Con miras a las elecciones presidenciales del 2022 que definirán al próximo jefe del Estado colombiano, una de las colectividades más antiguas y tradicionales del país, el Partido Conservador, comenzó a calentar motores para la carrera electoral y ya ‘lanzó al agua’ al alfil con el que pretenden dirigir a la nación durante el período 2022-2026: el senador David Barguil Assis.
El congresista, que obtuvo una de las mayores votaciones en las elecciones legislativas en el 2018 tanto en el país, como en su natal costa Caribe, y que lleva en el Congreso desde el 2010, exalta que viene de provincia. Fiel a los ideales conservadores de su colectividad, le contó a Infobae Colombia que si gana la Presidencia buscará defender la familia como la que tiene con María Victoria ‘Toya’ Ramírez, con quien tuvo a Fadiah, su primogénita. Fortalecerá el sistema bancario nacional, acabará con las drogas usando la fumigación y el fracking y descartó por completo las propuestas económicas de su hoy contrincante en las urnas, Gustavo Petro, jefe de la Colombia Humana.
Perteneciente a la bancada del actual Gobierno nacional, que le permitió a Iván Duque llegar al poder, Barguil aspira pasar del parlamento a la Casa de Nariño y dirigir los destinos de casi 50 millones de colombianos, con un mensaje de reforma pero enmarcado en las ideologías que hoy dirige Omar Yepes, director de su partido.
Esta semana la Dirección Nacional del Conservador lo escogió a usted como candidato oficial del partido y no a Mauricio Cárdenas y los demás precandidatos, ¿a qué se debió ese apoyo?
El partido le mandó un mensaje al país y a las nuevas generaciones. Yo vengo de ese semillero de las juventudes conservadoras. Le manda un mensaje a las regiones de Colombia. Yo vengo también de un pequeño municipio del Caribe colombiano y todos entendemos hoy que las regiones tienen que tener un gran protagonismo, no solo para la transformación y para que este país avance, sino por supuesto, porque entendemos que esas políticas centralistas hoy no son las que tienen el espacio.
El partido le dice al país que recobra su vocación de poder, que no vamos a seguir, y esa es una autocrítica que nos hemos hecho, sintiéndonos satisfechos con ser la cola del vagón del tren, un apéndice de los gobiernos de turno, que tenemos vocación de poder y que vamos por la conquista de la Presidencia de la República.
El Directorio Nacional Conservador tomó una decisión unánime alrededor de nuestra candidatura, planteando que hemos hecho un trabajo de resultados, que hemos sacado adelante iniciativas que le sirven al país.
Usted dice que hace parte de esa bancada joven del conservatismo. ¿Cambiará los ideales derechistas que caracterizan a su partido o cuál será su bandera?
Vamos a recorrer el país con un planteamiento muy claro. Aquí hay unas banderas y unos principios y unos valores de nuestra colectividad, unos principios históricos que están más vigentes que nunca: defender el orden, la seguridad, la familia. Decimos con orgullo que creemos en Dios, decimos que defendemos la democracia, que por supuesto defendemos la libertad, que la juventud y las mujeres tengan un empoderamiento y esa lucha la hemos venido dando. Vamos a hacer esa campaña por toda Colombia, levantando esas banderas conservadoras que habíamos dejado ocultas, que habíamos dejado atrás.
El partido desde hace muchos años se venía sintiendo muy satisfecho estando allí arrimado, apéndice y no, el partido tiene toda la posibilidad de liderar esta campaña, de ganarse esta lección, de presentarle un programa al país y por supuesto, con un propósito: luchar contra la pobreza y sacar a millones de colombianos de ahí. Un ciudadano sin oportunidades entristece la patria y ese tiene que ser el propósito. También lo vamos a plantear en la campaña, vamos a salir a decir unas cuantas verdades...
¿Cuáles son esas verdades?
Que aquí no hay un libre mercado, que es el modelo en el que nosotros creemos. Aquí lo que hay es un capitalismo de roscas, una economía de roscas donde unos cuantos sectores muy poderosos se terminan quedando con la riqueza del país y eso hay que romperlo para que pasemos a una economía de la gente para la gente, que permita construir un país más justo.
La realidad también nos obliga a decir que la solución a esos problemas no son esas ideas populistas que ya fueron aplicadas en otros países y lo que generan es un empobrecimiento generalizado de la sociedad. No es estatizar la economía, no es regular precios, no es gastarse el ahorro pensional de la gente. Incluso se ha llegado a plantear que acabemos la industria de los hidrocarburos y de la minería, industria que le garantiza al país ingresos por 23 billones de pesos entre impuestos y regalías. Cuidado con un salto al vacío que termine destruyendo el aparato económico y empobreciendo a todos los colombianos, como ha sucedido en otros lugares.
Esas propuestas que menciona son algunas de las que el senador Petro ha dicho en días pasados, ¿a él se refiere con dar un salto al vacío?
