Denunciado por dos de sus estudiantes, una de las cuales grabó un video que fue utilizado como evidencia por parte de la justicia, quien fuera el profesor de la maestría en Enseñanza de Ciencias Exactas, Freddy Alberto Monroy, fue condenado a pagar una sentencia de un año y seis meses por el delito de acoso sexual.
Esta condena fue por una de los dos denuncias interpuestas por las mujeres. La que no prosperó fue la de la estudiante Lizeth Lorena Sanabria, quien registró el episodio de acoso propiciado por Monroy.
La otra denunciante, cuyo nombre no ha salido a la luz por petición expresa de su defensa, solicitó que “se reconozca también a Lizeth como víctima del señor Monroy, no se otorgue ningún beneficio y que ambos casos sean reconocidos como agravados”.
Lo anterior como respuesta a la demanda de Sanabria de apelar la decisión sobre su caso dado que el juez consideró que no se presentaron pruebas que fueran más allá de toda duda razonable.
“Nosotras vamos a apelar esta decisión porque no nos parece justo. No solo es mi lucha, es la lucha de muchas mujeres que hemos sido víctimas”, señaló Lizeth.
En la exposición de argumentos, la defensa invocó el máximo de la pena por dicho delito, el cual contempla una condena de hasta 3 años de prisión, que de todas maneras es excarcelable.
Durante la audiencia, ocurrida el pasado 14 de octubre, el juez señaló que Monroy “como autor responsable del delito de acoso sexual, cometido en las circunstancias de tiempo, modo y lugar reseñados” fue declarado culpable.
Los hechos
Lizeth Lorena Sanabria relató a la emisora W Radio la historia de cómo Freddy Alberto Monroy ganó su confianza al inicio de los estudios de maestría que ella cursó en la Universidad Nacional.
“Él es muy hábil, se gana la confianza de las personas mostrando interés con el tiempo que le dedica a tu trabajo y a tus intereses académicos”, expresó Sanabria, quien indicó que antes de la grabación ocurrió un primer acto de acoso.
De acuerdo a lo que publicó el periódico El Tiempo, en una carta enviada a la universidad, la joven reveló que en esa ocasión se encontraba dentro del cuarto oscuro de uno de los laboratorios del centro educativo con el docente, quien le estaba mostrando “un experimento con unos láser”.
“Me llevó contra la pared y tocó mi cintura y los senos. Pese a mi rechazo, me pidió que le diera un ‘pico’, refiriendo que no me preocupara porque no me metería la lengua. Yo logré separarlo de mí, señalando que en ese momento no tendría ninguna relación con nadie (…) pero actuando de manera ansiosa volvió a tocarme los senos, diciéndome: ‘Déjame sentirte, déjame darme ese gusto’”, denunció Sanabria.
La mujer agregó que en ese instante el docente le pidió que se calmara y le dijo que podían “llegar a un acuerdo, que él se pondría muy juicioso a ayudarme con mi trabajo, pero que yo debía portarme bien”.
La universitaria señaló que después de este hecho “entró en depresión” y pensó en abandonar la maestría. Por esta razón, le envió una carta al docente expresándole que “deseaba cambiar de tutor de tesis”.
Descubrió que no era la única cuando otra estudiante de la Universidad Nacional le escribió, a través de WhatsApp, que ella también “había sido víctima de ataques lascivos por parte del profesor”.
Esto la motivó a continuar con el docente como tutor y proponerse encontrar una prueba de la situación que ella estaba padeciendo: “Era la única forma de conseguir la evidencia. Ese día, antes de llegar, iba llorando, pensando que no lo podía hacer, pero me decidí a hacerlo”.
Esa prueba fue el inicio de una denuncia que escaló a altos niveles de la Universidad Nacional y que, por el momento, tiene a Freddy Alberto Monroy pagando una pena por acoso sexual.
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