Los más de 22.000 migrantes que llevan meses represados en Necoclí, en el Urabá antioqueño, han tenido que instalar carpas a la orilla de la playa para poder dormir mientras logran seguir su camino. En ese espacio están hacinados y las autoridades no pueden retirarlos porque no hay otro espacio donde reubicarlos, por lo que la decisión que se ha tomado es suministrarle elementos que garanticen la higiene de los extranjeros. Con esto se espera que ellos tengan condiciones más dignas y no se contagien de enfermedades.
“No es posible retirar las carpas de las playas y es un tema humanitario porque ellos no tienen dónde quedarse ni hospedarse. Les vamos a prestar las condiciones básicas para que, si van a continuar en las playas, tengan condiciones dignas como un lugar para bañarse y hacer sus necesidades fisiológicas. Mientras haya represamiento, las carpas no se van a acabar”, informó Jorge Tobón, alcalde de Necoclí, este 11 de octubre.
Se detalló que la estrategia contempla instalar diez baños públicos en la zona para que los migrantes puedan tener agua y así, logren bañarse y hacer sus necesidades fisiológicas dignamente. Además, se adelantarán jornadas de limpieza en la playa.
Las autoridades están preocupadas porque la aglomeración de los migrantes en condiciones precarias puede derivar en casos donde se vea afectada la salud de los locales y extranjeros. El problema con esto es que actualmente, el Hospital San Sebastián de Necoclí se encuentra colapsado. En total son entre 50 y 60 migrantes diarios los que acuden a ese centro hospitalario para recibir atención por urgencias médicas.
“Por las condiciones socioculturales de ellos, se dirigen siempre a urgencias, donde se les hace la clasificación. Consultan muchos niños con problemas respiratorios, virales, intestinales y por la piel. También maternas que presentan algunos síntomas que se pueden agravar y no tienen control. También personas con enfermedades crónicas, pero que no llevan ningún tratamiento”, dijo Neyder Pupo Negrete, gerente del hospital, desde inicio de octubre.
Ante la situación, el gerente del Hospital San Sebastián de Necoclí manifestó que se encuentran preocupados debido a que el personal de salud se encuentra agotado debido a la alta demanda de pacientes que deben atender a diario, por lo que hizo un llamado para que se contrate más personal en el centro médico.
Por otra parte, está el riesgo inminente de un brote de covid-19 por lo que el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, se comprometió a avanzar en la vacunación de los migrantes. Además, señaló que el departamento apoyará al Hospital San Sebastián con personal asistencial e insumos ante el incremento de consultas. Y se acompañará la auditoría para que la institución reciba el pago por la atención de los extranjeros.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo son entre 1.000 y 1.200 personas las que arriban al municipio antioqueño cada día, quienes esperan para poder continuar su tránsito hacia los Estados Unidos, situación que genera hacinamiento en el lugar.
Por el contrario, de acuerdo con lo establecido entre las cancillerías de Panamá y Colombia, las empresas de transporte marítimo Catamaranes y Caribe S.A.S. solo pueden vender 250 tiquetes diarios para movilizar a los migrantes y sacarlos de Colombia.
La escena de la llegada de migrantes a Necoclí se ha repetido en los últimos meses y no para de aumentar. Según el último informe de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, en lo que va de 2021, en total son cerca de 70.000 migrantes que han llegado a Necoclí en su camino hacia los Estados Unidos entre los cuales hay más de 13.000 menores de edad.
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