Por varios meses, la dictadura chavista intentó frenar la extradición de uno de sus testaferros más importantes, el barranquillero Alex Saab, en gran medida para preservar los secretos del régimen. Sin embargo, todas las defensas y pleitos que inventaron, no lograron que el hombre llegara hasta suelo estadounidense. Saab se enfrenta ahora ante la posibilidad de pasar 20 años en una prisión de máxima seguridad en los Estados Unidos, lejos de su familia y de su abultada cuenta bancaria.
Tras su llegada a Miami este sábado, donde enfrenta cargos por el millonario lavado de dinero, comparecerá por primera vez ante un juez en Miami este lunes. Una portavoz del Departamento de Justicia, Nicole Navas, confirmó a Efe a última hora que Saab “fue extraditado hoy desde Cabo Verde a los Estados Unidos para ser procesado por los cargos que se le imputaron en julio de 2019″ en una corte federal del sur de Florida.
“Está previsto que (Saab) haga su aparición inicial el lunes 18 de octubre a la 13:00 horas de la tarde (17:00 GMT) ante el juez John J. O’Sullivan del tribunal federal de Estados Unidos para el distrito sur de Florida”, afirmó Navas.
Sin embargo ahora presenta un nuevo lío judicial. Según una investigación revelada por El Tiempo, el testaferro de Nicolás Maduro tendrá que enfrentarse a nuevos procesos de judicialización. Según la información entregada por el diario, a Saab se le estaría investigando también por haber participado de diferentes negociaciones con iraníes. Entre ellas, el hombre pasó un contenedor lleno de alimentos y gasolina en el que se habrían incluido de manera ilegal varios misiles y armamento enviado desde irán para Nicolás Maduro.
El Tiempo, aseguró que su fuente en Washington mencionó que era muy poco probable que Saab solo hubiera negociado alimentos durante su encuentro con los iraníes. Además, se estableció que personal del ejercito de Irán viajó hasta Venezuela para modificar los 3.979 misiles Igla que tiene el régimen de Maduro y así darles mayor alcance.
La investigación en su contra:
En 2019, los fiscales federales en Miami lo acusaron como principal protagonista de un plan de soborno que se embolsó más de 350 millones de dólares de un proyecto de vivienda para personas de bajos ingresos para el régimen venezolano.
El testaferro del chavismo había sido sancionado por la administración de Donald Trump por utilizar una red de empresas fantasma que se extienden por todo el mundo – en los Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Hong Kong, Panamá, Colombia y México – para ocultar enormes ganancias de contratos ilícitos de alimentos obtenidos mediante sobornos y comisiones ilegales.
Algunos de los contratos de Saab se obtuvieron mediante el pago de sobornos a los hijos adultos de la primera dama venezolana Cilia Flores, alegó la administración Trump. Comúnmente conocidos en Venezuela como “Los Chamos”, jerga para “los niños”, los tres hombres también están siendo investigados por los fiscales en Miami por presuntamente formar parte de un plan para desviar USD 1.2 mil millones de la compañía petrolera estatal de Venezuela, informó The Associated Press.
Además, las autoridades de EEUU lo acusan de incumplir un contrato para entregar materiales de construcción de viviendas o de incurrir en sobrecostos en el programa social Gran Misión Vivienda, del gobierno de Hugo Chávez.
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