Hernán Hoyos se proclamó a sí mismo como escritor de sexo-ficción, más no pornográfico como lo describieron otros por sus textos. Pero escribir abiertamente de la sexualidad en plena mitad del siglo XX en Colombia lo relegó a ser casi un escritor de culto y lo llevó a ser, él mismo, el editor y distribuidor de sus obras.
Hoyos murió en Cali, su ciudad natal, este 5 de octubre a los 91 años, cuando cargaba varias afectaciones de la edad, según informó la emisora Blu Radio. Dejó más de 40 obras publicadas y varias inéditas que lo convirtieron en un precursor de la literatura centrada en la sexualidad en el país.
De acuerdo con el diario El Tiempo, Hoyos vivió en el barrio Alto Nápoles durante más de 30, de la comuna 18 de Cali. Se le recuerda por vestir pantalones remangados, camisas de cuadros y cargar un maletín donde conservaba notas y textos. El escenario de sus obras son las calles de la capital del Valle del Cauca, en las que combina crónicas, entrevistas y novelas.
Según el documental “Hernán Hoyos Un escritor de mala reputación” producido por Carlos Fernando Rodríguez Bejarano, que se encuentra en la plataforma Youtube, el autor logró vender más de 500 mil ejemplares de su obra publicada entre finales de los años 1950 y la década de 1980.
Pero pasó casi desapercibido por la crítica colombiana. Según María Isabel Reverón y Mario Antonio Parra, docentes de literatura y filosofía de la Universidad Autónoma de Colombia, las dificultades del reconocimiento de Hoyos se deben a la época y el género de su literatura.
Señalan, primero, que una de sus obras más conocidas ‘Crónicas de la vida sexual’ se publicó en 1968, justo un año después de que apareciera Cien años de Soledad en Argentina y acaparó la atención. Pero agregan, que en Colombia no había crítica literaria ni editoriales que ampliaran la difusión, y existía una especie de exclusión académica de las temáticas sexuales o pornográficas.
Por esas razones Hoyos tuvo que editar y difundir por sí mismo su obra y hacerse un nombre entre los lectores casuales de Cali y las librerías de segunda mano. Pero a medida del tiempo, títulos como ‘008 contra el Sancocho’, ‘Sin calzones llegó la desconocida’ ‘El tumbalocas’, ‘Frentenalga y careculo’, que componen parte de sus textos, empezaron a ser reconocidos.
Gabriela Alemán, escritora ecuatoriana, reconocida por el Hay Festival 2017 en Bogotá como una de las 30 escritoras latinoamericanas, escuchó el nombre de Hoyos durante el VII Encuentro Luis Vidales en Calarcá en 2014 y se interesó en su obra.
Según contó Alemán en un texto publicado en La barra espaciadora, tenía un proyecto de crear una editorial que reeditara a esos escritores, como Hoyos, relegados y poco reconocidos tanto de Ecuador como del continente, entre los que quiso que estuviera el conocido como ‘Pornógrafo’ o ‘Marqués de Sade’, apelativos que se ganó por sus textos, siempre con el apellido “de Cali”.
La autora de La muerte silva en blues, lo describió como un hombre cortés, conservador y defensor de la Iglesia Católica, que podía cambiar de conversación sobre Pierre Loti al cunnilingus. Según le dijo en su encuentro, vendió 1.500 ejemplares de Crónicas de la vida sexual en 15 días y que su primera experiencia sexual fue a los cuatro años, que recordaba con detalles.
Hoyos llegó a ser conocido en Ecuador, donde se encuentra una tesis de la Universidad Andina Simón Bolívar, escrita por Diana Carolina Gutiérrez, de análisis sobre su obra ‘El tumbalocas’ en relación con la representación del cuerpo. Allí se sustenta la importancia del caleño por ser el primer pornógrafo del ámbito literario colombiano.
Además, se afirma que Hoyos fue uno de los escritores admirados por Andrés Caicedo, con quien comparte el uso de un lenguaje directo que buscaba las expresiones comunes de los caleños. El ‘pornógrafo’ buscaba que su obra llegara principalmente lectores del común como meseros, mecánicos, administradores de negocios, como dice en el documental sobre su vida.
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