En las últimas horas fue encontrado el cuerpo sin vida de Kevin Porras dentro en la represa de Guatapé en Antioquia después de que haberse reportado su desaparición en esa misma zona tras caer de un bote cinco días atrás.
Las autoridades de socorro encontraron el cuerpo del joven de 26 años que, al parecer, se habría lanzado de una embarcación en la que iba con sus amigos el pasado domingo. “Después de nadar unos segundos se sumerge y desaparece”, dijeron los bomberos el día de la desaparición a medios de comunicación. Durante los días siguientes se realizaron búsquedas pero no se obtuvieron resultados.
El joven que era padre de una niña y convivía con su pareja, estaba celebrando las fiestas patronales en el lugar. Según un testigo en diálogo con Caracol Radio, cuando saltó de la embarcación sin chaleco, empezó a nadar a la misma pero de un momento a otro dejó de hacerlo y no se supo más.
Los familiares reclaman que no se actuó con rapidez en su caso y que ese día notificaron que no había bomberos y que el buzo disponible al estar trasnochado no podría atender la emergencia.
Investigan muerte de sacerdote en Antioquia
El obispo Emiro Enrique Coronado Navarro fue hallado muerto hace unos días con un golpe en la cabeza, en el suelo del jardín del santuario Cristo Redentor, en donde vivía, en la vereda el Noral, en el norte del Valle de Aburrá.
El hombre tenía 62 años de edad y era integrante de la Congregación Sacerdotal Internacional, un movimiento religioso con sede principal en Bogotá. El religioso fue hallado por ciudadanos que, extrañados por su ausencia en la misa, fueron a buscarlo. Esta información fue inicialmente expuesta por el medio local Q’Hubo de Medellín.
Monseñor Coronado fue hallado tendido en el suelo, boca abajo, con señales de violencia en su cabeza. Inmediatamente, y tras encontrarlo en ese estado, la comunidad llamó a las autoridades para que se hicieran cargo de la situación.
El cuerpo sin vida de Coronado Navarro fue levantado del lugar y, paralelo a ello, investigadores del CTI de la Fiscalía registraron el lugar. Los investigadores no tuvieron pruebas claras que evidenciaran que el sacerdote haya sido víctima de asaltantes.
“Se realiza la inspección técnica a cadáver, al igual que la inspección a su lugar de residencia y existe algún poco de desorden, no sabemos si fue causado por la misma víctima o por alguna otra circunstancia. Es de aclarar que él tenía sus elementos, el celular y el dinero que tenía en sus bolsillo, aparentemente no se presentó hurto (...) se le observan algunas señales de violencia que se pudieron haber generado por caída de su propia altura o por algún otro objeto que pudo ser provocado o no”, relató el general Javier Josué Martín Gámez, comandante de la Policía Metropolitana, en testimonios recogidos por Caracol Radio. Dentro de la casa, detalló Martín Gámez, habían botellas de licor vacías.
De acuerdo con los ciudadanos que solían ir a sus ceremonias, la última vez que lo vieron con vida fue el pasado viernes 8 de octubre. Se encontraba departiendo con uno de sus ayudantes de la iglesia y, desde entonces, no volvió a oficiar ninguna misa.
El hombre, nacido el 31 de julio de 1959, era originario del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Se definía a si mismo, resaltó el diario El Colombiano, como un “católico independiente”.
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