Un acto de intolerancia se presentó en la madrugada de este miércoles 15 de septiembre contra la fundación Entre Dos Tierras, en Bucaramanga, y la cual fue atacada con piedras por una mujer, cuya identidad todavía se desconoce.
“Esto se llama daño en bien ajeno... Hoy a las 3:28 de la mañana fuimos víctimas de este ataque, no entendemos por qué lo hizo, no sabemos quién lo hizo, sabemos que su brazo izquierdo esta enyesado. Como dijo una buena amiga: y no íbamos a salir siendo mejores personas después de la pandemia?”, escribió la entidad a través de su cuenta en Instagram, junto al video en el cual quedó registrada la agresión.
En los videos de seguridad se puede observar a una mujer, vestida con gorra verde, pantalón negro y sudadera gris, quien se acerca hasta las instalaciones y empieza a tirarle piedras en repetidas oportunidades. El establecimiento es reconocido en Bucaramanga por brindarle alimentos a decenas de migrantes venezolanos que día a día se acercan buscando apoyo.
Según explicó la directora de la fundación, Alba Pereira, en diálogo con Vanguardia, los empleados fueron los primeros en enterarse de los daños, cuando se llegar al sitio sobre las 4:00 a.m. para iniciar con las labores de cocina. La ventana quedó “descuadrada” y debió ser reparada en su totalidad, según manifestó, además, no hay conocimiento sobre los detonantes del ataque, pues se cree que la agresora no estuvo en las instalaciones del lugar.
“No tenemos ni idea. Esa persona no mueve el brazo izquierdo, ampliamos la imágenes y se logra percibir que tiene un yeso. Desde que estamos en esta sede no hemos atendido personas enyesadas, dudamos que sea algún beneficiario. No sabemos el porqué de la retaliación contra la sede... Lo único claro es que tenemos que seguir hacia adelante con nuestro trabajo”, expuso Pereira al citado medio.
El objetivo de ‘Entre Dos Tierras’ es brindar asistencia, apoyo y orientación dentro de la urgencia que la crisis humanitaria venezolana ha generado. En total cuentan con 23 voluntarios, permitiendo brindar cerca de 10.000 ayudas mensuales. “La gente llega, se registra, entra y come. No se permite sacar alimentos del salón. Contamos con protocolos de bioseguridad y se les exige la documentación para hacer el registro”, añadió su directora.
Los principales moradores son los venezolanos caminantes, quienes reciben dos comidas diarias, de lunes a sábado, durante su estadía. Además, esta cuenta con cobertura en tres rutas humanitarias, asistiendo a los migrantes en la vía, y resolviendo asuntos de registro civil, identidad, estatus migratorio, asuntos funerarios, defensa y acompañamiento en derechos humanos, de acuerdo a lo expuesto en el portal web.
Antecedentes de amenazas:
En los últimos años, la fundación ha sido víctima de amenazas por parte de diversos sectores, que critican su labor social. Por ejemplo, en julio del 2019, esta recibió un panfleto, que se atribuyó al Bloque Central de las autodefensas, y en el cual se solicitó que los establecimientos que tuvieran venezolanos como empleados debían remplazarlos.
“Llegó la hora de la limpieza para todo Bucaramanga. Gamines y ladrones, que por lo general son venezolanos, van para el piso, al igual que quien los acoja. [...] Quien los acoge está de acuerdo con al delincuencia”, se lee en el comunicado difundido por aquel entonces.
A raíz de las persecuciones adelantadas por algunos funcionarios de administraciones pasadas, las intimidaciones de grupos al margen de la ley y las agresiones de algunos vecinos, la fundación había tomado la decisión de cerrar sus puertas a principios del 2020. Sin embargo, la directora informó que la medida era temporal, y tiempo después volvió a entrar en funcionamiento.
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