Desde hace unas semanas en internet se han difundido relatos a famosas que decidieron encarnar las historias de mujeres migrantes y colombianas que han tenido que enfrentar obstáculos para acceder de forma legal y segura a la interrupción voluntaria del embarazo. Las caras de la campaña son Laura Londoño, Alejandra Borrero, Natalia Reyes, Katherine Porto y Alejandro Riaño.
“Las Hijas De La Frontera son colombianas, venezolanas, migrantes. Son niñas y mujeres económicamente vulnerables, sobrevivientes de injusticias sin nombre. Algunas vienen de las fronteras geográficas, otras son hijas abandonadas de fronteras culturales, socioeconómicas, lingüísticas”, expresó el movimiento
Además agregaron que estas mujeres y niñas han sufrido estigmas, violencia física o sexual, obstétrica, institucional dado que son personas vulnerables que han luchado por ejercer su derecho y se les ha sido negado. “Ellas están siendo abandonadas por un sistema que no las protege, por una sociedad que las desconoce”, se lee en un comunicado.
Por ejemplo, en el proyecto, Laura Londoño toma la voz de Camila, quien fue víctima de abuso sexual desde niña y a los 17 años terminó viviendo en la calle luego de enfrentar a su familia por al abuso que había sufrido.
Estando en condición de calle, sin techo ni comida quedó embarazada, lo cual la llevó a una profunda depresión que afectaba tanto su salud física como mental. Aun así, cuando acudió a una clínica para poder llevar a cabo la interrupción de su embarazo, la voz de Camila, su salud mental y sus condiciones de vida fueron ignoradas por los médicos. Fue torturada, amarrada a una camilla, forzada a tomar medicamentos y obligada a continuar con la gestación.
“Miles de niñas y mujeres como Camila son abandonadas por las entidades que debían protegerlas. Ante un Estado que les falla en cada paso del proceso, las causales no son suficientes. Mientras el aborto siga siendo un delito, el estigma y las barreras harán que los embarazos peligrosos sean una tortura”.
Por su parte, Natalia Reyes encarna a María, de 17 años, una joven de Pasto que tuvo que dejar el colegio para conseguir comida para sus hermanos y dadas las necesidades, un hombre la explotó sexualmente para pagarle una cirugía a su mamá quien estaba enferma. María adquirió VIH y quedó en embarazo pero al tratar de interrumpirlo, debió pasar por humillaciones hasta que finalmente pudo hacerlo.
Katherine Porto habla por Eva, de 14 años, una menor venezolana que debía cruzar hasta Cúcuta para trabajar y en una de esas veces fue violada y quedó en embarazo, pero cuando intentó abortar los médicos no se lo permitieron. “Ni siquiera sabía qué iba a hacer con un bebé (...) y en el puesto de salud de Cúcuta me obligaron a tener una cesárea (...) y mi hija nació muerta”.
Alejandro Riaño le da la voz a Leidy, de 21 años que también fue ultrajada por el Estado para no acceder a su derecho a interrumpir el embarazo.
La campaña también tiene la intención de apoyar la iniciativa del aborto libre con el hashtag #LAsCausalesNoSonSuficientes refiriéndose a la legislación colombiana después de la sentencia C-355 de 2006 en la que la Corte Constitucional despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo cuando el feto tiene dificultades, la vida de la madre está en peligro o cuando se trata de una violación.
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