La historia del pueblo Wiwa de la sierra, antes del contacto con la sociedad externa, se conoce a través de cuentos y mitos que comparten los pueblos de la sierra. Desde el siglo XVI toda la Sierra Nevada fue explotada por el sistema colonial. En el siglo XVIII la Colonia adoptó leyes que fueron en contra de la cultura de los pueblos indígenas de la sierra, ya que intervino en los pueblos para establecer censos y sistemas de tributación de los indígenas, además de la imposición del catolicismo y otras prácticas sociales ajenas a la tradición indígena.
Durante el siglo XX permanecieron los impactos de la colonización no indígena de la Sierra, y se generaron nuevas formas de interacción que alteraron conocimiento y prácticas tradicionales de los indígenas wiwa. La historia actual de las comunidades indígenas de la sierra nevada de Santa Marta se caracteriza por, la apropiación de las tierras bajas de su territorio ancestral por parte de terratenientes y hacendados costeños, que introdujeron prácticas agrícolas campesinas que hicieron entrar en desuso las técnicas tradicionales indígenas de tratamiento de la tierra de cultivo (Suárez, 2008).
En los años setenta, se produjo lo que se ha denominado la bonanza de la marihuana, que llegó a las tierras bajas de la sierra nevada, y produjo migración hacia las partes altas de la sierra. Hasta la década de los ochenta, se mantuvieron misiones capuchinas en el territorio wiwa, que buscaron civilizar y domesticar la población indígena, principalmente la infantil. El territorio fue repoblado por los indígenas recientemente, gracias a las políticas culturales que el gobierno ha implementado, y que favorecen los procesos de fortalecimiento cultural del pueblo indígena Wiwa.
¿Cómo recuperar y no perder sus costumbres?
Su lengua nativa es la Damana, perteneciente a la familia lingüística Chibcha. la lengua Wiwa, que es de uso cotidiano, existen otras de uso ritual en los pueblos wiwa (terruna) y kaggaba (teyuan), las cuales son utilizadas únicamente en los discursos y cantos sagrados durante las ceremonias tradicionales (Trillos, 2005). Desde hace algunos años, el pueblo wiwa cuenta con un Comité de Educación que está empeñado en incorporar las formas propias de enseñanza en el contexto escolar y en consolidar el uso del damana como medio de comunicación. Como resultado de este trabajo actualmente algunas escuelas incluyen en su currículo una asignatura dedicada a la enseñanza de este idioma.
Los sitios sagrados están distribuidos por el territorio, desde cuando Serankua depositó un guardián y dueño de cada cosa que existe en la Sierra Nevada y en el mundo, conectados a través de la línea negra, sobre la cual los indígenas no tienen dominio indígena (Suárez, 2008). La Gagaka o loma, es uno de los sitios de poder del Mama, en donde él siempre se sienta a hacer el pagamento espiritual o para hacer confesar a la persona que lo consulta. El Gagaka es definido por la presencia de sillas de piedra, llamadas atinkuna, útiles para la adivinación y confesión, el cual el Mama identifica por medio de la adivinación o Zhatukua (Ponce, 2006). En la cosmovisión del pueblo indígena Wiwa existe un fuerte vínculo espiritual con personajes sobrenaturales que dan vida a las historias míticas del mundo.
En consecuencia los personajes tangibles como el Mama y la Saga materializan la idealización de la realidad espiritual y formas de creencias del pueblo. Estos personajes constituyen la representatividad de sus dioses naturales sol y luna respectivamente, constituyéndose como autoridades tradicionales ante los demás integrantes del pueblo. De este modo asumen personajes que explican la vida social y natural del colectivo que son explicados a través de la tradición oral de los Mamas y Sagas.
El proselitismo religioso en los territorios de la sierra ha provocado la apropiación de nuevos credos religiosos que han producido un fuerte sincretismo entre las tradiciones y creencias espirituales y trascendentes tradicionales y las católicas. La vida social de los pueblos de la sierra esta mediada por las diferentes manifestaciones de tipo espiritual que configuran un sistema de ritualidad y de festividades que giran en torno al desarrollo de las actividades tradicionales. La coca es una de las plantas con mayor uso ceremonial y espiritual, además de que es usada para el tratamiento de dolencias y enfermedades severas. Las ritualidades periódicas se asocian a los cambios climáticos y otros ciclos.
El Censo (DANE, 2005) reportó 10.703 personas autoreconocidas como pertenecientes al pueblo Arzario (Wiwa), de las cuales el 50,8% son hombres (5.433 personas) y el 49,2% mujeres (5.270 personas)
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