La estabilidad financiera de EPM está en riesgo, de acuerdo con la Superservicios, por faltar a los estatutos de distribución con el Gobierno Corporativo, irregularidades en el suministro de agua y cobro de medidores en el servicio, así como por los tiempos estrechos que tiene para poner en marcha la hidroeléctrica Hidroituango.
Durante los meses de marzo y agosto de 2021, la Superservicios evaluó la gestión de EPM en el 2020 y lo corrido 2021, y examinó el funcionamiento institucional, financiero, administrativo, comercial, técnico y de operación de los servicios de acueducto, alcantarillado, energía y gas combustible.
La entidad de vigilancia encontró que pese a que la gestión operacional de 2020 tuvo resultados positivos, estuvo por debajo de los márgenes de rentabilidad de 2019, “debido, principalmente, al incremento del costo de venta del servicio de energía eléctrica”.
La Superservicios alertó que los resultados financieros dependen principalmente de ese servicio, por lo que recomendó avanzar en la gestión de los riesgos. Hidroituango deberá ser la principal fuente de ese servicio, por lo que cualquier incumplimiento en la construcción de la hidroeléctrica terminará por afectar la estabilidad de EPM.
“El cronograma de entrada en operación de las dos primeras unidades de generación de esta hidroeléctrica, proyectada por EPM para julio y octubre de 2022, tiene un margen muy estrecho para el manejo de posibles imprevistos o crisis que se puedan presentar. De ocurrir alguna eventualidad, se pondría en riesgo el cumplimiento de obligaciones de energía firme a cargo de EPM y su sostenibilidad financiera”, señaló la superintendente Natasha Avendaño.
Sin embargo, la alerta no compete únicamente a la construcción de la Hidroeléctrica, sino también a la relación de EPM con la Alcaldía de Medellín. Según los hallazgos de la evaluación, se ha incumplido con el Convenio Marco de Relaciones que tiene como función mantener la sostenibilidad y la institucionalidad de la empresa, pese a los cambios políticos de la administración municipal.
“Frente a lo que la empresa tiene autorizado estatutariamente, EPM distribuyó desde el 2016 el 55 % de los excedentes financieros anuales, hecho relevante si se tiene en cuenta que la empresa, por regla general, debe distribuir máximo el 30 % de esos excedentes. Estas distribuciones adicionales, de acuerdo con los estatutos y el Convenio Marco de Relaciones, han sido autorizadas por el Concejo de Medellín”, señaló el ente de vigilancia.
Esto es riesgoso debido a que puede afectar la calificación crediticia de EPM, lo que a su vez limita el acceso a seguros y nuevos créditos, así como comentarios negativos de las calificadoras de riesgo. A esto se suma que los estatutos internos fueron saltados en algunos casos de vinculación de nuevo personal.
“El debilitamiento del gobierno corporativo de EPM ha afectado la imagen de la empresa y la confianza del mercado en ella”, concluyó la Superservicios. Esa situación puede desembocar en un encarecimiento de la deuda y la posibilidad de que se incumplan las obligaciones financieras.
El suministro de servicios públicos también presentó irregularidades para la superintendencia. En cuanto al acueducto y alcantarillado, se encontró que en algunos casos EPM habría incumplido las normas sobre el retiro, revisión, reposición y cobro de medidores establecidas en la regulación expedida por la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico.
Por ejemplo, algunos medidores fueron cambiados y no se realizó el análisis para determinar que ya no funcionaban correctamente. Además, se encontró que algunos de esos aparatos del usuario fueron cobrados con anticipación y otros, pese a que se cobraron, no fueron cambiados.
Alerta que de acuerdo a la Superservicios, “EPM suministró agua no apta para consumo humano en los municipios de Envigado, con incumplimiento de cloro residual en diciembre de 2019; en Girardota con la presencia de coliformes totales en julio de 2019; y Sabaneta y Barbosa con el incremento de color y turbiedad en agosto de 2019 y febrero de 2020″.
En cuanto al servicio de energía, la superintendencia evidenció que durante 2019 las interrupciones tuvieron una duración superior a la establecida por el indicador SIADI para su mercado de operación. “También se encontró que algunos activos sobrepasan las horas máximas de indisponibilidad permitidas, tanto para el sistema de transmisión nacional como regional. En algunas subestaciones no se cumplen los valores de tensión esperados”, señaló la entidad.
Desde múltiples sectores, como ahora lo hace la Superservicios, se ha solicitado la estabilización del Gobierno Corporativo, con el fin de afectar la estabilidad de EPM en el futuro. Mientras tanto, continúa la disputa con los contratistas de Hidroituango, que además, ha despertado un choque político con la administración de Medellín.
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