Conmebol confirmó la dura sanción contra el colombiano Sebastián Villa por la gresca en la que estuvo implicado en Brasil

El jugador de Boca Juniors agredió a los uniformados del gigante sudamericano y a los jugadores de Atlético Mineiro en el partido de vuelta por los octavos de final de la Libertadores

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Soccer Football - Copa Libertadores - Round of 16 - Second leg - Atletico Mineiro v Boca Juniors - Estadio Mineirao, Belo Horizonte, Brazil - July 20, 2021 Boca Juniors' Sebastian Villa reacts Pool via REUTERS/Bruna Prado
Soccer Football - Copa Libertadores - Round of 16 - Second leg - Atletico Mineiro v Boca Juniors - Estadio Mineirao, Belo Horizonte, Brazil - July 20, 2021 Boca Juniors' Sebastian Villa reacts Pool via REUTERS/Bruna Prado

Bien costosas le salieron las sanciones que le impusieron a Sebastián Villa por las agresiones que perpetró contra la policía brasileña y los jugadores de Atlético Mineiro en julio de este año, cuando Boca Juniors jugaba de visitante en el estadio Mineirao de Belo Horizonte en el partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores.

Así lo confirmó este viernes la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) con las penalizaciones que también acogen a cinco futbolistas más y dos dirigentes del equipo auriazul por los incidentes ocurridos al finalizar ese encuentro en el que fueron eliminados por penaltis de la competencia.

El violento y bochornoso episodio ocurrió en los camerinos, cuando los jugadores de la Ribera la emprendieron contra los dueños de casa y los agentes de seguridad, derribando vallas y lanzando objetos contundentes. Incluso en algunos videos se registra cuando Villa arroja un dispenser, y también como el también colombiano Jorge Bermúdez, integrante del Consejo de Fútbol, insulta a alguien gritándole: “Pedazo de puto”. En ese instante, las agresiones xeneizes fueron repelidas con gas pimienta.

También se evidencia que en la gresca resultan implicados Raúl Cascini y el Chelo Delgado, los otros laderos de Riquelme en el Consejo, y al propio Miguel Ángel Russo, que protestan y gritan airadamente. Eso generó los roces con los agentes, sobre todo cuando uno, identificado con el N° 145, que parece responderle al ex volante.

Luego la Policía Militarizada de Minas Gerais intervino para poner fin a la pelea lanzando más spray y gases lacrimógenos. Lo que obligó a que algunos miembros de la delegación de Boca tuvieran que salir a las graderías del estadio para poder respirar.

Al final de la jornada, toda la delegación de Boca Juniors fue trasladada a una comisaría de Belo Horizonte por los incidentes protagonizados y tras pasar doce horas declarando fue liberada previo pago de una fianza.

Por estos hechos, la Conmebol ratificó que el colombiano tendrá que pagar 30.000 dólares, más de 110 millones de pesos colombianos a cambio de la fecha, y no podrá jugar seis partidos. La misma penalización también acogió también al argentino Cristián Pavón.

Mientras que al defensor central Marcos Rojo le fue aplicada una sanción de cinco partidos en los que no podrá jugar y una multa de 25.000 dólares. El otro central xenense Carlos Izquierdoz, el mediocampista Diego ‘Pulpito’ González y el guardameta Javier García recibieron cuatro, tres y dos fechas de suspensión y multas de entre 20.000, 15.000 y 10.000 dólares, respectivamente.

Las sanciones más fuertes de parte de la Comisión Disciplinaria de la Conmebol recayeron sobre los exfutbolistas y miembros del consejo de fútbol del club Raúl Cascini y Marcelo Delgado con 24 meses de prohibición para ingresar a estadios durante competencias organizadas por la rectora del balompié sudamericano. Las multas para estos funcionarios xeneizes son también de 30.000 dólares.

El asistente en ese entonces del destituido técnico boquense Miguel Ángel Russo, Leandro Somoza, y el actual preparador de arqueros, Fernando Gayoso, recibieron seis y tres encuentros de suspensión y multas de 30.000 y 15.000 dólares, respectivamente.

Lo que habría causado la gresca

La jugada que desató la furia en Boca se dio a los 16 minutos: un centro frontal provocó un rechazo defectuoso del arquero. La pelota le quedó a Weigandt, quien abrió el marcador con un remate potente.

Pero, como en la ida, la Asistencia Arbitral por Video resultó una pesadilla para los xeneises. Primero, Mineiro protestó una supuesta falta previa del lateral, que no existió. Pero el árbitro Esteban Ostojich demoró en reanudar porque la tecnología estaba revisando la acción. El VAR llamó al uruguayo a la pantalla y terminó anulando la conquista. ¿Por qué? Porque entendió que Diego González, en un discutidísimo offside, intentó intervenir antes de la salida del guardameta. Miguel Russo, sacado, protestó airadamente, todo el banco se fue encima de la terna arbitral. Incluso, en el momento de la revisión, hubo un par de refriegas.

Ya en el cotejo en la Bombonera el VAR había sido protagonista de una de las grandes polémicas en el arranque de la nueva temporada. En la parte final de la primera etapa, y tras una gran acción individual del mismo Weigandt, Diego González le ganó a su marcador y anticipó al arquero para poner, de cabeza, el 1-0 parcial en favor de los locales. Luego de varios minutos de incertidumbre, el conjunto brasileño reclamó una falta de Briasco a Silva en la jugada previa al gol del Pulpo. El juez colombiano Andrés Rojas fue a revisar lo sucedido y terminó anulando el tanto del Xeneize a instancia del VAR, que estuvo comandado por el juez paraguayo Derlis López.

Luego de la revisión de lo sucedido por parte de la Conmebol, la organización decidió suspender de manera provisoria y hasta nuevo aviso al referí, y al encargado del video arbitraje.

Pero la polémica se instaló de nuevo en Belo Horizonte. Y terminó con Boca eliminado y con la serie sumergida en un triste escándalo.

(Con información de agencias)

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