La migración venezolana comenzó hace varios años atrás, todo se dio debido a los problemas que han tenido que superar los ciudadanos a causa del régimen venezolano, pobreza, violencia, falta de democracia y demás. Hoy día se calcula que ya son más de seis millones de venezolanos refugiados y migrantes en el mundo, de los cuales 4,9 millones están en zonas de Latinoamérica y el Caribe. Y de la región, Colombia es el país que más acogido, de acuerdo con el Dane, actualmente reside un promedio 2,1 millones de personas que provienen de Venezuela al interior del país.
La migración de venezolanos por el mundo se acentuó en agosto de 2015, cuando el régimen de Nicolás Maduro expulsó a las personas de nacionalidad colombiana que estaban en ese país. Desde entonces, se convirtió en el segundo fenómeno de movilidad humana más grande del mundo, después del exilio de los ciudadanos sirios por la guerra. En cifras, la situación de los venezolanos es, incluso, de mayor magnitud que la de los migrantes de Afganistán.
Este fenómeno social ha sido muy complejo pues, pese a que existen políticas al interior de los países para ayudar a los migrantes, en muchas ocasiones se han convertido en blancos de los comentarios, critica y rechazos, además, de llegar a territorios que no siempre les ofrecen las mejores oportunidades. Los más afectados por esta situación resultan ser los menores, que desde muy corta edad deben adaptarse a una nueva cultura, a la necesidad y sin entender sufren las consecuencias del desplazamiento.
En Colombia lo menores, sin importar su nacionalidad son recibidos en los colegios públicos, pues la constitución protege sus derechos y de esta forma se trata de mitigar las carencias que tienen los niños y niñas, en este caso de nacionalidad venezolana. Sin embargo, los menores tampoco han sido ajenos a los comportamiento xenófobos que se han venido exacerbando, así lo dejó ver el director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (CMPR) en Bogotá, José Antequera Guzmán, a través de Twitter.
Antequera Guzmán compartió una triste y diciente imagen que deja a luz el rechazó que están recibiendo los menores en el entorno. El dibujo que fue publicado en redes fue el resultado de una actividad de la entidad con estudiantes de un colegio de la localidad Ciudad Bolívar.
Lo que más llamó la atención de los internautas y del director fue el mensaje que acompaña el dibujo en el que el niño escribió “A veces, nadie quiere jugar conmigo porque soy venezolano”.
Conmovido por la situación José Antequera Guzmán, hizo una reflexión sobre lo que se esta viviendo en el país: “Hoy hicimos un taller en un colegio de Ciudad Bolívar y una de las dinámicas era preguntarnos sobre lo injusto. Un niño dibujó este monumento a la injusticia y a la tristeza”, señaló Antequera en el texto, asombrado por el profundo significado del dibujo; y agregó: “Dibujó y habló porque resiste en una ciudad que le debe sus colores a los éxodos que la atraviesan”.
De acuerdo con Revista Semana, con corte a julio de 2021, Bogotá acogió en su sistema educativo oficial a 52.775 estudiantes migrantes provenientes de Venezuela.
“Estas estrategias de atención a población estudiantil migrante y sus familias permiten reconocer los impactos y los desafíos colectivos en la construcción de comunidades educativas inclusivas, abiertas, reflexivas e interculturales”, según la Alcaldía de Bogotá.
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