En el desarrollo de una operación conjunta de la Armada de Colombia, el Ejército Nacional y la Policía Nacional, este martes 26 de octubre se registró la captura de cuatro presuntos integrantes del Grupo Armado Organizado residual (GAO-r) de la Columna Móvil Jaime Martínez.
“Con estas acciones y operaciones ofensivas estamos desarticulando los grupos armados existentes en el Valle del Cauca. Con este resultado, se logra disminuir el asesinato indiscriminado de integrantes del Ejército Nacional y la Policía, así como las acciones terroristas contra la población civil”, manifestó el general Miller Vladimir Nossa, comandante de la Tercera Brigada del Ejército.
En el operativo, llevado a cabo en la vereda de Zacarías, zona rural de Buenaventura, también se incautó material de guerra, entre ellos, un fusil calibre 5.56, una subametralladora mini uzi, siete pistolas, tres granadas de fragmentación, dos proveedores para munición 5.56, un proveedor para subametralladora, 88 cartuchos 5.56 y 110 cartuchos 9mm.
Entre los capturados se encuentran alias Amarillo, alias Palomino y alias Chacha, quienes serían los encargados de ejecutar acciones criminales como el plan pistola contra integrantes de la fuerza pública, y el cobro de extorsiones en los municipios de Jamundí, Dagua y Buenaventura.
El pasado 24 de septiembre, tres soldados del Ejército Nacional fallecieron ante la activación de un campo minado en el municipio de Dagua por parte de este Grupo Armado residual. Los hechos se presentaron específicamente en la vereda Río Blanco de ese municipio, cuando un grupo del Batallón de Alta Montaña N.° 3 Rodrigo Lloreda Caicedo se encontraba adelantando operaciones de control territorial en la zona.
Aunque un informe preliminar hablaba de un oficial muerto y cinco heridos, el parte oficial del Ejército señaló que en el ataque fallecieron los soldados Kevin René Martínez, de 19 años, Luis Gustavo Mina, de 21, y Yeison Pavi Pavi, de 26. Las autoridades les comunicaron a las familias de estos jóvenes que los restos de los cuerpos habían sido trasladados a Medicina Legal, pero luego de una semana los allegados seguían sin recibir o poder ver los cuerpos de los soldados.
Ante la insistencia de las familias por recibir los cuerpos y darles sepultura, la institución avisó a las familias que, en realidad, solo tenían dos cadáveres. Este “engaño”, como lo han calificado los familiares, es el principal motivante de la denuncia que están preparando, así como el haber ingresado a estos jóvenes, sin experiencia, a un campo minado.
“Vamos a instaurar una demanda. Primero, por haber ingresado a esos muchachos a un área de alto conflicto y con poca experiencia y segundo, por el abandono total del Ejército, porque es muy triste que nos hayan enredado diciendo que tenían tres cuerpos y demorarse para venirnos a decir que habían dos no más”, señaló ‘Oscar Mina, padre del soldado de 21 años que falleció en el ataque.
Y es que al descubrir que faltaba uno de los cuerpos, el de Kevin René Martínez, de 19 años, el padre del uniformado decidió adentrarse en la zona en su búsqueda.
Lioni Martínez llegó a Dagua y encontró el cuerpo de su hijo, cuyas heridas demostrarían que el joven no murió en el momento de la activación del campo minado, sino que quedó herido y se desangró en el lugar sin que lo rescataran.
Indignado, el padre de Martínez hizo graves afirmaciones sobre el trabajo de rescate del Ejército Nacional después de este ataque. “No revisaron el área y no buscaron a mi hijo. Él quedó herido y me lo dejaron morir, me tocó encontrarlo a mí y la comunidad nos dijo que lo escucharon gritar”, dijo el padre a la emisora Blu Radio.
En cuanto a los familiares de los otros dos soldados, el padre de Luis Gustavo Mina también agregó que, en su caso, los restos del cuerpo de su hijo que le fueron entregados no los pudo reconocer, a diferencia de los otros dos soldados, razón por la que él tampoco está seguro de que el cadáver que le entregaron sea el de su hijo.
“Fue una situación muy lamentable porque yo fui a Medicina Legal y lo que ellos hicieron fue hacer un cotejo con el ADN de las familias y luego nos preguntaron que quiénes queríamos reconocer los cuerpos, pero que estaban en unas condiciones bastante deplorables. Yo fui uno de los que ingresé, pero yo no pude decir ‘sí, este mi hijo’, porque lo que nos mostraron estaba totalmente destruido, queda entonces uno con esa incertidumbre”, explicó Mina.
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