En una entrevista con María Alejandra Villamizar para el Canal Caracol, Paloma Valencia, precandidata por el partido político Centro Democrático, habló, entre otras cosas, de lo negativa que, según ella, podría ser la victoria de Gustavo Petro en las elecciones del 2022. Según la funcionaria, mantener al partido que representa en la presidencia no significa reelegir a Duque, así mismo, confesó que ser presidenta no la desvela, y que solo espera que el país ‘quede en buenas manos’. Aseguró que le preocupa la pobreza, y habló de lo que significa ser mujer en el mundo de la política. “El uribismo más que un partido es una certeza”, sentenció.
“A mí no me gusta que quien ha empuñado las armas contra los colombianos llegue a la Presidencia. Yo creo que la política exige buscar nuestros mejores hombres y nuestras mejores mujeres. Entiendo que la sociedad perdone y haya decidido amnistiar. Lo segundo es que me preocupa mucho el populismo con el que uno lo oye y sobre todo los mensajes de odio de quienes lo acompañan. Expresiones como ‘hay que acabar con el uribismo’, ‘entiendo que se sienta orgulloso de ser uribista’ (…) Cuando usted construye identidades diciendo que hay que acabar lo otro a mí me da miedo”, manifestó la senadora cuando la comunicadora la cuestionó por la candidatura de uno de los más acérrimos detractores de la administración de turno.
En la entrevista, que se hizo pública en una de las más recientes emisiones del noticiero, Valencia argumentó que su mayor consternación respecto al panorama del país tiene que ver con las cifras que indican que 7,5 millones de colombianos se encuentran en la clasificación de ‘pobreza extrema’. “Creo que nos debería mover a todos, porque este es un país de ingreso medio y no es aceptable que tengamos gente viviendo en las condiciones en que están viviendo los colombianos”, destacó la también abogada que, a su vez, calificó la corrupción como algo ‘asqueroso’.
La senadora señaló que la justicia en el país es ‘inoperante’, y que delitos como el mencionado, anteriormente, tiene una impunidad del 96%, es decir, según sus cálculos, de cada 100 corruptos 3 o 4 pagan sus culpas en prisión. Por el otro lado, para Valencia la pandemia marcó, sin duda, un punto de quiebre en la historia del país, pues, además de las medidas que obligó a adaptar en la comunidad respecto a salud y bioseguridad, la enfermedad hizo que de dos y medio millones de microempresas del país se quebraran 520 mil. “Uno se pregunta ¿Qué va a pasar con esas familias?”.
Respecto a la gestión de Duque sobre estos temas, la senadora asegura que, así cómo hubo aciertos, hubo también varios desaciertos: “Ha tenido equivocaciones, ha tenido aciertos. Sin embargo, creo que nuestro proyecto político comparte un ideal. (...) Quiero ser presidente de Colombia, pero si no lo soy tampoco me desvela. No creo que esté quemada en la política, pero iré viendo qué alternativas hay. Lo importante para mí es que el país quede en buenas manos”.
La periodista, en medio de la conversación, cuestionó a Valencia respecto al cambio de la percepción que existe sobre el uribismo, según las apreciaciones que dejó en evidencia, de acuerdo con encuestas realizadas a lo largo del año, el uribismo del 2002, o del 2010, es muy diferente al que hoy gobierna.
La senadora explicó que el uribismo, más que un partido ‘es una certeza’. “El uribismo (...) es que uno fue testigo de un milagro, cuando teníamos un país secuestrado por la violencia, sin ninguna posibilidad, muchos ciudadanos fuimos capaces de decidir cambiar y cambiamos. (...) Miro las circunstancias actuales y el uribismo lo que me da es la luz interior, la certeza absoluta de que esta crisis la podemos superar y entonces si me pregunta si el uribismo está pasado de moda, el uribismo está acabado, yo le diría que no, porque el uribismo es una fuerza interior de saber que se puede”.
Seguir leyendo: