Los patrulleros Johan Alexis Pareja Carrasquilla, de 24 años de edad, y Duver Arley Jaramillo Gallo, de 25 años, quienes hacían parte del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes del Departamento de Policía Chocó, fueron asesinados en un restaurante del municipio de Bahía Solano, Chocó, por hombres que se desplazaron en motocarro hasta el lugar de los acontecimientos.
De acuerdo con reporte provisto por la Policía Nacional, los hechos se presentaron después de las 7:00 p.m., cuando Pareja Carrasquilla y Jaramillo Gallo se encontraban comiendo en un establecimiento comercial ubicado en inmediaciones de la estación de Policía cuando fueron sorprendidos por sus asesinos, quienes abrieron fuego contra ellos y lograron huir.
De inmediato, la Policía estableció un plan candado en la zona para dar con la captura de los responsables, sin que hasta el momento se presenten novedades con respecto a su paradero.
Los investigadores intentan establecer si los autores del hecho serían parte del ‘Clan del Golfo’, grupo armado organizado debilitado tras la reciente captura de su máximo cabecilla Dairo Antonio Úsuga David, alias ‘Otoniel’.
El patrullero Pareja Carrasquilla era oriundo de Valdivia (Antioquia); su compañero, el patrullero Jaramillo Gallo, nació en San Vicente Ferrer (Antioquia). Los dos hacían parte de la Policía Nacional desde hace 3 años y 7 meses.
Una guerra que está desangrando la institución
El balance de policías asesinados en 2021 alcanzó las 47 muertes con corte al 9 de octubre, con el ‘Clan del Golfo’, el Eln, las disidencias de las Farc y la delincuencia común, como los responsables principales de estas muertes.
Según el ministerio de Defensa, en el periodo comprendido entre enero y agosto mataron a 35 policías en 2019, a 19 en el 2020 y a 44 en 2021, lo que confirma una macabra tendencia al alza en cuanto a este tipo de asesinatos contra miembros de la Policía.
De los 47 policías asesinados hasta octubre, 40 eran patrulleros y los otros siete eran tres subintendentes, un subteniente, un intendente, un capitán y un mayor. Solo dos de las víctimas eran mujeres.
Cabe destacar que otros seis policías han sido asesinados en lo corrido del año mientras estaban por fuera de su servicio. Estos también eran patrulleros.
Lo anterior motivó a unas declaraciones del presidente Iván Duque dirigidas a los uniformados en las que aseguró que ningún caso quedará impune: “Perseguiremos y judicializaremos a los responsables”. Pero los crímenes contra policías, especialmente patrulleros, no concluyen.
Un efecto colateral de esta situación es la de que por cada uniformado asesinado aumenta tanto la percepción de inseguridad en el país como la idea de que los grupos ilegales cuentan con la fuerza suficiente para amenazar directamente a las autoridades.
Un informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, entrega un inventario de los actores con los que tanto la Policía como las Fuerzas Militares tienen que lidiar en el territorio: son 22 estructuras narcoparamilitares y grupos delincuenciales con 5.360 personas; 34 estructuras disidentes de las Farc, con 5.200 integrantes; y 2.450 guerrilleros del Eln en todo el país.
Lo anterior, sumado a que la Policía no cuenta con la capacidad suficiente para copar amplios territorios, es uno de los elementos que la hace vulnerable a este tipo de amenazas.
Antioquia es el departamento en el que más policías han asesinado en lo que va del año, con nueve víctimas en hechos ocurridos en los municipios de Anorí, Caucasia, Liborina, Cáceres, Santa Fe de Antioquia, Turbo, Frontino y Medellín.
Le siguen los departamentos de Norte de Santander (4), Cauca (4 ), Caquetá (4) y Nariño (4), regiones marcadas por la violencia y la presencia de grupos ilegales y en las que la Policía ha sufrido golpes contundentes contra sus efectivos.
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