Los páramos colombianos son santuarios naturales muy importantes porque proveen el 70 % del agua potable del país. Asimismo, son el hogar de ecosistemas con una amplia biodiversidad, en la que prosperan numerosas especies de fauna y flora.
Estos destinos a su vez, representan escenarios ideales para la práctica de actividades ecoturísticas como el senderismo, que es posible disfrutar mientras se acampa; un plan que permite estar en contacto directo con la naturaleza y desconectarse del ajetreo de las grandes ciudades.
Pensando en ello, hoy en Infobae Colombia le contamos sobre cinco páramos, ubicados en las inmediaciones de la capital colombiana y que permiten armar un camping inolvidable:
Chingaza
Ubicado en el Parque Nacional Natural Chingaza, es uno de los tesoros naturales y culturales más importantes de Colombia. Sus montañas guardan la remembranza de los antiguos pueblos muiscas y guayupes, que resguardaban este territorio, así como de comunidades campesinas que habitaron la región hace menos de 40 años.
Actualmente, este destino es el refugio de cientos de especies de fauna y flora. Se encuentra en la cordillera oriental de los Andes, al noreste de Bogotá y está en el territorio de 11 municipios, siete de Cundinamarca: Fómeque, Choachí, La Calera, Guasca, Junín, Gachalá y Medina; y cuatro del Meta: San Juanito, El Calvario, Restrepo y Cumaral. Allí, en el páramo, habitan los osos de anteojos (Tremarctos ornatus) y otras especies como venados, pumas y leopardos.
Ocetá
A un poco más de tres horas de Bogotá, en el departamento de Boyacá, se encuentra Monguí, Pueblo Patrimonio de Colombia en cuyas inmediaciones se encuentra el páramo de Ocetá. Está compuesto por más de 5,771 hectáreas donde abundan frailejones y parajes como el de la Ciudad de piedra, un complejo de antiguos laberintos creados por el desprendimiento de lozas de piedras.
Además, puede disfrutar de caminatas hasta la laguna Negra y demás cascadas, lagos y lagunas donde se puede apreciar la gran riqueza de fauna y flora que habita en la región.
El Verjón
Se encuentra en el Parque Ecológico Matarredonda, ubicado a una hora de Bogotá. Cuenta con 2.375 hectáreas y distintos caminos para conocerlo que constan de entre 7 y 19 kilómetros de belleza natural.
“Además de la flora y la fauna propia de los páramos, El Verjón tiene antiguos caminos que fueron construidos por los indígenas para que los dignatarios de la corona española se desplazaran entre Bogotá y La Unión, que hoy en día es un corregimiento del municipio de Fómeque, Cundinamarca”, contó en El Espectador, Susana Noguera, de la Agencia Anadolu.
El Tablazo
Está ubicado a una hora y media de Bogotá y es una frontera natural formada por sus montañas, cuya cumbre alcanza los 3.450 msnm y detiene la humedad atmosférica proveniente de las tierras cálidas del norte; de ahí que en sus alrededores se genere una niebla particular.
La temperatura oscila entre 8°C y 17°C y su ecosistema cuentan con extensas áreas ocupadas por frailejones, musgos, pajonales, lagunas y caminos veredales.
Guacheneque
Se encuentra a dos horas de Bogotá y es reconocido porque allí nace el río Bogotá o río Funza, como le conocen los muiscas. Allí, es posible conocer pequeños paraísos naturales como el pozo de la Nutria y la espectacular fauna y flora, propias del bosque alto andino.
Algunos de los sitios imperdibles de conocer en esta área del municipio de Villa Pinzón, son los humedales alto andinos, la laguna de Guacheneque, el pozo del Oso, el salto de la Nutria, y su espectacular mirador.
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