No alcanzó a verla libre, madre de religiosa colombiana murió a la espera de su regreso

La señora Rosita pidió a sus hijos recibir a la hermana Gloria Cecilia Narváez con amor y alegría para paliar la dura prueba de su secuestro

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Primera imagen de la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez, liberada en Mali tras 4 años de cautiverio Crédito: @PresidenceMali
Primera imagen de la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez, liberada en Mali tras 4 años de cautiverio Crédito: @PresidenceMali

La historia de la misionera Gloria Cecilia Narváez, liberada el 9 de octubre en Mali después de 4 años de secuestro por parte de yihadistas, tuvo un contrapunto con las declaraciones de su hermano Édgar, quien contó que su señora madre murió esperándola.

Los hechos ocurrieron trece meses atrás, cuando la señora Rosita no aguantó más la pena y falleció en su casa después de despedirse de sus tres hijos y solicitar, en su lecho de muerte, ver la transmisión televisiva de la Santa Misa.

De esta manera lo manifestó Édgar Narváez al corresponsal de EL TIEMPO en la ciudad de Pasto:

No aguantó más la ausencia de Gloria Cecilia. Se murió esperándola

La señora Rosita contaba con 87 años cuando exhaló su último aliento. Ella intentó disuadir a la hermana Gloria Cecilia de no regresar a África después de una estadía de 8 años en Benín. El deseo de la religiosa era “ir lo más lejos posible”, en palabras de su hermano, Édgar, y poco sirvió que entre ambos intentaran convencerla.

Con mi mamá intentamos persuadirla. Le insistimos en que aquí, en Colombia, hay territorios muy pobres donde agradecerían su ayuda. Pero ella ya estaba decidida

Estos eventos se remontan a 2012, cuando la hermana Gloria Cecilia no solo había estado en África, sino también en Ecuador y México siguiendo las preceptivas de su orden, las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, a la que adhirió diez años atrás, en 2002.

La religiosa arribó a la parroquia de Karangasso, en Mali, donde ejerció su labor pastoral orientada al apoyo de madres cabeza de hogar y a gestionar alimentación, techo y educación, a los niños de la zona.

En la parroquia mantuvo su trabajo hasta que fue secuestrada por extremistas islámicos el 7 de febrero de 2017, en cercanías a la localidad de Koutiala, 400 kilómetros al este de la capital maliense, Bamako.

Al parecer la retención ocurrió cuando, buscando dinero y con miras a evitar lo que pudo ser una catástrofe, la religiosa Gloria Cecilia Narváez se ofreció como la principal de la congregación y fue llevada por los extremistas a un lugar desconocido.

Desde ese momento hasta el pasado 9 de octubre pasaron 4 años, en los que las noticias con respecto al destino de la misionera parecían conducir a un callejón sin salida, los cuales afectaron la, de por sí, frágil salud de la señora Rosita.

No obstante, su hermano Édgar admitió en SEMANA que lo único que espera es encontrarse con Gloria Cecilia y recibirla con el amor que dejó su madre cuando partió.

Es un milagro para mi mamá Rosita, que partió hace un año a la eternidad. Ella nos pidió que cuando se diera la liberación la recibiéramos con toda la alegría. Quiero abrazarla ya, darle las gracias a Dios, es muy fuerte haber aguantado tanto tiempo

Ambos conversaron, él desde Pasto y ella en el Vaticano, gracias a un celular que le prestaron a la religiosa, momentos antes de encontrarse en la homilía dominical con el Papa Francisco, quien la saludó cálidamente dándole la bienvenida a la libertad.

Papa Francisco saludó en el Vaticano a la monja colombiana Gloria Narváez, quien fue liberada en Malí. Fotos: Presidencia Malí / EFE (FABIO FRUSTACI)
Papa Francisco saludó en el Vaticano a la monja colombiana Gloria Narváez, quien fue liberada en Malí. Fotos: Presidencia Malí / EFE (FABIO FRUSTACI)

Édgar Narváez avanzó parte de la emoción que tuvo cuando escuchó la voz de su hermana: “la sentí con su alegría y su forma de ser de siempre. Me dijo que estaba muy bien de salud”, en declaraciones para EL TIEMPO.

Narváez sabe que honró la voluntad de Rosita, quien hasta su último aliento esperó la vuelta de su hija, la religiosa Gloria Cecilia Narváez.

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