Este miércoles 4 de mayo, Dairo Antonio Úsuga alias Otoniel, máximo jefe del Clan del Golfo, grupo armado ilegal descendiente de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), fue extraditado hacia los Estados Unidos, traslado se registró en medio de un intenso operativo policial.
El que fue considerado uno de los criminales más buscados de Colombia que se encontraba detenido en Colombia y su extradición estaba en vilo gracias a que recientemente, el Consejo de Estado había suspendido el envío del narcotraficante a suelo estadounidense.
Pero el alto tribunal levantó la prohibición para extraditar a alias Otoniel, por lo que el Gobierno nacional lo entregó a la DEA. Por esta razón, las autoridades llevaron a cabo el operativo de manera rápida y trasladaron a Úsuga hasta Catam, donde un avión de la DEA lo esperaba.
Mujeres en la vida de Otoniel
Muchas historias alrededor de su vida han estado en el ojo público, entre ellas, su aberración por las mujeres, que lo llevó a cometer delitos contra decenas de niñas. Pero esto no era lo único que hacía Otoniel con las mujeres, también las convertía en estructuras del poder dentro de su organización criminal.
Las mujeres pilares del poder de Úsuga eran su esposa Blanca Madrid y sus hermanas, María, Sandra y Martha. Como cónyuge del capo, alias la Flaca, tenía a su cargo labores como lavar las ganancias del narcotráfico de la estructura delictiva los Urabeños, pero además “se dedicaba a conseguir los testaferros y adquirir las propiedades para la organización criminal”.
Poco a poco, la Flaca empezó a involucrar a sus hermanas, y pronto se convirtieron en objetivo principal de las autoridades, hallando que su centro de operaciones se encontraba en Medellín, donde los agentes de la Dipol les siguieron la pista y “descubrieron que Otoniel hacía ir a su esposa a diversas zonas de Urabá para visitarlo”.
“Con el tiempo, y como vivía como una reina llena de lujos en Medellín, le fue cogiendo asco a ir hasta casas de madera en la selva. Lo que hacía Otoniel cuando eso pasaba era que hacía subir entonces a algunas de las otras hermanas con las que tenía romances, lo cual explica por qué las hizo operarse y que quedaran todas igualitas. Lo curioso es que ninguna de ellas les contaba a las demás. Todas se ponían los cachos entre todas”, contó uno de los agentes de la Dipol al medio nacional.
Otoniel le hizo practicar once cirugías plásticas a Blanca amoldándola a sus necesidades. Ella incluso le ayudaba no sólo en sus negocios sino en sus oscuras aberraciones, le llevaba a sus escondites niñas entre 12 y 15 años; al igual que a sus cuatro hermanas, todas habían sido operadas por el mismo cirujano.
En 2013, las hermanas organizaron una ostentosa fiesta en Turbo, Antioquia. Allí, estuvieron dos pastores evangélicos conocidos como Jorge Cerdeño y Orlando Arce, y fue cuando, además, los agentes infiltrados se enteraron que los clérigos estaban construyendo iglesias en sitios estratégicos del Urabá, usando el dinero de Blanca y su hermana Martha, conocida como la Jefa.
“Aprovechaban la devoción de la gente de la zona con el fin estratégico de tener control territorial y ganarse la lealtad de los pobladores hacia Otoniel y el Clan Úsuga”, contó uno de los agentes a la revista Semana, que además detalló que Cerdeño era un instrumento para movilizar dinero de lavado de activos por fuera del país.
Pero pese a los rezos que el pastor elevaba para evitar que atraparan a Otoniel y sus mujeres, Blanca cayó en 2015 y poco después lo hicieron su hermana Martha, su secretaría y los dos clérigos.
Además, Nini Johana Úsuga, alias ‘la Negra’, hermana de Otoniel, jefe de finanzas y quien tenía Circular Roja. Su captura en marzo de 2021 fue uno de los grandes golpes del gobierno de Iván Duque.
Dentro del grupo criminal también figuran Magaly Chávez alias ‘la Faraona’, cabecilla financiera y enlace del narcotráfico, Ángela María Vargas, alias ‘la Chola’, cabecilla de finanzas y Erika Molina, alias ‘la Mona’, cabecilla finanzas en la ciudad de Santa Marta.
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