Aunque está oficialmente en venta desde marzo de este año, el Porsche 911 Carrera RSR de 1974 que alguna vez perteneció al capo colombiano Pablo Escobar no ha podido ser vendido. De acuerdo con la Revista Semana, la razón detrás de la escasez de compradores tiene que ver con el elevado precio del exótico deportivo.
Es que, el bólido alemán no sólo es llamativo, por llamarlo de alguna manera, por haber pertenecido al narcotraficante más prolífico del siglo pasado. También lo hacen especial otros detalles como el hecho de que se trata de una de las 15 unidades de su tipo, fabricadas en Stuttgart para correr exclusivamente en la International Race of Champions (IROC), en la que los 12 mejores pilotos del mundo competirían en autos completamente idénticos.
Hay que señalar entonces que todos estaban equipados con un motor 3.0 L de seis cilindros en línea con sistema de refrigeración por aire, caja de cambios mecánica y llantas de lujo de la marca BBS. A la fecha, se registra que el del jefe del Cartel de Medellín marca en su contador unos 362.000 km de recorrido.
Ahora, el hecho de que Porsche le diera a cada unidad un color propio —la de Escobar es Sahara Beige—, y de que consiguiera la pole position en la clasificatoria de la competencia a manos del piloto de Formula 1 Emerson Fittipaldi, que posteriormente perdió la carrera por llegar 10 minutos tarde y experimentar fallas técnicas, también influyen en su alto valor.
Otros factores, menos importantes pero igualmente notables, tienen que ver con el historial del auto, que antes de pasar a manos del narco antioqueño, participó en las 24 Horas de Daytona y las 12 Horas de Sebring; y con sus dueños previos: los pilotos Roger Penske —que hoy es empresario, director de la IndyCar y propietario del Team Penske, para el que corrió Juan Pablo Montoya— y John Tunstall.
Con todo, el auto entró a subasta en el portal de DuPont Registry el pasado 9 de marzo por un precio base de 2,2 millones de dólares, que se traducen en unos 8.280 millones de pesos colombianos, cifra que no pudo ser igualada por ninguno de los interesados, ni en ese momento, ni el pasado 8 de octubre, cuando volvió a ser ofertado a través del portal Collecting Cars.
Valga señalar que Escobar no dejó el carro intacto luego de comprarlo. De hecho, tan pronto lo obtuvo y llevó a Medellín, lo mandó a renovar con la carrocería de un modelo Porsche 935 y lo pintó con los colores de Martini Racing, es decir, blanco con líneas rojas y azules.
Tras esto, lo usó para correr contra Ricardo Londoño en una carrera conocida como la Trepadora de Las Palmas, desarrollada en Medellín y muy reconocida en Colombia. Durante los años de competencia del narco, se conoció la millonaria apuesta que este realizó con su rival, que sí era corredor y también estaba ligado con el narcotráfico.
Según retrató el medio La Tercera, Londoño apostó que llegaba a la meta con 15 segundos de ventaja del ‘Patrón del mal’, manejando su Chevrolet Camaro, mientras Escobar llamó la atención con el Porsche. Sin embargo, el primero llegó a la línea de meta solo nueve segundos por delante que Escobar, perdiendo así una millonaria cifra y dándole un impulso adicional al reconocimiento que ya tenía el capo.
Años después, Jhon Jairo Velásquez alias ‘Popeye’ revelaría que Escobar le ordenó ubicarse en el kilómetro 20 del recorrido y arrojar tachuelas al suelo antes de que pasara Londoño, para recogerlas luego de que este pasara.
Tras la muerte de Escobar, el auto pasó por distintos parqueaderos, distintos a los del edificio Mónaco en el que perdió buena parte de la colección automotriz durante un atentado. Luego, un comprador de identidad desconocida lo regresó a Estados Unidos, donde fue restaurado a la imagen original. Más tarde pasó a manos del Atlantis Motor Group, que no ha podido subastarlo, a pesar de que otra unidad de ese modelo, perteneciente al comediante Jerry Seinfeld, se vendió en 2016 por 2,31 millones de dólares.
SEGUIR LEYENDO: