Esta semana, la Secretaría de Salud de Boyacá dio a conocer un informe en el que señala que en ese departamento se está llevando a cabo una inadecuada gestión de la cadena del cadáver, es decir, dejaron en evidencia que en algunas morgues, laboratorios de tanatopraxia, cementerios hay falencias a la hora de manejar los restos mortales realizando el traslado de los cuerpos y su velación.
Resaltaron que esta es un situación que se viene presentando en diferentes municipios del departamento, generando una problemática de salud pública y de afectación al medio ambiente. Cabe señalar que la SecSalud de Boyacá tiene registrados 143 cementerios entre católicos y otras religiones, 43 funerarias y 75 vehículos fúnebres.
Los hechos los dio a conocer la ingeniera Soraida Cruz Sierra, referente de Seguridad Química y Residuos Peligrosos, de la Secretaría de Salud de Boyacá, quien señaló que “la cadena de cadáveres, durante el período de pandemia, se mantuvo en constante seguimiento, inspección y vigilancia, se encontraron algunas dificultades relacionadas con los protocolos de bioseguridad, manejo de aforos y falta de capacitación a los llamados sepultureros y personas que manipulan los cuerpos durante los procedimientos de inhumación”.
Los malos manejos se estarían dando en los cementerios de algunas localidades, donde, además, el personal designado para realizar estas labores también afronta las consecuencias de un mal manejo. Estas personas, según la ingeniera, están ante escenarios complejos que generan factores de riesgos ocupacionales (biológicos y físicos), al momento de realizar los procedimientos (inhumaciones, exhumaciones y mantenimiento), siendo así la improvisación una herramienta cotidiana.
De la misma forma, agregó que lo que ayuda a reforzar a esta problemática en los cementerios y morgues del departamento es la falta de comunicación entre la Alcaldía, los líderes religiosos y el sector funerario. Y es que esta poca comunicación hace que el traslado de los cuerpos incremente sus costos y, de igual manera, el riesgo sanitario.
Sin embargo, la funcionaria de la Secretaría de Salud de Boyacá indicó que la situación se ha estado tratando de corregir desde hace un tiempo, esto a través del acompañamiento permanente desde la entidad a los cementerios y las asistencias técnicas a los líderes religiosos.
Este acompañamiento, según explicó Cruz, se hace en temas de salud, seguridad en el trabajo y protocolos de bioseguridad para riesgo biológico y físico. Esto se hace teniendo en cuenta que, en algunos casos, se ha dificultado aplicar las actas con enfoque de riesgo precisamente por la falta de compromiso de quienes los administran; situación muy similar con morgues y funerarias, se señaló en el comunicado de la entidad.
Por otro lado, desde la Secretaria de Salud resaltaron que también se viene evidenciando un deterioro en los cementerios, esto debido al crecimiento de urbanizaciones y asentamientos humanos, que se encuentran cerca a estos lugares. La ingeniera Cruz señaló que “hemos hablado con las alcaldías con el fin de que comunidades religiosas, comunidad civil y funerarias se incorporen dentro de la cadena de manejo de cadáveres y formen una alianza; de tal manera que exista una comunicación del riesgo, adecuado procedimiento y oportuno control”.
Añadió que estas problemáticas también se deben a la falta de una normatividad específica, especialmente en el sector funerario. Y es que se han encontrado grandes dificultades para realizar labores de inspección y vigilancia en los cementerios más alejados de las capitales de provincia y de Tunja, y en estas zonas también es claro que las condiciones de los servicios funerarios no son las mejores.
Ante esto, Cruz insistió en que las Administraciones Municipales son las principales responsables de las acciones de control cuando sin causa justificada se preparan y velan cuerpos en los domicilios o en sitios diferentes a Laboratorios de Tanatopraxia y Funerarias.
“Hacemos un llamado a alcaldes y secretarios de gobierno para que verifiquen y regulen la prestación de servicios funerarios, porque sanitaria y ambientalmente existe un riesgo que involucra la manipulación de cuerpos, considerando que en algunos casos las muertes fueron por alguna enfermedad infecto contagiosa y esto se convierte en una contaminación cruzada”, añadió la representante de la Secretaría de Salud.
Finalmente, Cruz recordó que la manipulación de los cuerpos debe realizarse en sitios adecuados para ello, con las mínimas condiciones de infraestructura, dotación y materiales que garanticen seguridad para la salud pública y el medio ambiente.
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