Que tantas cosas
habiten una voz:
trenes. humo.
una canción que barre el viento
y una mujer
que espera a nadie
en los andenes,
es un milagro.
Que tantos sueños evoque:
una escenografía
de años turbulentos
con guaridas
de tahúres y rufianes,
el sonoro funeral
de un trompetista,
una esquina de Harlem
tocada de luna
o el callejón
donde los muchachos
bailan al son de los tranvías,
es un acto de fe.
En un recodo del cuarto
gira la luna negra del disco
y oscuras alas
abanican los rincones.
Aprendiz de cazador
Ella es bruja.
Vuela en el aire de la alcoba
como si su capa barriera mi memoria.
Yo, aprendiz de cazador,
para atraparla interrogo al fabulista,
al peregrino de los bosques.
Ella esquiva mis intentos,
vuela en círculos de niebla
sobre mi cabeza atribulada.
A veces creo que llega hasta mi mesa
como arisco animal
que abreva en un estanque,
y cuando intento descifrar su silabario
se desvanece en el aire de la alcoba.
Ella evita mis eternas acechanzas,
mis trampas y señuelos.
Así, escurridiza y evasiva es la palabra.
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