El Instituto Nacional de Vías (Invías) confirmó a través de sus redes sociales un nuevo cierre preventivo en la vía que conecta a Bogotá con Villavicencio. La decisión se tomó a causa de las fuertes lluvias que se registran en ambas regiones del país en este momento.
Como ya había sucedido el pasado 27 de agosto, la medida afecta a todos los carriles del kilómetro 58 de la vía, que ya había sido protagonista de otro cierre tras la caída de una enorme roca que imposibilitó parcialmente el paso por ese tramo. En este momento se desconoce cuándo se retomará el servicio por ese corredor.
Puesto en palabras de la entidad: “la vía Bogotá - Villavicencio presenta cierre total preventivo por fuertes lluvias en el km 58, las autoridades del sector trabajan en restablecer la movilidad, tiempo de apertura en verificación”.
Según reportó Coviandina, concesionario de la vía, las autoridades retomaron las labores de limpieza sobre ese tramo hacia las 8:45 de la noche, con el fin de habilitar el tráfico vehicular en el menor tiempo posible. No obstante, las dificultades les obligaron a buscar alternativas pocos minutos después.
“¡Atención! Las autoridades inician pasos alternos en el K58+000 con el fin de evacuar los vehículos represados en el sector. Transite con preocupación y esté atento a las recomendaciones del personal autorizado. Seguiremos informando”, reportó la misma organización hacia las 9:14 de la noche.
No hay que olvidar que los numerosos bloqueos que ha presentado esa sección de la vía obligaron al Gobierno nacional a acelerar el proceso de licitación para construir un viaducto que solucione el problema de manera determinante.
El mismo había iniciado el pasado 14 de julio. Posteriormente, la suspendió con el objetivo de evaluar las observaciones técnicas, jurídicas y administrativas presentadas por los interesados, asegurando que lo que se busca es garantizar los estándares técnicos y de calidad que regirán el proyecto.
Una vez concluyó ese análisis de las observaciones por parte de expertos del Invías y la Sociedad Colombiana de Ingenieros, y tras realizar seis mesas técnicas para abordar temas relacionados de hidráulica, hidrología, geología y geotécnica, entre otros, la entidad realizó una audiencia de socialización y retomó el cronograma de la licitación.
El siguiente avance se reportó el 9 de septiembre, cuando el Ministerio de Transporte confirmó que en total nueve empresas expertas en ingeniería, tanto nacionales como internacionales, presentaron tres ofertas económicas para realizar la construcción de la obra, clave para la conectividad entre los llanos orientales y el centro del país.
La misma consta de 750 metros de longitud, requerirá de una inversión total de $150.000 millones y generará por lo menos 1.100 nuevos empleos. Igualmente se sabe que debe quedar adjudicada el próximo 6 de octubre y completamente entregada para el 31 de julio de 2022.
Esa última fecha, sin embargo, sigue siendo motivo de discusiones, pues de acuerdo con la Cámara Colombiana de Infraestructura, no es realista. Según explicó en una carta el presidente de esa agremiación, Juan Martín Caicedo, el plazo de ejecución es “irreal frente a la gran envergadura y complejidad de las obras a ejecutar”.
Lo anterior, a causa de una serie de factores clave que obstaculizarían el desarrollo de la obra como pretenden en el Invías y el MinTransporte, siendo el primero de estos, el de la gestión predial necesaria para iniciar la obra.
La misma, requieren esas entidades, debe quedar lista en 60 días calendario. Plazo que no es realista para Caicedo, entendiendo que el proceso de adquisición de un predio pasa por distintas etapas como el estudio del mismo, la negociación que lleva a la compra, la entrega adelantada en caso de que el paso previo tenga un éxito sobresaliente o el pago en condiciones normales. Si algo no va de acuerdo a los planes, se entraría en una etapa extra de enajenación que alarga todo el procedimiento.
Adicionalmente, están los factores ambientales pues, en palabras del presidente de la CCI: “Se deben considerar las condiciones climáticas y el estado actual de la zona a intervenir que presenta una gran inestabilidad, circunstancia que obligará al contratista a atender las emergencias que se presenten en el corredor vial, y que sin duda alguna tendrán incidencia en el tiempo de ejecución de las obras”.
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