Un duro golpe contra el microtráfico y la delincuencia se dio esta semana en Bogotá. Gracias a una investigación de varios meses realizada por la Fiscalía General de la Nación y la Sijín de la Policía Nacional, 15 delincuentes que conformaban una de las tres bandas más peligrosas que operaba en la ciudad fueron capturados.
‘Los Camilos’, así se hacían llamar estos delincuentes señalados de varios homicidios y de tener el control del microtráfico en Bosa, Kennedy, Tunjuelito, en Soacha y Flandes (Tolima). Tras su judicialización, las autoridades han revelado distintos detalles sobre cómo operaba esta banda, moviendo más de $2.000 millones al mes, garantizando sueldos a sus integrantes y quitando la vida a, por lo menos, 20 personas.
El cabecilla de la organización criminal y su manera de aterrorizar en la ciudad
Néstor Aguirre, alias ‘Camilo’, es el presunto líder del grupo delincuencial y fue enviado a la cárcel señalado por la Fiscalía por delitos como homicidio agravado, concierto para delinquir agravado, y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego o municiones agravado.
‘Los Camilos’ basaban su negocio criminal en tener el control de la venta de estupefacientes en las zonas de Bogotá y Tolima antes mencionadas, ese mandato en el territorio lo lograron a través del miedo y los homicidios. Según los investigadores de la Fiscalía, si en dichas zonas se detectaba que alguien más estaba comercializando sustancias ilegales, esta persona sería asesinada por algún integrante de esta banda.
Los homicidios eran ordenados, aparentemente, por Aguirre, a quien sus subalternos le llevaban la información de otras bandas delincuenciales que estaban intentando vender en estas zonas. El cabecilla mandaba a sus trabajadores a realizar seguimientos a los otros delincuentes y luego los asesinaban.
Pero estos asesinatos no eran cometidos por cualquier integrante de la banda, puesto que dentro del grupo criminal habían diferentes roles y hasta unos precios establecidos por la ‘calidad de la víctima’, esto quiere decir que un delincuente podía recibir entre $100.000 y hasta $5.000.000 de pesos, dependiendo a quién hubiera asesinado. Lo que los investigadores pudieron establecer es que el precio más alto era por los cabecillas de otras bandas criminales.
“Un jefe de sicarios recibía un sueldo fijo semanal de $500 mil pesos y por cada acción criminal que desarrollaba, si era contra un jefe de otra organización, le pagaban entre 4 y 5 millones de pesos. Si era contra un administrador de otra organización, 3 millones; un surtidor, 3 millones; un acto sicarial, 3 millones y los que estaban en calle, hasta 2 millones de pesos”, explicó el coronel Jairo Baquero, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Las autoridades determinaron que, tan solo en el 2021, la banda de ‘Los Camilos’ sería responsable de 20 asesinatos: 16 en Bogotá, 2 en Soacha y otros 2 en Flandes. Sin embargo, hay 50 homicidios en investigación en los que también tendrían participación.
Las ventas de sustancias ilegales
Después de tomar el control de un territorio en la ciudad a través del miedo, los investigadores señalaron que ‘Los Camilos’ comercializaban hasta 10.000 cápsulas de estupefacientes diarias, por las cuales recibían hasta $2.100 millones de pesos mensuales.
Señalaron que su control se había establecido en barrios de Bosa como: San José, Brasil, Porvenir, Santafé, Carbonell, Piamonte, San Bernardino, El Tropezón, La Despensa, Libertad, La María, Naranjos, Recreo y Los Olivos. También en varios barrios de la localidad de Kennedy como: La Alquería, El Class, Ciudad Roma, La Rivera, Bellavista, Patio Bonito, La 38, El Tintal, Tierra Buena, Los Tubos, Caracol y Dindalito.
También operaban en el barrio Venecia, de la localidad de Tunjuelito, y en sectores del municipio de Soacha, Cundinamarca, como Ciudad Verde y León XIII.
Lo que han dicho las autoridades es que su rango de acción era de 40 barrios entre la ciudad y Soacha, con 13 ollas madre, lo que significaba que atemorizaban a toda una ciudad y una población equivalente a la de Cali.
“Esta banda tenía una trayectoria criminal de más de 10 años en Bogotá. Estimamos, y por eso está entre el top tres de las bandas criminales de narcotráfico en la ciudad, que esta era una banda que administraba o producía una renta criminal de cerca de 2.100 millones mensuales”, señaló la alcaldesa Claudia López.
Tras recopilar esta información, en cerca de siete meses de investigación, desde el pasado 6 de octubre iniciaron los operativos para dar con la captura de los delincuentes. Los delincuentes fueron enviados a la cárcel por un juez de control de garantías, a pesar de que ninguno de ellos aceptó los delitos que les fueron imputados.
Tortura y mutilaciones al interior de una URI en Kennedy
Por otro lado, en las últimas horas, también se ha señalado que estos delincuentes serían los responsables de torturas y hasta mutilaciones dentro de una URI en Kennedy. Esta información fue revelada tras unos videos que conoció CityTv en los que se pueden ver los enfrentamientos entre detenido en una URI y la amputación de un dedo de uno de ellos.
Al parecer, luego de la captura de ‘Los Camilos’, fueron trasladados a una URI en la localidad de Kennedy, en esta se encontraron con sus enemigos, integrantes de otras bandas, lo que desató los enfrentamientos en los que uno de los detenidos habría perdido un dedo y, ahora, se recupera en un centro médico.
Al canal bogotano, el CTI de la Fiscalía señaló que está llevando a cabo las pesquisas para determinar qué pasó en esta URI y si, efectivamente, los detenidos se torturaron y agredieron entre ellos sin que las autoridades intervinieran.
SEGUIR LEYENDO: