Son duros los retos que debe asumir la Confederación de Fútbol de la Asociación del Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf) para combatir el mal comportamiento de los hinchas en los partidos de estas latitudes. Aparte de luchar contra la constante discriminación y homofobia expresada en la mayoría de los casos durante partidos de fútbol desarrollados en territorio mexicano o con aficionados de la selección o clubes de este país, ahora debe lidiar con el racismo de parte de los aficionados para frenar las agresiones verbales contra los deportistas.
Si bien la Concacaf ya cuenta con un protocolo organizado con una serie de pasos para suspender los partidos y además multas y sanciones a las federaciones o equipos cuya hinchada incurra en insultos de tipo discriminatorio, no ha sido suficiente impulsar campañas de inclusión que frenen los gritos homofóbicos en el entorno deportivo.
Pues bien, en esta ocasión la agresión de tipo racial se presentó en territorio panameño durante el partido entre Plaza Amador y Tauro FC por la fecha 12 del Torneo Clausura de la Liga Panameña de Fútbol (LPF), disputado en el estadio Estadio Maracaná de Panamá en la noche del sábado 23 de octubre.
Quien se llevó los insultos y descalificaciones de tipo racial fue el defensor central de 26 años, Gustavo Chará. Al minuto 88 del partido el deportista oriundo del corregimiento El Tiple en Candelaria, Valle del Cauca, fue informado por el juez central de que el juego no podía continuar porque los aficionados del equipo rival estaban discriminándolo en pleno partido desde la tribuna.
A Chará lo estaban llamando mono y el juez tuvo que detener el juego y tal era su concentración en el partido que él ni siquiera entendía qué estaba sucediendo en el estadio. Así lo hizo saber en declaraciones a la prensa al término del partido que ganó su equipo con resultado de 2-1 como visitante:
No me había enterado de lo sucedido y fue el árbitro; me dijo que me estaban diciendo mono, negro y en fin… pero yo lo tomé normal y le dije que jugáramos y que no pasaba nada. El juez me dijo que ante todo debe haber un respeto y que ese tipo de comportamiento racista no se iba a tolerar
Chará, que se daba golpes en el pecho diciendo que no le importaba que lo estuvieran agrediendo, pedía reanudar el juego que en ese momento iba empatado 1-1. Tras la reanudación con la voz del estadio presente en el protocolo local, Tauro FC anotó el gol que les dio los tres puntos de visitante.
Por cuenta de este incidente, la LPF impuso este martes 26 de octubre una multa de 1.000 dólares y una sanción de un partido sin público al club Plaza Amador.
Chará se mantuvo en una posición muy profesional sin confrontar a la fanaticada local que lo agredía y se mostró orgulloso de sus orígenes y de su color de piel, pese a los ataques de los que fue víctima el sábado. Así se refirió el exjugador de Deportivo Cali, Independiente Santa Fe y Atlético Bucaramanga al inconveniente presentado en el estadio Maracaná de Panamá:
Cuando el árbitro me informa que me estaban diciendo mono, mi reacción fue golpearme el pecho, pero siempre le pedí que se continuara con el partido. Yo les agradezco a mis padres que siempre me inculcaron sentirme orgulloso de la etnia o de la raza a la que pertenezco. Yo me quedo con que debemos respetar a las personas a la que nos referimos, sin importar la condición de cada uno
En días recientes, la Federación Panameña de Fútbol ha sido multada dos veces por la Fifa: una con más de 50.000 dólares y un partido a puerta cerrada de la selección nacional por gritos homofóbicos y otra con más de 21.000 dólares por un caso de invasión del juego por parte de la hinchada.
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