Kingston es un migrante haitiano que vivía junto a su esposa, su hija y su hermano en Chile, pero él era el único con una visa definitiva, lo que hacía que las condiciones de vida en ese país fueran difíciles para la familia. Por esto, los cuatro decidieron emprender un largo viaje que tenía como destino final los Estados Unidos, donde esperaban empezar de nuevo.
Luego de pasar por Ecuador y llegar a Colombia, durante los primeros días del mes de octubre, esta familia llegó hasta el municipio de Necoclí, Antioquia, donde miles de migrantes realizan su paso hacia Panamá para continuar su travesía. La situación en este municipio es complicada, pues hay miles de ellos esperando para tomar una lancha y llegar al país vecino, pero cada día solo parten unos cientos.
La alternativa, aunque ilegal y peligrosa, es utilizada por muchos de los migrantes haitianos, cubanos y venezolanos que llegan con el mismo propósito de Kingston al municipio.
En un diálogo con Caracol Radio, el migrante haitiano relató los hechos que vivió junto a su familia cuando abordaron una lancha, junto a otros 26 migrantes, en la noche del pasado 10 de octubre y naufragaron, hecho que dejó tres personas muertas y seis desaparecidos. De la familia de Kingston, solo él sobrevivió.
El hombre señaló que en Necoclí, donde pasaron seis días, se pusieron en contacto con una persona que llevaría en una lancha a 30 migrantes haitianos, cubanos y venezolanos, saliendo desde una zona escondida en el municipio y con destino al puerto de Anachucuna, en Panamá; Kingston pagó 1.050 dólares por el viaje (350 por cada adulto, por su hija no tuvo que pagar).
“Yo compré pasaje con una persona ilegal porque cuando fui a comprar uno legal, me dijeron que no tenían en su momento. Entonces pagué más a otra persona para que nos ayudara a pasar”, confesó el migrante.
Eran las 8:00 de la noche, cuando la lancha partió rumbo al país centroamericano, pero dos horas y media después, el vehículo marítimo se volcó y todos los migrantes cayeron al mar, en medio de la oscuridad de la noche.
“Yo pasé toda la noche en el mar”, dijo Kingston a la emisora, “hasta las dos de la tarde nos recogieron y, de los nueve haitianos que viajábamos, solo nos salvamos dos ... Perdí a mi esposa, mi hija, mi hermano y mi amigo”, agregó.
Sobrevivir fue toda una hazaña, pero 21 personas lo lograron, tres cuerpos han sido encontrados y hay seis personas (entre ellas dos menores de cinco años) desaparecidas, aunque no se tiene su rastro, siguen siendo buscadas por las autoridades.
En su caso, Kingston señaló al medio radial que pasó difíciles momentos en el mar, pues él iba sin chaleco salvavidas y no sabe nadar; sin embargo, “yo tenía un amigo que estaba con nosotros, tenía chaleco pero murió, y yo le saqué el chaleco y me lo puse, por eso salvé mi vida”.
Luego de cerca de 16 horas en el mar, Kingston fue rescatado junto a otros sobrevivientes. Señaló que todo fue gracias a que había una persona pescando y encontró a un grupo de los naúfragos de nacionalidad cubana, quienes le informaron que había más personas perdidas.
La información llegó a las autoridades, “ellos estaban buscando muertos, porque a ellos (los cubanos) los encontraron a las cinco de la mañana, entonces a las dos de la tarde encontrar personas vivas era difícil. Cuando estaban buscando a los muertos nos encuentran a nosotros dos (él y el otro haitiano que sobrevivió)”, relató.
Aseguró que ya pudo comunicarse con su familia en Haití, quienes al igual que él quedaron mnuy mal tras la muerte de quienes lo acompañaban. Ahora, Kingston buscará regresar a Chile, pues agregó que “ya no tengo fuerzas ni dinero para seguir el camino”.
Por su parte, la Fuerza Naval del Caribe reveló al Canal Institucional que la lancha en la que iban los migrantes era pequeña, con una capacidad máxima de 30 personas y que no contaba con los elementos de seguridad necesarios para la navegación. El el contralmirante Juan Ricardo Rozo, condenó que en el municipio de Necoclí se sigan presentando estos casos de “irresponsabilidad por parte de personas inescrupulosas que se aprovechan de la situación de aglomeración de migrantes”.
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