Pocas horas antes de que la operación Osiris sometiera a Darío Antonio Úsuga, alias Otoniel, en zona rural del municipio de Turbo, el intendente Edwin Guillermo Blanco Báez cayó en enfrentamientos con hombres del Clan del Golfo que hacían parte de uno de los anillos de seguridad del capo.
Este 25 de octubre será el sepelio del intendente en el municipio de Güicán de la Sierra en Boyacá, de donde era oriundo. Fue la única baja de la fuerza pública en la cacería del narcotraficante más buscado del país y su familia espera que sea el último de esa guerra.
Los Blanco Báez, desde ese municipio cercano al nevado del Cocuy, no podían compartir la celebración del Gobierno al someter a Otoniel. Mientras el presidente celebraba el triunfo militar más importante de su gobierno, ellos tenían que afrontar la muerte de su hijo y hermano que perdió la vida para obtener el logro.
Sandra Blanco, la única hermana del intendente Edwin Guillermo, aseguró a la revista Semana que sus padres Lucía Báez Carreño y el Guillermo Blanco Blanco con esfuerzo ayudaron a su hijo en su carrera policial y ahora lo que reciben de vuelta es un ataúd.
“Otoniel es un desgraciado delincuente, ojalá la Morenita de Güicán le tenga su merecido. Acabó con la felicidad de una familia. No nos merecíamos eso. Mi hermano era muy consagrado a Dios y a la patria. Otoniel es un desgraciado, que tiene que pagar”, aseguró la hermana del uniformado a Semana.
Toda la familia se encuentra devastada por el asesinato del intendente, pues los planes que habían construido para su cercana jubilación se cayeron. Pensaban trasladarse a otra ciudad, reuniones familiares y más sueños por cumplir.
La historia del intendente
Edwin Guillermo Blanco nació el 19 de junio de 1987 en el municipio de Güicán de la Sierra en Boyacá, tenía 34 años. Ingresó a mediados de 2005 a la Policía Nacional y los últimos ocho años estuvo en la Dirección de Carabineros, a la que se encontraba vinculado cuando asistió por tercera vez a la operación Osiris para la captura de Otoniel.
Había realizado cursos de inteligencia en Estados Unidos, por lo que sus últimos años estuvo vinculado a las operaciones en contra de altos cabecillas criminales. No podía compartir muchos detalles de su trabajo con la familia, por seguridad, y la última vez que habló con ellos fue dos días antes de morir.
Alertó a su familia que estaría incomunicado por varios días debido a la operación sumamente sigilosa que iba a realizar. Con al esperanza de salir victorioso, armó los planes para los días de descanso que recibirían los uniformados que lograron cortar la cabeza de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia al capturar a su comandante.
El intendente y su tropa se encontraban a unas dos horas del casco urbano de Turbo el pasado viernes 22 de octubre en el Nudo del Paramillo. Allí sostuvieron enfrentamientos para romper los anillos de seguridad que custodiaban al capo.
Blanco Báez y sus hombres lograron romper un primer anillo de seguridad, en medio de un enfrentamiento que dio de baja a alias El Indio, quien era el jefe de seguridad de Otoniel. Descubrieron así las rutas de escape y los planes de la seguridad criminal, claves para lograr el objetivo.
De acuerdo con la emisora Blu Radio, los uniformados avanzaron hacia el cerro Yoky de Necoclí, donde estaba el cabecilla de las AGC, en la vereda San Pablo. Allí inició otro tiroteo. Edwin Guillermo recibió dos disparos, uno en el cuello y otro en el pecho.
Fue atendido por sus compañeros y lo desplazaron hacia el hospital de Apartadó, pero ya no tenía signos vitales. Pocas horas después, en la tarde del sábado, el avance que había logrado el intendente Blanco permitió a las tropas dar con el paradero de Otoniel.
Este domingo el cuerpo de Edwin Guillermo regresó al municipio de Güicán para entregarlo a la familia. Fue recibido por un grupo de habitantes y su familia. Los uniformados de la Policía de Boyacá le rindieron homenaje y este 25 de octubre se realizarán las exequias.
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