Por supuesto, y a varias propuestas de la izquierda radical. En el año 1999, cuando Chávez llegó al poder allá en Venezuela, estaban en un 42.8% la población en pobreza. Hoy en Colombia, por la pandemia, estamos en un 42.5%, algo muy similar. Uno entiende la desesperanza de la gente que, en medio de tantas dificultades, trata de agarrarse de una solución y en esa época, presentaron ese tipo de propuestas que hoy aquí nos muestran como novedosas. ¿Y saben qué terminó pasando hoy? Hoy el 96 por ciento de los venezolanos viven en la pobreza. Eso no resuelve los problemas.
La solución no es la banca pública, como ellos plantean. Eso destruye la posibilidad del sector financiero de apalancarse y termina quitándole la oportunidad a la gente de recibir financiación. Pero tampoco lo que hoy tenemos, que tres grupos manejan el 65 por ciento del mercado del crédito en el país. Esto hay que abrirlo, quitar tanta regulación, tantas barreras. Ojalá podamos tener 100 bancos entre tradicionales, bancos digitales, fintech y tengamos mucha más financiación, crédito en todo el país, pero barato.
Vamos a liderar otra cosa, que va a generar controversia. Necesitamos entregarle títulos de propiedad a los más pobres. Vamos a tomar una decisión para que los alcaldes puedan expedir los títulos de propiedad para los colombianos de menores ingresos que tienen su casita y que hace 10, 15 años tienen su posesión, pero no la han legalizado.
Veo que ya tiene un sinfín de propuestas para su eventual plan de gobierno, ¿se ve solo en una primera vuelta presidencial?
Apenas ayer -jueves 4 de noviembre- el partido tomó esta decisión. Vamos a recorrer el país, vamos a plantear este programa, incluso estamos pensando en que en diciembre podamos hacer una gran convención conservadora que proclame el programa que le estamos contando a los colombianos.
Hay un partido que tiene unos principios claros que además están en el ADN de los colombianos y se requieren para sacar adelante este país, vamos a hacer esa tarea. Eso, antes de pensar en coaliciones, en alianzas, que llegará su momento. Aquí tenemos que unirnos distintos sectores para defender la democracia que está en riesgo y eso solo lo podemos hacer sumando esfuerzos.
¿Y los esfuerzos de dónde vendrán? Se lo pregunto porque el Conservador, en las últimas elecciones, se ha unido a otras fuerzas políticas que hoy, por ejemplo, tienen al presidente Duque en el poder.
Justamente esa ha sido una gran crítica que nos hemos hecho nosotros mismos y reconocemos que es una situación que no está bien. La lucha de un partido tiene que ser por el poder para poder llevar un programa y volverlo realidad y volverlo políticas públicas.
Ya no más que a nosotros nos utilicen unos u otros para sumar, para hacer el votico que hace falta para que otro sector pueda llegar al poder: no vamos a hacer eso, vamos a conquistar el corazón de los colombianos con ideas, con propuestas, contándoles de nuestra historia.
Usted contó recientemente que su papá consumió drogas y que tiene diferencias con Juan Manuel Galán por promover su flexibilización, ¿qué haría un gobierno de David Barguil en esa materia?
Es un tema que me toca muy de fondo y hoy, cuando uno aspira a la Presidencia de Colombia, donde tiene que asumir una posición frente al tema de las drogas, pues hay que decir qué es lo que uno piensa y yo viví en carne propia lo que la droga le hace al ser humano. A mi padre me lo arrebató las drogas, se lo llevó y él lo intentó y trató y no fue posible. Cuando uno ve lo que la droga le hace al ser humano y el daño que le hace a la familia, a la sociedad, uno no puede tener dudas frente a que aquí hay que tomar una decisión muy clara para luchar contra las drogas.
¿Aún si la marihuana se puede usar para fines recreativos y medicinales?
Yo no me he opuesto al uso medicinal. Yo acompañé la iniciativa. Ahí hay una gran industria que puede generar empleos, impuestos. Yo lo que he dicho es que no voy a acompañar ninguna iniciativa que flexibiliza el uso de las drogas recreativas y que nos vayan cambiando valores. La droga hace daño, la droga destruye familias, la droga daña a la sociedad y la vamos a combatir con toda la firmeza.
Cambiemos de tema. ¿Qué acciones tomaría el gobierno de David Barguil frente a la implementación del acuerdo de paz?
Aquí lo que debemos hacer en el próximo gobierno es entender, y yo soy respetuoso de la separación de poderes y siempre he sido respetuoso de la justicia, pero aquí lo que hay que decirle a la JEP es resultados. El Estado debe garantizar las herramientas y todo lo que se requiera para tal fin. Pero exigir los resultados: ¿todos esos excombatientes están cumpliendo con la verdad, están cumpliendo con la información de las rutas, están reparando a las víctimas y nos están hablando de los dineros para reparar a las víctimas? ¿Dónde están las sentencias, las decisiones?, porque eso es lo que legitima finalmente ante el pueblo colombiano el proceso.
