El empresario Enrique Vives Caballero, quien arrolló a siete personas mientras conducía en estado de embriaguez en Santa Marta, tuvo que ser trasladado a la penitenciaria de Cartagena por el hacinamiento carcelario y, al parecer, para garantizar su seguridad.
Según confirmó el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC, en la mañana de este 22 de septiembre, Vives será trasladado al Establecimiento Penitenciario Carcelario de Cartagena San Sebastián La Ternera, donde deberá cumplir la medida de aseguramiento impuesta en su contra por haber presuntamente causado la muerte de seis jóvenes en la madrugada del pasado 13 de septiembre.
Vives Caballero, después de tratar evadir a la justicia por su supuesta condición médica, se encontraba recluido desde el pasado 20 de septiembre en la cárcel Rodrigo de Bastidas de Santa Marta. Sin embargo, ese centro de reclusión del Magdalena presenta un hacinamiento del 176%, de acuerdo con las cifras del INPEC.
El Centro Distrital de Reclusión de Santa Marta, conocido como Rodrigo de Bastidas, tiene una capacidad para 312 reclusos pero actualmente tiene una población de 861 personas, es decir, una sobrepoblación de 549 presos.
Esa sería la razón del traslado de Enrique Vives Caballero, quien se encontraba en el área de sanidad del penal Rodrigo de Bastidas, no había sido trasladado a ningún pabellón ni se le había asignado celda, debido al hacinamiento. Se espera que en la nueva cárcel de Cartagena, sí cumpla con las condiciones para mantenerlo en reclusión.
De acuerdo con el INPEC, el recluso deberá cumplir con un aislamiento preventivo de 14 días, debido a los protocolos de bioseguridad establecidos por el Ministerio de Salud, para posteriormente ser ubicado en un pabellón en la cárcel La Ternera.
“Surtido el aislamiento y asignado a un pabellón, el Privado de la Libertad se acogerá al Reglamento de Régimen Interno del Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario de Cartagena, donde se le brindarán todas las condiciones de seguridad pertinentes”, señaló la autoridad penitenciaria.
Sin embargo, había trascendido otra razón del traslado que no ha sido confirmada oficialmente por las autoridades penitenciarias o la personería de Santa Marta. De acuerdo con la emisora Caracol Radio, Enrique Vives también presentaba riesgo de seguridad en la cárcel Rodrigo de Bastidas.
Al parecer, un grupo de reclusos del penal estaba a la espera de que el empresario saliera a uno de los patios de la cárcel para atacarlo, en represalia al accidente de tránsito por el que es juzgado, en el que murieron seis jóvenes y el único sobreviviente permanece bajo estricto cuidado médico.
La emisora también conoció que las nuevas decisiones de los jueces completaban la capacidad de la Cárcel Distrital de Santa Marta, por lo que las autoridades penitenciarias están a la espera de obras de ampliación de las sedes del penal.
Así mismo, este miércoles se dará continuidad a la audiencia, luego de que fuera aplazada la realizada el martes, en la que se escucharán los argumentos de la Procuraduría y la Fiscalía sobre la solicitud de impugnación de la defensa de Vives Caballero, que busca sacarlo de prisión.
Vives podría salir de la cárcel próximamente si se declara nula la medida de aseguramiento. Lo anterior debido a que Álex Fernández Harding, defensor del presunto victimario, impugnó la decisión de la juez y pidió que el caso sea archivado y el hombre se remita a terapia psicológica.
Esta no es la primera vez que la defensa de Vives pide esto, pero para las víctimas, e incluso miembros de la Fiscalía General de la nación y la Procuraduría General de la Nación, estas son formas de dilatar el proceso. Incluso, la semana pasada una comisión lo visitó en la clínica donde era atendido para revisar su estado.
La medida de aseguramiento fue impuesta en contra de Vives por considerar que es un riesgo para la sociedad y porque se acogieron los argumentos de que podría evadir el proceso judicial, luego de que se incumplieran las órdenes de los jueces para no realizar su traslado, mientras la defensa lo llevó a una clínica psiquiátrica.
SEGUIR LEYENDO: