El pasado mes de julio, el Instituto Nacional de Medicina Legal reportó que entre enero y mayo se habían registrado 4.986 homicidios, es decir, la cifra se había incrementado en un 27% respecto a la misma época del 2020, cuando se registraron 3.920. De acuerdo con cifras resaltadas por Noticias Caracol, en lo que va de este año, en Bogotá, se ha asesinado a una persona cada 48 horas, en promedio, en situaciones como asaltos. Ese medio de comunicación, en su más reciente informe, resaltó la relevancia que tiene en estos actos violentos la comercialización de armas de manera ilegal en el país.
El informativo, que tuvo la oportunidad de hablar con un negociante de armas ilegales, bajo la condición de reserva de su identidad, reveló lo sencillo que puede llegar a ser la consecución de armas en el país, y lo grande que es el mercado de ello. “Puedes conseguir desde un 38, una 7, una 9 milímetros, un fusil, o sea, yo creo que no hay límites. Todo está en el mercado y en el dinero que vos dispongás”, le comentó el hombre al noticiero del Canal Caracol que comparó la compra de un arma con la compra de una camiseta o de una bicicleta.
De acuerdo con lo que reveló el hombre, alquilar un revólver, por ejemplo, puede costar 150 mil o 200 mil pesos. “Allí ya a usted no le preguntan para nada, usted mira qué va a hacer con él, eso no tiene límites (...) Ellos lo alquilan con su munición, usted verá si la gasta o no la gasta, igualito, el alquiler es el mismo”, detalló el comerciante de ese material, ante los micrófonos del equipo de investigación de ese informativo.
Las armas, que terminan siendo alquiladas o compradas ilegalmente por algunos ciudadanos, reveló ese medio de comunicación y la Defensoría del Pueblo, entran al mercado de Bogotá a través de dos corredores que, a su vez, son utilizados para cumplir con acciones relacionadas con el narcotráfico, el contrabando y la explotación sexual: el corredor nororiental y el occidental.
El nororiental comprende las zonas correspondientes a los cerros orientales desde Usme hasta Usaquén, y conecta a municipios cercanos como Chipaque, Ubaque, Choachí, La Calera, Guasca y Sopó. El occidental tiene en su lista a la sabana, que incluye zonas desde Sibaté hasta Chía, y atraviesa zonas urbanas de Soacha, como la comuna 3, La Despensa, Cazucá, San Mateo, hasta llegar a localidades como Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy y Suba. Antes de llegar a esos dos corredores, las almas ingresan a través de las fronteras con Venezuela y Ecuador y por el Pacífico colombiano.
Al llegar las armas a manos de los comerciantes, explicó el hombre que habló con el noticiero, se ponen en marcha estrategias para evitar que quienes están detrás de estas acciones ilegales sean puestos bajo el radar de las autoridades. “La mujer es la que lleva, digamos, es el estuche, porque es relativo que andan más policías y, pues, es delito esculcar a una mujer. Entonces, ella es la que porta el arma”, explicó.
Anualmente, detalla la fundación Pares, en el país se mueven más de 3 mil millones de pesos gracias a esta actividad, y podrían estar circulando más de un millón de armas. “Lo que nosotros vemos es una gran cantidad de armas no recientes, no de modelos recientes, sino de años atrás, 10, 15 años atrás (...) el gran grueso de las armas ilegales provienen de armas que han sido robadas o armas que ingresaron ilegalmente al país”, reveló, el coronel Jaime Baquero Puentes, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá que, además, detalló que, desde enero hasta octubre del 2021, se incautaron, en Bogotá, 1.156 armas de fuego de las cuales el 92% eran ilegales.
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