En medio de la pandemia, en Colombia se vivieron todo tipo de emociones y momentos que invitaron a reflexionar a los artistas nacionales, en medio de un cierre total del sector del entretenimiento y cultural, sobre su papel en medio de las conversaciones. Por su parte, la banda bogotana Los Petit Fellas acompañó esos momentos con su música y letras en tres lanzamientos de 7 canciones, cada uno, en medio del último año, presentando así a la ‘República Independiente del F*cking Goce’.
Nicolai Fella, voz del quinteto, habló con Infobae Colombia sobre el proceso creativo de presentar todo un nuevo disco en tres y con cada entrega innovar con un producto añadido que le aportara al discurso que tiene la banda, productos exclusivos para coleccionistas y fanáticos.
Cuando habla del grupo, que se formó en 2006, el cantante destaca que “somos una banda independiente de Bogotá y adoramos el groove y el sonido negro. Maduramos el hip-hop, el funk, el jazz y el rock como lenguaje, en realidad nos gusta hacer lo que nos mueva. Somos un colectivo que pelea a toda costa su libertad o al menos por ese hilito de libertad que existe en el arte”.
Y agrega que “algunos dicen que somos demasiado hip-hop para el rock n roll; otros que somos demasiado rock n roll para el jazz, otros que demasiado jazz para el hip-hop y dentro de todo somos gente siendo feliz haciendo canciones”.
La independencia, a pesar de significar mucho más esfuerzo para los artistas en la escena musical, es lo que ha llevado a Los Petit Fellas ha plantear todo un discurso en cuanto a su ‘lugar’, ese que han construido con sus canciones y en el que acogen a quienes se identifican con ellos.
“Si van a decir algo de este lugar es que nos hemos mantenido en nuestra ley, hemos tratado de respetar la forma y el fondo y sí es cierto que no es sencillo, porque el mundo funciona en otros géneros, la radio pone otras cosas, la televisión muestra otras cosas ... pero es que hay otras formas y hay otras ideas en los suburbios, en los guetos, en los barrios y hay otros pensamientos que generan música un poco salida de tono y de la conversación banalizada”.
¿Cómo se vio afectada esa independencia cuando llega una pandemia que nos encierra a todos?
A la pandemia la llamamos ‘la locura’. Y esa locura data de una sensación escandalosa frente a qué iba a suceder con nosotros, cuánto va a durar esto y si vamos a poder mantener el lugar vivo; porque no había tocadas y en las tocadas es donde está un poco el dinero. Entonces aparecen unas nuevas necesidades y unas obligaciones y, dentro de esas obligaciones, un montón de ideas en las que la banda empieza a proponer una conversación con su público para alimentar esa distancia que teníamos impuesta por la enfermedad.
Pero la banda estaba ahí, pidiéndole a la gente que no nos olvide. Lo que hicimos fue trabajar como unos locos, puedo decir que metafóricamente abrimos museos, hicimos cajas de cereales, juegos de mesa, revistas, planos secuencia, ropa; vendimos ideas y nos mantuvimos haciendo canciones en nuestra ley. Mantuvimos el colectivo vivo, el lugar firme y ahí seguimos ya con algunas presentaciones pendientes.
¿Cómo nace esa idea de hacer tres lanzamientos de 7 canciones y lanzar una caja de cereal, ropa y, por último, un juego de mesa?
Llega con mucha ilusión, nos acoge con una esperanza diciéndonos que no bajemos la guardia y que sigamos haciendo canciones, porque vale la pena hacerlo. También creo que en la pandemia, en todo caso no estuvimos tanto en la calle, sí estuvimos reflexionando mucho sobre las cosas del mundo, la vida y nuestra fragilidad, entonces salieron muchas canciones, 21 en total. En toda esta pandemia salieron 21 canciones en las que nos fuimos comunicando con nuestro público y presentándole algunas cosas que, al final del viaje, cuando creamos el disco nos dejan orgullosos y con ganas de que ojalá sucedan más cosas este tipo.
“No solo ponen tu música, se ponen tu ropa y adoran el lugar, van por la caja de cereal y el juego de mesa. Eso hace que definitivamente tengamos una conversación muy honesta con la gente, en la que sí es una cosa con la lana, pero no solo es una conversación sobre el dinero” resaltó Nicolai Fella.
