Estudio de la Universidad de Los Andes revela que solo el 10 % de los bogotanos respira aire de buena calidad

Pavimentar calles es clave para mejorar la calidad del aire que se respira en muchos sectores de la ciudad, de acuerdo con el documento

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Panorámica de la ciudad de
Panorámica de la ciudad de Bogotá (Colombia), el 16 de Febrero de 2019. EFE/MAURICIO DUEÑAS CASTAÑEDA/Archivo

Este 20 de octubre se conocieron los datos de un estudio llevado a cabo por la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, en el cual se reveló que la distribución de la calidad del aire en Bogotá también es un factor que evidencia la desigualdad, pues solo el 10 % de los habitantes respira un aire de mejor calidad.

El ingeniero forestal Jorge Bonilla, uno de los investigadores, sustentó: “Cuando yo le ofrezco un vaso de agua a una persona y el agua está contaminada, esa persona tiene la opción de no tomárselo, pero en un lugar donde el aire está contaminado, no le puedo decir a una persona: no respire”.

De acuerdo con el estudio, “las emisiones en la ciudad no solamente se presentan por fuentes de combustión, es decir, cuando sale humo del exosto o de las chimeneas de las firmas. Hay polvo en el aire de zonas despavimentadas, donde el viento, a través de procesos erosivos, hace que ese material particulado quede resuspendido en el aire”.

El documento reveló, además, que las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy y Bosa, históricamente con los niveles socioeconómicos más bajos en la capital, son las más afectadas por la calidad del aire.

El estudio, llamado ‘Análisis de desigualdades múltiples y políticas de reducción de la contaminación’, también demostró que, “las emisiones que provienen de incendios forestales o de diversos contaminantes de lugares lejanos, por ejemplo las que llegan del Amazonas o de Venezuela, son transportadas por los vientos que fluyen en determinadas épocas del año, llevándolas al suroccidente de Bogotá, lo que empeora aún más el problema de contaminación en el sector”.

La investigación utilizó un modelo que maneja datos meteorológicos y reportes de las estaciones de monitoreo, donde evaluaron “los efectos de implementar tres escenarios potenciales de política sobre la calidad del aire: la pavimentación de calles destapadas, la sustitución de combustible carbón por gas natural en la industria y la renovación de vehículos diésel de vieja tecnología por vehículos diésel-Euro IV. "

Jorge Bonilla insistió que pavimentar calles es clave para mejorar la calidad del aire que se respira en muchos sectores de la ciudad.

“Esta política puede ser bastante costosa, pero se puede iniciar priorizando la pavimentación de las vías que producen mayores emisiones en la zona sur, especialmente las que se encuentran cerca a colegios, casas de reposo para el adulto mayor o en dónde habitan familias vulnerables”.

Aseguró que también es necesaria la “incorporación de otras políticas ambientales como la reconversión de carbón a gas natural en la industria”.

De igual manera, el estudio planteó que los beneficios de la renovación de vehículos diésel de vieja tecnología por vehículos diésel Euro IV reduciría proporcionalmente las emisiones y ayudaría a complementar otras políticas de reducción de contaminación.

Hallazgos del informe de septiembre de la Secretaría de Ambiente de Bogotá

De acuerdo con el último informe de calidad del aire de Bogotá de la Secretaría de Ambiente, durante agosto se registró la influencia principalmente del aumento de la actividad en la ciudad; también se observaron condiciones meteorológicas que no favorecieron la dispersión de contaminantes en la última semana del mes.

Asimismo, se evidenció aumento significativo en las concentraciones de PM10, PM2.5, NO2, CO, O3 y SO2 en la mayoría de las estaciones respecto a las concentraciones registradas en julio.

Por otra parte, aunque se presentan datos de concentración que no cumplieron con el porcentaje de representatividad temporal del 75 %, establecido por el Protocolo para el Monitoreo y Seguimiento de la Calidad del Aire expedido por el entonces Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, hoy Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, estos datos se presentaron como indicativos, pero no se incluyeron dentro de los cálculos y análisis de media móvil de concentración.

La representatividad temporal de las estaciones en este mes no se vio afectada por valores significativos de desviación estándar y/o de temperatura interna.

En cuanto a las interferencias del monitoreo, durante el mes se evidenció que en la zona de influencia de la estación Usme, aproximadamente a unos 200 m (Av. Caracas) se iniciaron obras de ampliación de vías, lo que reduce el flujo vehicular por el sector. Probablemente las concentraciones de material particulado se pueden ver influenciadas por estas interferencias, teniendo en cuenta que se presentan registros altos de PM10 que pueden ser incididos por las obras y se presentan registros bajos de PM2.5 que pueden ser influenciados por la reducción del flujo vehicular.

En el mes se identificaron chimeneas aledañas a la estación Puente Aranda aproximadamente a unos 16 m de distancia de la estación y se observaron dos chimeneas a la altura de la estación Fontibón, que generan emisiones en horas de la mañana provenientes de la actividad del tostado de café. Sin embargo, no se han percibido registros de concentraciones significativas que puedan atribuirse a influencias por dichas causas.

Finalmente, como novedad, la estación Bosa sale de servicio de manera indefinida desde el 19 de agosto, ya que se presentaron inconvenientes de orden público que comprometieron la operación de la estación de forma grave, e impiden realizar el monitoreo en la zona.

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