Los esposos Gerardo Angulo y Carmenza Castañeda desaparecieron el 19 de abril del 2000, en La Calera, en Cundinamarca. Ambos fueron secuestrados por un grupo criminal que se encargaba de vender a sus víctimas retenidas a un comando del Frente 53 de las FARC, dirigido en ese entonces por Henry Castellanos, alias ‘Romaña’, así lo supo la familia luego de recibir una llamada extorsiva. El pasado 20 de octubre, más de 21 años después, de acuerdo con lo que revelaron medios de comunicación nacionales, se encontraron los restos del que sería el cuerpo de Carmenza. La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, el Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial, y la Comisión Colombiana de Juristas, de la mano de la familia Angulo Castañeda, recuperaron el cuerpo en zona rural de San Juanito, en el Meta.
“Felicidad no tengo, pero sí algo de tranquilidad y paz. Esto de haber encontrado el posible cuerpo de mi madre me da mucha paz, mucha tranquilidad porque ha sido un esfuerzo de familia, los seis hermanos hemos estado durante 21 años buscándolos y encontrar a mi madre es una satisfacción muy grande”, comentó Helmuth Angulo, hijo de la pareja, en testimonios recopilados por la UBPD. Fueron dos semanas completas en los que Helmuth, y Nicolás, nieto de los dos desaparecidos, colaboró con las autoridades para hallar el cuerpo de su madre. Para ello, se dispusieron 22 cuadrantes que conformaban un área aproximada de 9.200 metros cuadrados.
“El hallazgo del cuerpo se logró en una zona boscosa bastante compleja, sobre los 2.000 metros, con un clima de lluvia y neblina permanente, por lo que el apoyo de la comunidad fue muy importante para el traslado de los equipos técnicos y humanos, el despeje de la vegetación de la zona y la apertura de alrededor de 1.300 pozos de sondeo en la tierra”, afirmó Luz Marina Monzón Cifuentes, directora de la Unidad de Búsqueda, ante los medios de comunicación del país.
El cuerpo, que sería de Carmenza, entra ahora en un proceso de identificación por parte del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. En la acción que permitió el hallazgo, además, participaron excombatientes e integrantes de la comunidad de San Juanito. Para obtener resultados, se realizaron 1.3000 pozos de sondeo.
“El desarrollo de la misión humanitaria en San Juanito nos permitió acceder a nuevas fuentes de información. Seguiremos trabajando mancomunadamente con la familia y organizaciones como Equitas, la CCJ, la Comisión de Búsqueda de las Farc y la comunidad hasta conocer, no solo el paradero del segundo cuerpo que estamos buscando y que podría pertenecer a uno de los esposos Angulo, sino también para saber qué pasó y dónde están miles de personas desaparecidas que dejó el conflicto armado en Colombia. Esta es una obligación del Estado y la Unidad de Búsqueda una institución que garantiza el derecho a la verdad”, puntualizó Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Búsqueda, sobre el caso.
Según la información que lanza la investigación, la pareja de esposos, de 68 años, se encontraban camino a su casa ubicada en La Calera. Los criminales que los detuvieron, al parecer, llegaron a pensar que los Angulo Castañeda eran miembros de una familia adinerada. Los dos adultos mayores fueron llevados por la fuerza a las montañas del Meta, a la zona rural de San Juanito, una zona ubicada a seis horas por carretera. El expediente revela que la pareja fue obligada a caminar largos recorridos, tanto así, que los pies de Carmenza sufrieron lesiones. La mujer sufría de vena várice y de artritis.
En un principio, la extinta guerrilla de las FARC le pidió a la familia de la pareja $800 millones por su liberación, sin embargo, los recursos para pagar aquella extorsión nunca alcanzaron. Aún y cuando los criminales bajaron la cuota a $350 millones, la familia tan solo alcanzó a pagar $60 millones. La pareja, un mes y medio después de su retención, fue asesinada por ese grupo armado al margen de la ley. El caso de la pareja está recogido en el Auto 19 de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
“En esta área donde nos encontramos hubo muchas personas secuestradas que permanecen desaparecidas. Cuando se obtiene información para buscar a los esposos Angulo, también se está obteniendo información que podría ayudar a buscar los cuerpos de otras personas que no sabemos en dónde se encuentran”, indicó Ana Carolina Guatame, antropóloga de Equitas, frente al hallazgo.
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