Caso Ana María Castro: Informe de Medicina Legal podría dar un giro a la investigación

El pasado 6 de septiembre inició el juicio por la muerte de la joven de 21 años, en las cuales están implicados Paul Naranjo y Julián Ortegón, conductor y copiloto del carro del que habría caído la mujer

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Avanza la investigación por la muerte de Ana María Castro, quien falleció en extrañas circunstancias el pasado 4 de marzo de 2020, tras salir de la zona rosa de la calle 116 en Bogotá, cuando departía con varios amigos. Luego de un año y medio de los hechos, la Fiscalía General de la Nación continúa haciendo revelaciones para dar esclarecimiento al caso, del cual la más reciente, son los traumas que llevaron a la muerte a esta joven, según el informe de Medicina Legal.

Dicho informe, de estudio del cuerpo de la occisa, al que tuvo acceso la revista Semana, indicó que Castro sufrió un trauma de alto impacto en el costado derecho de su cabeza, tuvo fractura en cuatro costilla, del mismo costado, y una laceración hepática; heridas que causaron el colapso de su cuerpo y resultaron en su fallecimiento hacía las 11 de la mañana en el Hospital Simón Bolívar.

Este análisis, que fue realizado por la médico forense, Carolina Rozo, y quien compareció en juicio, el pasado 6 de septiembre, señaló que según lo encontrado en el cuerpo de la víctima, esto corroboraria que ella fue lanzada de un auto en movimiento y descarta la hipótesis de la Fiscalía, que indicó que Ana María hubiera sido posteriormente golpeada por Paul Naranjo y Julián Ortegón.

“Es posible que el trauma del lado derecho, de cara y de cráneo, se hayan generado en un mismo momento con el trauma del tórax y el abdomen: el trauma del cráneo es severo y del tórax también. Hubo heridas en el pulmón y laceración hepática”, sostuvo la médico en la audiencia.
Ana María y Nidia, su madre.

Archivo Particular
Ana María y Nidia, su madre. Archivo Particular

Según la publicación del medio bogotano, las heridas que revelaron el cuerpo de la joven, evidentemente fueron el alto impacto y todas hacia el costado derecho, ratificando que Ana María sí fue arrojada del vehículo en movimiento, momento del cual la Fiscalía tiene un testigo.

“El experto, que será testigo en el juicio, se metió a analizar en detalle ese tipo de lesiones y qué pudo causarlas. Arrancó con la fractura en el cráneo, en su criterio, pocas veces vista. Se trata de una lesión que afectó el lado derecho de la cabeza, cuya fractura dividió el cráneo y se extendió por la base hasta el otro extremo de la cabeza”, señaló Semana.

Además, el experto forense indicó al medio que se trata de “una fractura a nivel craneal que inicia en la región temporal derecha y se extiende por la base del cráneo hasta la región temporal contralateral, así como por la calota hacia la región occipital y parietal. Esta fractura tiene un punto de inicio a nivel temporal derecho, y corresponde a una lesión de alta energía, que no podría haber sido causada con un golpe dado por un ser humano”.

Con respecto a la reconstrucción de los hechos y la investigación de las cámaras de seguridad, se conoció que: el informe señaló: “Se puede concluir que el cuerpo de Ana María se encontraba en la mitad del carril externo (derecho) a una distancia aproximada de metro y medio del andén y no hay evidencia de que esta posición hubiera sido modificada por arrastre o por interacción de terceros”.

Asimismo, el informe al que tuvo acceso Semana, señala que no es posible determinar si Ana María fue lanzada de manera violenta desde el automotor, como tampoco es posible determinar si ella cayó desde su propia altura una vez arrancó el vehículo, episodio que fue expresado por Mateo Reyes, quien acompañó a la joven cuando resultó herida en el asfalto de la Calle 80 con Carrera 69 en sentido oriente-occidente.

Por lo pronto, Semana señala que hace falta más análisis del contexto de esa noche, pues Ana María evidenció una herida en una de sus rodilla, por lo que se podría contemplar la hipótesis que hubiera sido arrollada por un carro, una vez se bajó del vehículo, pues videos de seguridad muestran cuanto otros carros pasan por la escena del crimen.

Esa lesión podría explicar mejor la secuencia de heridas que, de acuerdo con el experto, arrancó en la rodilla, se extendió hasta el tórax con la fractura de cuatro costillas y, finalmente, el trauma craneoencefálico. “No son compatibles con una golpiza sufrida dentro de un vehículo. Corresponde a lesiones de alta energía con un patrón de impacto derecho que probablemente se generaron de forma simultánea al haber sido embestida por un segundo vehículo, que no ha sido contemplado por la Fiscalía”, señaló el experto al medio.

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