Y la gente lo entendió bastante bien, que lo que estábamos intentando proponer era mantener vivo el lugar, y eso iba a necesitar unas ideas particulares que económicamente generarán otro tipo de ganancias para que los cinco, más las cuatro personas que habitan el lugar, pudieran estar haciendo lo que nos gusta. Se genera una conexión con el público muy bonita que, desde el primer momento, capturan la esencia y deciden apostar por la banda y creerle a la banda y entonces proponen desde su economía mantener el lugar.
Los tres lanzamientos llegaron en momentos de muchas emociones, el inicio de la pandemia, el Paro Nacional y el último cuando todo se reactiva
No fue nada planeado, lo cierto es que también hubo un dolor muy profundo en estos últimos meses y es un dolor que no se quita, es un dolor que uno intenta ser fuerte, meterle la ficha a las cosas y seguir manteniendo la vida flote, pero no se quita y sigue estando ahí para hablarnos del mundo y para decirnos qué es lo que pasa. Nosotros nos cuestionamos qué deberíamos decir, qué hay que contar o qué reflexión hay que plantear y haber tomado una posición fue contraproducente porque muchas personas se rayaron con la banda, se saturaron con la información.
En todo caso no podíamos pasar como calladitos y vendiendo cajas de cereal, necesitábamos tomar un lugar y una postura, y lo hicimos desde el dolor. Pero también regresando a la esperanza, el orgullo y al deseo de creer que viene una generación mucho más bondadosa y mucho más consciente del mundo que habita.
“Muchas noches estuvimos en casa escuchando cómo el mundo ardía y no sabíamos qué hacer. Viene la reflexión de quién soy, qué hago y cómo puedo aportar desde lo que hago, aunque al final de cuentas uno sienta que no fue suficiente y que no basta. Quisimos proponer esta conversación sobre defender la vida y recordarnos desde el arte que hay que respetar la vida, cuando nuestro público estaba sintiendo el rigor del abuso teníamos que salir a pedir que se defendiera la vida”, expresó.
¿Qué es o dónde está la República Independiente del F*cking Goce?
Yo creo que es un estado mental. En este mar de ideas en el que habitamos hay un islote postapocalíptico y tercermundista en donde la gente hace arte con su espíritu hinchado independencia, capacidad propia, disciplina y de trabajo. Nunca nos sentamos a esperar que alguien viniera a firmarnos y a decirnos que hiciéramos canciones para las discotecas, siempre teníamos claro que lo que íbamos a hacer requería de mucho trabajo, de convencer a la gente.
La República Independiente son Los Petit Fellas, es una patria para mí, a pesar que las patrias sean inventos. Creo que es mi lugar y mi territorio, ese lugar en el que siento que soy libre y siento que puedo decir y puedo hacer. Es un lugar que se va, transita, muda y es nómada, pero vuelve y aparece donde nosotros estemos y sigamos manteniendo fuerte ese pensamiento de independencia. ‘Yo trabajo independiente si pregunta tu papá', dice una canción del nuevo disco, y es que a nosotros nunca nos gustó andar siguiendo las órdenes y los caprichos del jefe, sobre todo porque el jefe a veces es tirano. Además, es una República sin fuerzas militares.
¿Cómo funciona el juego de mesa de Los Petit Fellas?
Ya teníamos claro el juego de mesa desde antes de todas las otras cajas, pero había que esperar el momento oportuno para poder hacerlo y para poder entender qué era lo que queríamos contar, que este iba a ser un juego de qué. Hicimos una especie de Tío Rico porque las ideas siempre van a esos lugares que son referentes universales, tuvimos traer a un profesional que supiera entender cómo funcionan estas dinámicas. En el juego hablamos de cómo funcionan las cosas acá, de qué es lo que se hace acá, desde ese lugar uno intenta ganarse la vida con las canciones.
Aparece una forma de categorizar las canciones y son los ‘mambos’ que son unas características que, si uno va a la discografía de Los Fellas va a ver cuáles son los mambos y entiende que hay canciones en un estado nostálgico, hay otras más rebeldes e incendiarias, hay otras canciones más profundas y mucho más personales. En el juego empiezas a usar esas canciones para habitar una serie de espacios y tratar de entregarle al mercado lo que necesita con las canciones que tienes.
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