Mauricio Salazar alza sus brazos, en sus manos, la cinta que lo acredita como finalista del ‘Reto Nevados Smart Fit’ y en sus pies, las nieves perpetuas del Nevado de Santa Isabel. Salazar, de 41 años, no se hubiera imaginado hace seis años que sería el nuevo Guinnes World Record por completar una triatlón por encima de los 4.000 metros de altura.
El deportista colombiano Mauricio Salazar Rodríguez logró este jueves una hazaña que lo hizo merecedor del Guinnes World Record, al terminar una triatlón por encima de los 4.000 metros de altura que concluyó en la cima del Nevado de Santa Isabel.
El ultraman, oriundo de Manizales, consiguió esta nueva marca mundial al finalizar el ‘Reto Nevados Smart Fit’, luego de 6 horas y 58 minutos en los que transitó de las heladas aguas del Lago Otún, a los 4.000 metros sobre el nivel del mar, a las inclinadas pendientes del Nevado de Santa Isabel, por encima de los 5.000 metros, que se alza por encima de la cordillera de los Andes.
“No está fácil, pero estamos llenos de ilusión. Hemos hecho la tarea: muchas personas y disciplinas, muchas horas de trabajo, entrenamiento y estudio y, aún así, el nivel de incertidumbre sigue siendo gigante. Un clima indescifrable que cambia de forma extrema en minutos, puede terminar jugando a favor o en contra. Pero insisto, estamos llenos de ilusión”, había escrito el atleta días antes de enfrentarse con la montaña.
El reto para el cual se preparó por más de tres años, en los cuales compitió en algunas de las pruebas de resistencia más duras en el planeta como la ultramaratón de Glocknerman, en Austria, inició en las primeras horas de la mañana en la Laguna del Otún, con temperaturas cercanas a los cercana a los -5º centígrados, que soportó sin traje de neopreno, donde completó 750 metros de natación.
Luego de realizar una recuperación para estabilizar la temperatura corporal inició un recorrido de 20 kilómetros en bicicleta por las sinuosas pendientes de la cordillera Central de los Andes que se dificultaron en el sector conocido como La Asomadera y en el descenso a Potosí, debido al barro y las piedras de gran tamaño que impedían un buen control de la bicicleta.
“Fue una oportunidad gigante para establecer un marca mundial en mi casa, con mi familia, al lado de mis amigos. Es una prueba de tenacidad y resiliencia después de la pandemia”, señaló el atleta de 41 años al medio local La Patria.
Al terminar este tramo, Salazar inició una travesía al borde del glaciar para coronar el Nevado de Santa Isabel, en el que sufrió calambres debido al cansancio acumulado y a las complejas condiciones que lo hicieron dudar, sin embargo, el apoyo del equipo lo llevó a lograr este reto que lo encumbra junto a la bandera de Colombia en la cima de los Andes.
“En un mundo que esta lleno de ídolos y celebridades, espero hacer un homenaje y reivindicación a las personas comunes, quienes también somos capaces de hacer cosas extraordinarias y desafiar nuestros límites”, había manifestado Salazar días antes de afrontar esta hazaña en declaraciones recogidas por Noticias Caracol.
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