Habitantes del sector, que fueron testigos de cómo amedrentaron y persiguieron al hombre, le detallaron al diario El Tiempo que el joven, de 26 años que fue asesinado, era conocido por todos en el sector, pues él compraba tenis de marca y los vendía a plazos. “Cada 15 días pasaba cobrando la cuota”, dijo al medio un habitante del sector que reservó su identidad por cuestión de seguridad.
Según las autoridades, los hechos sucedieron el pasado 16 de octubre, pero las investigaciones hacen que la noticia se conozca con más claridad ocho días después. Inicialmente, se informó que este hombre había sido asesinado a manos de 15 sujetos por temas de microtráfico, pues en el momento se presumía que el hombre sería un expendedor de droga en el sector, pero las investigaciones revelaron que se trataba de un comerciante, que por no dejarse robar, resultó golpeado y herido de gravedad.
El diario bogotano que ha hecho seguimiento al caso, indicó que todo sucedió el sábado a tempranas horas, cuando ven a un hombre correr por la calle 18 con carrera 7.ª, en el centro de Bogotá, muy cerca del parque María Eugenia del sector de La Estanzuela, que estaba siendo perseguido por una turba de personas con palos, armas blancas, que lo hicieron llegar hasta un taller de mecánica. Allí, los videos muestran cómo entre varios lo golpean y apuñalan, dejándolo con heridas de las que fue imposible salvarlo.
De acuerdo con la fuente de El Tiempo, reveló que todo sucedió porque él no se quería dejar robar, pues ese día el comerciante transitaba el lugar con una mercancía, la cual le habían robado y por ir hacer el reclamo se metió en la olla, y allí al enfrentarse con los maleantes resultó siendo asesinado.
“Qué me van a robar, yo soy de acá de toda la vida’, y, obviamente, le fue como le fue, esa fue la realidad”, contó la fuente al medio bogotano.
Las cámaras de seguridad muestran cómo a estos delincuentes no les importó ingresar a un establecimiento privado. La turba, que estaba armada de machetes, cuchillos, piedras y palos no tuvo compasión y le quitaron la vida al joven comerciante de medio de una bodega, entre repuestos de carros, frente al asombro de clientes y trabajadores.
La investigación de El Tiempo estableció que este asesinato evidenció que existe una gran dificultad para el control por parte de las autoridades en este sector de la ciudad. En los últimos meses, el microtráfico y los constantes robos que viven los habitantes del sector, han hecho que esta comunidad sea hermética a la hora de revelar información acerca de los delincuentes o bandas. Integrantes de la olla han amenazado a los residentes del barrio, que está ubicada en la localidad de los Mártires.
“Las cámaras grabaron todo el episodio, el video está por ahí en línea, y te das cuenta de que no son indigentes ni locos, son los que manejan la olla (...) los jíbaros ponen a los migrantes a que vendan y ellos son muchachos, porque los jíbaros no están acá, viven en otros lados y manejan todo desde lejos”, explicó un residente de la zona al diario.
Algunos residentes le manifestaron al medio que su barrio se convirtió el fantasma del antiguo Bronx e indican que “esa olla es una cuadra completa. Donde pasó lo del muchacho fue en la carrera 16 con 7.ª, pero la pelea fue sobre la 18, ahí es un expendio de drogas como un mercado persa, venden pepas, perico, así como cuando pasas por Corabastos y te ofrecen que leche, que pan, así venden ahí, no tienen ni Dios ni ley, es una cuadra abierta”.
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