Las historias de la casa de los hermanos Moreno Rojas, embargada por la Fiscalía

La vieja propiedad, ubicada en el barrio Teusaquillo, vio pasar a varios políticos, líderes sociales y corruptos, en los momentos más importantes de la política colombiana

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Casa embargada
Casa embargada

Recientemente se conoció que, por un caso de corrupción que vincula a la familia Moreno Rojas, la Fiscalía ordenó embargar la vieja casona que perteneció al expresidente general Gustavo Rojas Pinilla. Dicha vivienda quedó en poder de la familia, siendo la actual dueña la hija del expresidente, María Eugenia Rojas de Moreno y madre de los hermanos Samuel y Gustavo Moreno Rojas.

Hasta la actualidad, la casa se ha conservado tal y como en los tiempos del general Rojas Pinilla, convirtiéndose no solo en un bien invaluable para la familia, sino para los habitantes de la ciudad de Bogotá, especialmente, para quienes viven en Teusaquillo, el barrio donde está ubicada.

Ahora, un caso de corrupción mancha la historia cultural que hay detrás de una casona que en su interior ha evidenciado algunos de los momentos más álgidos de la política colombiana. Es por eso que es importante recordar aquellas historias que hacen tan icónica a esta vivienda.

Y es que puede que dentro de la casona uno de los hermanos Moreno recibiera un soborno millonario -como lo señala la Fiscalía-. Pero esas paredes también fueron testigos de cómo planeó el general Gustavo Rojas Pinilla su llegada al poder, el nacimiento del M-19, del partido de la Alianza Nacional Popular y la carrera política de María Eugenia Rojas y de los hermanos Moreno Rojas.

Según un artículo del portal KienyKe, dentro de esta casa se planeó la toma de la Presidencia de la República por parte del general Rojas Pinilla en 1953. La violencia que se vivía por esos años en el país tenía los ánimos de los ciudadanos bastante acalorados, todo ello propició que el 13 de junio de ese año, el entonces Comandante de las Fuerzas Militares del país realizará un golpe de estado al Gobierno de Roberto Urdaneta, quién había asumido el poder del país ante el grave estado de salud de Laureano Gómez, y tomara el cargo de Presidente de la República de facto.

Ese día, el 13 de junio de 1953, fue un día complicado para la política nacional, pues en solo cuestión de algunas horas, Colombia tuvo tres presidentes: Roberto Urdaneta, Laureano Gómez y Gustavo Rojas Pinilla, quien finalmente tomó el poder a las 10:00 de la noche, después de agitadas reuniones con los otros dos hombres.

Pero el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla tampoco se salvó de las críticas y los problemas. Desde esa vieja casa del barrio Teusaquillo, Rojas Pinilla enfrentó álgidos problemas en su Presidencia, la que duró hasta el 13 de mayo de 1957. La casa fue testigo de las reuniones que se llevaron a cabo en esa dictadura, hasta el 10 de mayo de 1957, cuando Rojas Pinilla renunció a la Presidencia a una Junta Militar, lo que dio entrada al Frente Nacional.

Y, en cuanto a la historia de Rojas Pinilla, desde esa misma casa reconoció el militar la llegada a la Presidencia de Misael Pastrana Borrero, el 19 de abril de 1970, según recordó el medio digital. Cuya llegada al poder generó dudas por corrupción y desencadenó la conformación del M-19.

Tras la muerte del general, la casona quedó en manos de su hija, María Eugenia Rojas, quien fue la primera mujer candidata a la Presidencia, cuya candidatura se formó dentro de su vivienda, y se convirtió en la madre de Samuel y Gustavo Moreno Rojas, hoy condenados por escándalos de corrupción. Ella siguió los pasos políticos de su padre y, dentro de su casa, ‘La Capitana’ -como era llamada- lideraba las reuniones de la Alianza Nacional Popular, Anapo, el partido político fundado por su padre en 1961 y por el que fue candidata.

De la misma forma fue como dicha casa también vio crecer a sus dos hijos y del partido político Polo Democrático. En ese lugar los hermanos empezaron a tener reuniones estratégicas para la candidatura política de Samuel Moreno y, según reveló la Fiscalía General, donde se dio el pago de sobornos y para la organización del crimen que terminó convirtiéndose en un millonario desfalco para la economía de la capital colombiana.

La casa de María Eugenia está valorada en más de 300 millones de pesos, y aunque fue declarada como un ‘bien inmueble de interés cultural’, eso no significa que pierda su origen de ser una ‘propiedad privada’, sin embargo si se protege su integridad física e histórica.

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