Este 13 de septiembre, ante la justicia de los Estados Unidos, seis colombianos se declararon culpables de delitos asociados al narcotráfico. Los criminales confesaron su participación en el envío de cocaína al cartel de Sinaloa, en Oaxaca (México), desde el Pacífico colombiano, y sus roles incluían, entre otros, la supervisión del proceso de fabricación de submarinos para el transporte de sustancias ilícitas.
Conforme con el Departamento de Justicia estadounidense, los confesos delincuentes utilizaron narcosubmarinos para transportar 19.000 kilogramos de cocaína. Tres de las embarcaciones en mención fueron interceptadas en aguas internacionales por el país norteamericano en julio y agosto de 2015, con 6.900 y 6.845 kilogramos de cocaína, así como en marzo de 2016, con 5.824 kilogramos.
Los procesados, que aceptaron “acusaciones que van desde conspirar para distribuir al menos cinco kilogramos de cocaína en una embarcación sujeta a jurisdicción estadounidense, hasta conspiración para importar cocaína a Estados Unidos”, según la agencia AP, deberán afrontar condenas que van de los 10 años de prisión a la cadena perpetua.
Se trata de Fernando Pineda Jiménez, alias Padrino; Luis Ernesto Pérez Quevedo, alias Acuerpado; Adrián Luna Muñoz, alias Vaca; Yesid Eduardo Torres Solís, alias Perro; y Héctor Ruiz Angulo, alias Maestro. A ellos se suma, Rodrigo Pineda Pérez, conocido como Gordo Balín, condenado a 11 años tras las rejas, dado que ya se había declarado culpable.
Gordo Balín, capturado en 2018, era comerciante en Cali: se dedicaba a la venta y alquiler de maquinaría pesada, pero también era el encargado de supervisar la construcción de semisumergibles autopropulsados (narcosubmarinos) para el transporte de la cocaína desde Nariño hasta Altamar. Cada uno tenía capacidad de carga de siete toneladas.
Ese año, uno de los investigadores del caso afirmó en conversación con el periódico El Tiempo, que Pineda Pérez:
“Negociaba con carteles colombianos y mexicanos la construcción de los semisumergibles. Se comprometía a entregarlos en cuatro meses y cobraba dos millones de dólares por cada embarcación”.
Entretanto, alias Padrino, primo de Gordo Balín, es el menor de la estructura (40 años) de la cual es el líder; fue capturado en 2019 en Surinam, desde donde al parecer enviaba cocaína a Europa, tomando a Brasil como escala. “Durante el proceso investigativo además se capturaron 35 personas, pero no se había ubicado a los cabecillas, que hoy tenemos plenamente identificados como los primos Pineda, solicitados en extradición por la Corte del Distrito Medio de Florida”, dijo, en 2018, el entonces director de la Policía Antinarcóticos de Colombia, el general Fabián Cárdenas Leonel.
En ese entonces, también cayó otro sujeto dedicado al narcotráfico, Alonso Torres Pineda, alias Galletica, “el otro cerebro de la organización que se encargaba de contactar a los ingenieros y la mano de obra necesaria”, explicó el general Cárdenas. Galletica, de hecho, es uno de los integrantes de la banda que aguarda sentencia en los Estados Unidos.
Entre los acusados también sobresale Jimmy Riascos Riascos, condenado a 24 años de prisión en enero de 2020.
ABATIDOS, SIETE PRESUNTOS INTEGRANTES DEL CLAN DEL GOLFO
Este 13 de septiembre, las autoridades colombianas informaron que siete presuntos integrantes del Clan del Golfo, estructura armada dedicada a las rentas ilegales, entre ellas el narcotráfico, murieron en enfrentamiento con el Ejército Nacional, en Antioquia. Dos sujetos más fueron capturados.
“La acción ofensiva de nuestra Fuerza Pública permitió la neutralización de nueve sujetos, dando un golpe definitivo a la subestructura Edwin Román del Clan del Golfo, nueve criminales menos de esa organización haciéndole daño a los antioqueños”, sostuvo el ministro de Defensa, Diego Molano Aponte, agregando que los neutralizados operaban en los municipios de Ituango, Tarazá y Valdivia.
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