O sea que su gobierno sí dará las garantías a la JEP…
Por supuesto, las tenemos que dar y tenemos que brindar incluso para que se den esos resultados. El país clama por resultados para no mandar un mensaje que diga que delinquir y estar por fuera de la ley, paga. Ese tiene que ser el tono de lo que plantea el próximo gobierno, por supuesto, entregando todas las herramientas para que eso se pueda llevar a cabo.
Hace años hubo una crisis interna entre usted y el senador Efraín Cepeda por el apoyo al acuerdo de paz que Juan Manuel Santos construía en ese entonces. Ahora vemos que Cepeda fue el primero en apoyar su candidatura, ¿se solucionó todo?
Dejemos atrás esas peleas políticas y personales que le hacen daño al país. A la gente, al colombiano de a pie le importa un carajo que el político tal con el político tal, si se peleó. El colombiano de a pie lo que quiere son soluciones a sus problemas. Quedarnos en esa cosa minúscula de la pelea política, no le dice nada a la gente que está exigiendo soluciones.
La gente necesita que podamos decirles qué vamos a hacer, por ejemplo, en educación para que estos jóvenes tengan acceso. Yo quiero que el 30 por ciento se use para la educación en dos ejes: la educación pública y un fondo para los maestros para hacer sus maestrías y que tengamos la mejor calidad en la educación pública de este país.
En materia de relaciones diplomáticas con Venezuela, ¿qué acciones tomaría un gobierno Barguil?
Lo de Venezuela es muy grave porque allá lo que hay es un régimen y hay una dictadura que además sabemos de los vínculos que se tienen con el narcotráfico. Uno no puede, ante una dictadura que se comporta de esa manera, salir a negociar, salir a legitimar y en eso vamos a ser muy claros: hay que hacer un frente común con la comunidad internacional para que no dejemos solo al pueblo venezolano y tendremos que buscar mecanismos para poder trabajar con la amplísima frontera que tiene Colombia, pero ni un ápice de oxígeno a una dictadura que le ha hecho un daño enorme a los venezolanos y a la democracia en Latinoamérica.
¿Es decir que su gobierno tampoco tendrá un embajador en Venezuela?
Yo espero que cuando se dé el nuevo gobierno, lo anhelo y ojalá logremos desde la comunidad internacional eso, que esos señores hayan salido del poder y que haya una transición pacífica y democrática que ponga Venezuela nuevamente en una senda de crecimiento y de riqueza, que le dé oportunidad los venezolanos de volver a su patria.
¿Cómo se va a vender David Barguil ante los jóvenes que tienen el rezago de que es muy conservador y gobernará con las banderas del antes?
Yo soy un rebelde. Yo he sido un hombre que siempre ha estado y ha sido disruptivo. Imagínese un conservador dando la pelea contra los abusos de los bancos y enfrentándose a los banqueros de este país. Aquí lo que hay es un talante joven, rebelde, que se atreve, que dice lo que otros no se atreven a decir. Ese tema del voto joven no se hace porque uno pertenezca a un partido u otro, o eso no simplemente obedece al tema de la edad, sino que los jóvenes hoy lo que esperan son soluciones concretas y oportunidades y eso es de lo que nosotros sabemos.
¿Pero usted cree que pueda tener capital político en los jóvenes del país?
Sin lugar a dudas. Los jóvenes, además, lo que quieren es que haya una solución a la cosa económica. Los jóvenes quieren estudiar, quieren trabajar, los jóvenes quieren oportunidades y eso no se logra con carreta. Eso no se logra vendiendo teorías que no son posibles de cumplir o que lo que generan es lo contrario, más pobreza. Con las luchas que ya hemos dado, tenemos la autoridad moral y vamos a tener la credibilidad para demostrar que esas propuestas pues las vamos a poder poner en marcha.
¿Considera que las banderas conservadoras que usted menciona le servirán para gobernar a Colombia? Vimos lo que le pasó a Iván Duque con el paro.
Vivimos la peor crisis en el último siglo, la pandemia, que es como una guerra. Lo que nos pasó fue una guerra, la vivió el mundo, la vivió Colombia. Duramos más de un año con el aparato productivo paralizado por la pandemia, se destruyeron empleos, empresas, se empobreció la gente y por supuesto, cuando uno vive una guerra, imagínese lo que pasa con eso, ese dolor, esa preocupación, imagínese uno quedarse sin ingresos. Las familias que tenían el anhelo de que sus hijos pudieran estudiar, de comprar una casa y no pudieron. Por eso hemos dicho el propósito que tenemos que plantearle al país y que nos vincula a todos, Estado, sector privado, sociedad civil, medios de comunicación, todos vamos juntos a erradicar esa pobreza.
Yo estoy seguro que ese nuevo momento que vamos a vivir, ese nuevo país que le vamos a presentar a los jóvenes, que esa nueva política, desde lo económico que vamos a plantear, nos van a permitir que haya esa confianza de la ciudadanía y de los jóvenes en el Estado colombiano y sus instituciones.
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