“Se someten a la justicia o vamos a capturarlos y si no, serán dados de baja”: MinInterior

Daniel Palacios volvió a enviar un ultimátum a los delincuentes del país después de la reciente captura de alias Otoniel

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El ministro del Interior de
El ministro del Interior de Colombia, Daniel Palacios, habla durante una entrevista en su oficina de Bogotá, Colombia, 25 de marzo, 2021. Carlos Julio MartÍnez/Ministerio del Interior vía/REUTERS ATENCIÓN EDITORES ESTA IMAGEN FUE SUMINISTRADA POR UN TERCERO NO REVENTAS NO ARHIVO

Este miércoles 27 de octubre, el Ministro del Interior, Daniel Palacios Martínez, asistió a la eucaristía en memoria del intendente Edwin Guillermo Blanco, quien perdió la vida durante la operación Osiris, que permitió la captura de alias Otoniel, máximo cabecilla de la estructura criminal denominada Clan del Golfo y conocido como el mayor narcotraficante del país. Durante la ceremonia, Palacios reiteró que los criminales que no se sometan a la justicia serán capturados o dados de baja en operaciones militares y policiales.

“Sin duda alguna quedarán unos criminales en diferentes lugares del país y para ellos el mensaje es muy claro, se someten a la justicia o vamos a capturarlos y si no, serán dados de baja en operaciones militares y policiales. Ninguno puede estar en alguna parte del territorio nacional donde no vaya a llegar la justicia, nuestra Policía, nuestras Fuerzas Militares, y la muestra clara es que Otoniel, que pensaba que se encontraba seguro, fue capturado por nuestras Fuerzas Militares y de Policía”, señaló el jefe de cartera.

Asimismo, aseguró que la operación Osiris, que dio con alias Otoniel, en zona rural del municipio de Turbo, podría ser catalogada como la más importante que se haya registrado en el país, en el marco de la lucha contra el narcotráfico.

“Hoy es un día con sentimientos encontrados, porque gracias al esfuerzo y sacrificio del Intendente, podemos decirle a Colombia que tenemos tras las rejas al hombre más buscado, en lo que tal vez ha sido la operación más importante contra el narcotráfico de este siglo. Nuestro Policía sacrificó su vida para que un asesino de líderes sociales, violador de niñas, narcotraficante, homicida, esté tras las rejas. Es un momento muy difícil para su familia, acá estamos expresándole el cariño, afecto y orgullo del pueblo colombiano por quienes deciden portar el uniforme de la patria para cuidarnos a todos”, precisó Palacios.

De igual forma, calificó de heroico el trabajo que hizo el intendente, quien fue sepultado el pasado 25 de octubre en el municipio de Güicán de la Sierra en Boyacá, de donde era oriundo.

“El intendente Blanco fue uno de nuestros mejores policías, hablar de su profesionalismo, heroísmo, capacidad, entrenamiento, dedicación y como en los momentos en los que sacrificó su vida lo hizo avanzando y liderando a sus compañeros, lo cual habla de una persona valerosa, con coraje, que entendía la importancia de su trabajo y de lo que los policías de Colombia aportan”, expresó el ministro del Interior.

Blanco tenía 34 años. Ingresó a mediados de 2005 a la Policía Nacional y los últimos ocho años estuvo en la Dirección de Carabineros, a la que se encontraba vinculado cuando asistió por tercera vez a la operación Osiris para la captura de Otoniel.

Había realizado cursos de inteligencia en Estados Unidos, por lo que sus últimos años estuvo vinculado a las operaciones en contra de altos cabecillas criminales. No podía compartir muchos detalles de su trabajo con la familia, por seguridad, y la última vez que habló con ellos fue dos días antes de morir.

El intendente y su tropa se encontraban a unas dos horas del casco urbano de Turbo el pasado viernes 22 de octubre en el Nudo del Paramillo. Allí, él y sus hombres lograron romper un primer anillo de seguridad, en medio de un enfrentamiento que dio de baja a alias El Indio, quien era el jefe de seguridad de Otoniel. Descubrieron así las rutas de escape y los planes de la seguridad criminal, claves para lograr el objetivo.

De acuerdo con Blu Radio, los uniformados avanzaron hacia el cerro Yoky de Necoclí, donde estaba el cabecilla de las AGC, en la vereda San Pablo. Allí inició otro tiroteo en el que recibió dos disparos.

Fue atendido por sus compañeros y lo desplazaron hacia el hospital de Apartadó, pero ya no tenía signos vitales. Pocas horas después, el avance que había logrado el intendente Blanco permitió a las tropas dar con el paradero de Otoniel.

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