María Berenice Duque, la monja colombiana que podría ser declarada santa

En febrero de 2019, la comunidad religiosa colombiana recibió una noticia que llenó el ambiente de esperanza. La religiosa María Berenice Duque Hencker fue reconocida por el Papa Francisco por sus “virtudes heroicas”, lo que hizo que avanzara, en un paso, el proceso de su beatificación. En la mañana de este miércoles 13 de octubre, poco más de dos años después de ese primer anuncio, se confirmó que la monja consiguió llegar a esta segunda instancia. El Vaticano tomó la decisión luego de que se le demostrara su intercesión en un milagro. El anuncio se hizo luego de que el Papa Francisco autorizara promulgar el decreto de la beatificación tras una audiencia con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.

La madre María, cuyo nombre secular es Ana Julia, nació en Salamina, el 14 de agosto de 1898, y falleció en Medellín, el 25 de julio de 1993. Durante su vida dedicada al catolicismo, se caracterizó por ser una de las mayores activistas al servicio de los más pobres. Sus labores estaban dedicadas, también, a la ayuda sobre niños, niñas, jóvenes y mujeres, a quienes auxiliaba de la mano de la fundación de Congregación de las Hermanitas de la Anunciación. Según resaltaron medios de comunicación nacionales como El Colombiano, esta entidad tiene sede en 15 países. Las Hermanitas de la Anunciación tienen 135 comunidades en el mundo, de las cuales 82 se encuentran en Colombia.

“Ella lo hizo para que las jóvenes tuvieran oportunidad de recibir educación. Unas eran morenas y en ese tiempo (1943) no las recibían. A través de la Congregación, las jóvenes se formaban sin necesidad de dar una dote para ingresar”, explicó la hermana Luz Ofelia Herrón, quien pertenece a congregación desde hace 50 años, en testimonios rescatados por El Tiempo.

María Berenice Duque, quien ahora hará parte del selecto grupo de beatos de la iglesia católica, tuvo que, primero, lograr ser calificada como ‘un venerable siervo de Dios’, título que se le otorgó luego de que se le reconociera que vivió “sus virtudes de manera heroica”, al ser fundadora de la Congregación, en 1943. La beatificación, por el otro lado, se le entrega, ahora, luego de que se le demostró su influencia en la ejecución de un milagro.

Según lo que le atribuye la iglesia, la mujer había sido clave en la recuperación de Sebastián Vásquez Sierra, un joven que le fue encomendado, por parte de su familia, debido a su diagnóstico de parálisis física. Los especialistas médicos aseguraron que el paciente no volvería a caminar, sin embargo, y ante todos los pronósticos, lo logró. Cinco médicos que estudiaron el caso, y que estuvieron en el tribunal, aseguraron que no encontraron una explicación científica o lógica para que el hombre hubiese recuperado su capacidad de movilidad.

“Él era parapléjico, no podía valerse por sí mismo, su familia tenía que hacerle todo, pero él deseaba estudiar y lo llevaban en una silla de ruedas a la escuela, pero la profesora conoció a madre Berenice y le dijo usted puede caminar”, contó Herrón Fernández, para Noticias Caracol.

El joven había sido diagnosticado con pandisautonomía aguda paraneoplásica, lo que hacía que su cuerpo, paulatinamente, perdiera su movimiento natural. El joven aseguró que alguien le hicieron un libro y una oración de la hermana María Berenice, y que, al empezar a leer ambas cosas, notó una gran mejoría en su padecimiento, tanto así, que volvió a caminar.

“Una mujer de Dios, una mujer llena de contemplación, de oración, y por lo tanto de las prácticas de las virtudes cristinas”, comentó la hermana Luz Ofelia, para el informativo del mismo canal de televisión. Para ser canonizada, es decir, declarada como Santa, se debe demostrar que María Berenice intercedió en un segundo milagro.

Al igual que la religiosa María Berenice Duque Hencker, será beatificado el papa Juan Pablo I. El sumo pontífice nació 17 de octubre de 1912, en Forno di Canale, (hoy Canale d’Agordo, Italia), y falleció el 28 de septiembre de 1978, en el Palacio Apostólico (Estado de la Ciudad del Vaticano). En el mismo decreto, el Papa autorizó reconocer el martirio de los Siervos de Dios Pedro Ortiz de Zárate, sacerdote diocesano, y Juan Antonio Solinas, sacerdote profeso de la Compañía de Jesús, asesinados, por odio a la fe, el 27 de octubre de 1683 en el Valle del Zenta, en Argentina.

Seguir leyendo: