Indígenas asentados en el Parque Nacional piden establecer una mesa de diálogo y ser reubicados en un colegio distrital

Los líderes de al menos 13 pueblos étnicos que acampan en ese parque de Bogotá insisten en que no se les ha cumplido con los acuerdos y garantías necesarias para tener una vida digna

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Indígenas del Chocó se alimentan
Indígenas del Chocó se alimentan hoy en el Parque Nacional, en Bogotá (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Tras cerca de 20 días acampando en el Parque Nacional de Bogotá, integrantes de por lo menos 13 pueblos indígenas que se tomaron la zona, reiteraron este viernes el llamado al Gobierno nacional para establecer una mesa de diálogo que permita llegar a soluciones para las problemáticas de vivienda y solvencia económica que atraviesan en este momento.

Valga recordar que, se trata de entre 1.300 y 1.500 personas que comenzaron a llegar a ese lugar de la localidad de Chapinero desde la última semana de septiembre, tras haber sido desalojados de sus viviendas en el barrio Vista Hermosa, de Ciudad Bolívar.

Igualmente, llegaron a la zona para declarar una minga permanente y denunciar un incumplimiento por parte de la Alcaldía Distrital de acuerdos alrededor de ayudas humanitarias y recursos económicos. Los mismos contemplan la inclusión de los pueblos indígenas que habitan la capital en las políticas públicas y hasta mejores condiciones para el regreso a sus tierras ancestrales tras haber sido víctimas de desplazamiento.

En respuesta, y sin que hubiera una reunión formal con las principales autoridades nacionales o distritales, la administración local resolvió ofrecer, para los desalojados, el traslado hacia la Unidad de Protección Integral (UPI) de Engativá. No obstante, tras la llegada de algunos de los indígenas al sitio, comenzaron a conocerse, este viernes, denuncias por malas condiciones de infraestructura y salubridad.

“Allá los niños se están enfermando, están llenos de picaduras de zancudos. También los abuelos”, dijo Alexis Gómez, miembro del pueblo Kubeo, durante una entrevista concedida a Noticias Capital. El mismo vocero señaló que la situación es delicada pues quienes se encuentran refugiados en el Parque Nacional están viéndose afectados por la ola invernal que azota a Bogotá por estos días.

“Ninguna de las familias va a estar bien en estas condiciones. Llueve, se les moja la ropa, se les mojan las cobijas. Los niños que hace dos días tuvimos, cuatro bebés que llegaron a este mundo, las mujeres gestantes, los abuelos, todos se están enfermando”, denunció. A esto se suma la granizada del 14 de octubre,

Ante esa situación, Humberto Figueroa, una de las autoridades del pueblo Coreguaje, le dijo al mismo informativo que lo ideal sería reorganizar otro traslado a un edificio que sí cuente con la infraestructura necesaria para garantizar el bienestar y la dignidad de los pueblos indígenas.

A un colegio distrital, para que nosotros mantengamos con buenas garantías. Entonces sería reubicarse en un colegio donde nos brinde todos los servicios básicos”, dijo el líder indígena.

No hay que dejar de señalar, además, que en días pasados se había conocido de boca de Édgar Gutiérrez, autoridad de la comunidad Kubeo, que el 80 % de quienes se encuentran en ese asentamiento son víctimas del conflicto armado, quienes llegaron a la ciudad a causa de desplazamientos forzados o porque sus territorios fueron tomados por grupos armados.

En ese sentido, exigen que se mantengan las ayudas, sin límite temporal, para evitar la reproducción de ciclos de pobreza, donde, tras la cancelación de los subsidios, los beneficiaros vuelven a quedar sin formas de pagar sus gastos de vivienda o alimentación.

Igualmente, insisten en la necesidad de condiciones dignas de vida, entendiendo que la mayoría no cuenta con acceso a sistemas de salud. O, como se había dicho, de mayores garantías para el regreso a sus tierras, pues de acuerdo con Gómez, “Simplemente los dejan allá con un hacha, un machete, unas botas, y pues obviamente allá sin las garantías los compañeros se devolvieron”.

Lo anterior, como respuesta al ofrecimiento de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, que este fin de semana hará un censo para conocer quiénes están dispuestos a regresar a sus lugares de origen y plantear soluciones para la comunidad.

Ante la situación, la Personería de Bogotá volvió a solicitarle a la alcaldía que desplieguen una solución a la crisis, enfocándose en en tratamiento a menores de edad. Patricia Villegas, jefe de esa entidad, le dijo al mismo noticiero que es necesario “que se facilite que un médico mire la situación de cada uno de estos niños y niñas para garantizar su salud integral”.

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