Desde hace más de una década los quebrantos de salud deterioraron la capacidad de Víctor Escobar para valerse por sí mismo. Hace dos años decidió iniciar el trámite de la eutanasia para terminar con el suplicio, pero fue hasta este 12 de octubre que un juez del circuito de Cali autorizó a la EPS Coomeva para que acompañe su muerte asistida.
Así lo confirmó el abogado del paciente, Luis Giraldo Montenegro, a través de redes sociales. “El día de hoy recibimos la sentencia donde el juez ordena a Coomeva realizar un comité científico, el cual acompañe a Víctor en su muerte digna. Es una decisión de Víctor, la cual debe ser respetada por ese comité y la única persona que puede decir que no está de acuerdo es él”, señaló a través de un video.
De acuerdo con Montenegro, la decisión judicial se basa en la sentencia C-233 de la Corte Constitucional en la cual se despenaliza el homicidio por piedad y extiende el derecho a pacientes no terminales, como es el caso de Escobar. Además, se da un día después de que se publicara el fallo completo, debido a que en el procedimiento de Martha Sepúlveda, en Medellín, se había argumentado la ausencia de conocimiento del contenido de la decisión.
El abogado aseguró que su cliente Víctor está feliz, pensando en descansar por fin del sufrimiento que le generó su enfermedad que, pese a no ser terminal, sí es degenerativa. Desde hace dos años había intentado recibir la autorización y solo hasta este martes la respuesta fue positiva.
Incluso, a través de videos, el abogado dejó ver la emoción y el agradecimiento de Víctor al recibir la noticia de la autorización para su procedimiento de eutanasia. Habla con dificultad por el deterioro de sus pulmones y afirma “esto que yo estoy pasando es tan difícil”.
La historia de Víctor Escobar
Tiene cerca de 60 años de edad y desde mediados de 2007 iniciaron los quebrantos de salud. Desde muy joven se desempeñó como conductor de camiones de carga, principalmente de cemento y otros materiales de construcción.
Según contó al diario El Tiempo, cuando tenía 24 años de edad, un camión de un compañero se rodó y él quedó aplastado contra su tractomula. El impacto fue tal que parte de sus intestinos se salió de su cuerpo. Con cirugías y una lenta recuperación logró volver a trabajar.
En su trabajo, asegura, tuvo contacto con el asbesto, un material que ya fue prohibido por la capacidad para generar cáncer en las personas expuestas. Esa situación le generó a Víctor algunas dificultades en su momento, como tos frecuente.
En 2007 tuvo un primer accidente cardiovascular que se repitió en 2008 y le provocó una hemiparesia derecha que le dificultó el movimiento de esa parte del cuerpo. Posteriormente le diagnosticaron una Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc) que lo obligó a mantener, como en la actualidad, dos generadores de oxigeno para garantizar su respiración.
Diana Nieto, una mujer que conoció poco antes de iniciar sus quebrantos más graves, se encarga de ayudarlo. Tiene cuatro hijos que lo apoyan en su proceso, pero manifiesta que para todos su situación puede ser un sufrimiento.
“Mi familia sufre, mi esposa sufre, mis hijos sufren y yo sufro al verlos sufrir a ellos. Estoy cansado de todo esto y quiero que mi Dios se acuerde de mí y dejar tanto sufrimiento”, le dijo Escobar a la revista Semana en el año 2020, cuando esperaba la autorización para la eutanasia.
Según ese medio, la capacidad pulmonar de Víctor está en un 40% del total, casi no puede sostener una conversación por el ahogo, la movilidad es reducida y requiere ayuda para todas sus actividades. Además, la tos suele manchar con sangre y requiere atención todo el tiempo.
En el año 2020 su petición para la eutanasia fue recibida por la EPS, pero la junta de la Clínica Valle del Lili en Cali negó el procedimiento porque no cumplía con el requisito, exigido entonces, que cobijaba con el derecho únicamente a los pacientes terminales.
Por esa razón, la esperanza se volvió a centrar en el fallo de la Corte Constitucional del pasado 22 de julio de 2021, que tiene vigencia a partir del día siguiente, que despenalizó el homicidio por piedad cuando sea efectuado por el médico, con consentimiento libre e informado del paciente siempre que “padezca un intenso sufrimiento físico o psíquico, proveniente de lesión corporal o enfermedad grave e incurable”.
Ahora, la esperanza del abogado, Víctor Escobar y su familia es que no surjan argumentos contrarios a la ley para impedir la aplicación de la eutanasia en su caso, como ocurrió con Martha Sepúlveda, en Medellín, a quien le negaron el derecho apenas horas antes de cumplir la cita programada el pasado 10 de octubre.
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