La dramática historia de Michell Morales, inició en la mañana del 16 de febrero de 2020, cuando salió con su hijo, de 3 años, Jacobo Monroy Morales, quien perdió la vida, cuando fueron embestidos por el vehículo en el que se transportaba la enfermera María del Mar Arredondo Pérez, conductora que en estado de embriaguez, recorría las calles de la capital risaraldense.
En el lamentable suceso, que causó indignación entre los pereiranos, también estaba la hija mayor de Morales, quien como su madre resultó gravemente lesionada.
Según el parte de las autoridades y la investigación de la Fiscalía, Arredondo manejaba en estado de embriaguez, pues la prueba de alcoholemia practicada al momento del accidente arrojó grado 3. Además, tenía 11 sanciones de tránsito, como comparendos sin pagar, acuerdos de pagos sin cumplir, entre otras.
De acuerdo con Michell Morales, ella se encontraba con sus hijos esperando un bus de servicio público en un paradero de la avenida Sur, de la capital risaraldense, cuando fueron atropellados por María del Mar Arredondo Pérez, de este fatal accidente, ella tuvo serias lesiones en sus piernas, de las cuales un año después del suceso, aún continúa en proceso de recuperación.
En diálogo con el diario El Tiempo, Morales indicó que su caso está en proceso aún, pues con la llegada de la pandemia, ahora está a la espera de la segunda audiencia contra Arredondo, quien fue cobijada con casa por cárcel y permiso para trabajar, una medida preventiva tras el trágico accidente, pero ante ello, ella sigue esperando justicia por la muerte de su pequeño Jacobo.
En una pasada entrevista con el mismo medio, luego de un mes del accidente, la madre señaló que es consciente que a su hijo no se lo pueden devolver “pero soy clara que sí quiero esclarecer todo, así sienta inmenso dolor por no tener más a mi hijo Jacobo”, expresó la mujer.
Además, en aquel entonces, manifestó: “ha sido un proceso muy difícil, Jacobo era mi luz, ahora todo ha cambiado.Personas como esta mujer, en el mundo, hacen que los sueños se frustran tanto para la persona que mata, que en este caso, fue mi hijo y para uno como madre. Se apaga una ilusión”.
En cuanto a su salud, Morales sufrió fracturas en su cadera, fémur, omóplato, en seis costillas y se le perforó un pulmón, según el pronóstico médico estuvo al borde de la muerte y ha pasado por un largo proceso de rehabilitación, luego de estar dos meses y medio en la clínica, le han practicado cinco cirugías y continúa con terapias en sus extremidades. Morales pidió que se haga justicia y que envíen a Arredondo a la cárcel.
Un año y medio después del accidente, El Tiempo en seguimiento al caso habló nuevamente con la madre y ésta les manifestó que no ha tenido apoyo económico por parte de la culpable de su estado de salud.
“Nunca me ha buscado. En la última audiencia me mandó a decir con la secretaria del abogado que ella no tenía cómo ayudarme económicamente y que lo único que tenía era ese carro, el mismo con el que mató a mi hijo y que me dejó así. Yo no estoy esperando una reparación, yo solo quiero que se haga justicia”, dijo Morales a El Tiempo.
Asimismo, reclamó justicia, pues indicó que Arredondo siguió con su vida desde su casa, “las autoridades hicieron todo mal, faltaron pruebas y el peso de la justicia”, señaló la víctima.
De este caso se conoce que María del Mar Arredondo aceptó el delito de homicidio culposo, llegó a un preacuerdo con la Fiscalía y se le dio el beneficio de casa por cárcel y rebajas en la pena. Decisión que fue apelada por la abogada de Morales.
Por su parte, Johana Pérez, amiga de la víctima, dijo que Jacobo era el angelito de la casa, “pero desgraciadamente por culpa de los tragos y de una mujer irresponsable mire lo que pasó. No era justo que le dieran prisión domiciliaria, ella debe estar tras las rejas. Tiene antecedentes de tránsito, pero siguió como si nada disfrutando de su vida”.
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