Mariana Pajón, quien se ha coronado campeona de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016, subcampeona de Tokio 2020 y múltiple campeona de los distintos eventos que hacen parte del ciclo olímpico, protagonizó la edición número 139 de Actualidad Olímpica, el programa institucional del Comité Olímpico Colombiano. Pajón, en este evento habló de su primera medalla olímpica: el oro de Londres 2012.
“Una locura, a mí me cambió mi vida por completo. Primero, yo no sabía que Colombia entera estaba viendo mi medalla, no sabía que habían parado los colegios, universidades, centros comerciales, aviones y aeropuertos… Todo fue una locura, el saber lo que estaba pasando en Colombia. Yo simplemente era una niña de Medellín y había soñado con alguna vez ser campeona, pero no de esa forma”.
Sin embargo, como relató la bicicrosista, tuvo que afrontar una serie de cambios rudos en su vida y, por ende, su en entorno entero. “Desde Londres la vida me cambió y tuve que aceptarlo. Yo era una niña a la que no conocían mucho y de pronto me convertí en alguien a quien todo el mundo conocía. Mi vida se volvió pública y eso fue algo difícil de manejar, porque mi sueño siempre fue ganar una medalla olímpica, pero nunca me imaginé que eso iba a traer un montón de cosas a mi alrededor”.
Además, la atleta colombiana dio a conocer el lado difícil de su deporte, como presión, lesiones, ansiedad y demás, es algo que un deportista de élite debe manejar día a día. “Entrenas cinco años, te levantas y sobrepasas un montón de cosas para 45 segundos en los que puede pasar cualquier cosa y nosotros somos conscientes de ello e igual nos embarcamos en esto. Puede pasar cualquier cosa, pude haber ganado una medalla, ni siquiera haber pasado a la final o pude haberme caído. Todo lo que se hiciera en estos juegos era ganancia y nosotros sabemos que es complejo, así es nuestro deporte”.
Y añadió que: “Siempre va a haber nervios, diría una mentira si dijera que no hay. Uno está ahí ‘paniqueada’, literal. Con muchos nervios y mucha ansiedad. Uno se va al futuro y se imagina qué va a pasar y si no se consigue una medalla uno se pregunta ¿Qué van a decir los demás? ¿Si me caigo? ¿Si no me va bien? Pasan muchas inseguridades y uno tiene que ser muy consciente de ello, si eres consiente puedes ganarle la batalla a eso nervios y ponerlos a tu favor”.
Asimismo, Mariana Pajón, luego conseguir las medallas de Oro en Londres, Río y también los diferentes logros en los respectivos ciclos olímpicos, entró en una etapa difícil de su carrera deportiva: “El 2017 fue muy positivo, pasaron cosas muy chéveres en mi vida, no solamente en mi carrera deportiva. Luego me embarqué en un 2018 que no sabía que iba a ser así. Primero, tuve una mononucleosis muy fuerte, estuve siete meses luchando contra esta enfermedad y no sabíamos qué me pasaba: el rendimiento bajó un montón (…) Así empezó mi 2018 y luego, en la Copa Mundo de Holanda, fuimos con la selección y llegó la lesión de rodilla, la más fuerte de mi carrera en cuestión de tiempo, recuperación y dolor. Hasta ahí llegó mi 2018”.
Aunque Mariana Pajón sufrió de una fuerte lesión, esta no la dejó fuera de las grandes competencias, ni permitió bajar su rendimiento. “Con esa lesión pensé por primera vez si ya era suficiente, si ya había ganado suficiente y si ya era momento de parar”.
Frente a esto agregó que: “Sin embargo, sabía que se venían esos Juegos Panamericanos (Lima 2019) y decidí seguir, sin importar el resultado. Esos juegos fueron como el punto en el que vi que tenía una nueva motivación a pesar de no saber qué iba a pasar con mi carrera. Estaba al 65, 70 por ciento, cuando llegué a Lima, pero cuando conoces el camino es un plus muy grande y, por más fuerza que te falte, si pones todo en su lugar, funciona (…) Estar ahí compitiendo y representando a Colombia me motivó bastante”.
Por su parte, además de la lesión, se presentó un evento inédito en la historia: una pandemia pondría al mundo entero en cuarentena, interrumpiendo, así, la preparación de los atletas de cara a las justas olímpicas de Tokio.
“Luego de los Panamericanos y algunos campeonatos mundiales me di cuenta que me faltaba mucho para llegar a los Juegos Olímpicos. Luego, por la pandemia, empezaron a hablar de una posible cancelación y creo que fui la única atleta en el mundo que pensó: ´si quiera aplazaron esos juegos, fui la única que lo celebré. Estaba preparada y motivada para afrontar unos juegos, pero sabía que eso no me iba a llevar a ningún lugar si no estaba preparada a nivel físico”.
El ciclo olímpico llegaba a su fin y llegó el momento de volar a Japón, a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. “Nosotros nos concentramos primero en Bogotá, estuvimos una muy buena temporada allá, en esa gran pista, y luego fuimos a Estados Unidos y ya sabíamos que todo se estaba acercando. Cuando te llega el uniforme con el que vas a competir, el casco pintado y la bicicleta tricolor, ya sabes que se acerca eso por lo que esperaste durante cinco años (…) Cuando llegamos a Japón, estuvimos en una ciudad cercana antes de llegar a la Villa, ahí ya entras a la realidad de los Olímpicos (…) Aunque sabíamos que eran unos juegos atípicos, los disfrutamos mucho. La unión y hermandad de todo el equipo colombiano fue muy grande”, aseguró Pajón.
Además, Mariana Pajón contó lo qué ella, y el equipo de BMX, preveían para su participación en la prueba de BMX Racing de Tokio y lo que en realidad pasó: “Siendo honesta, el gran reto mío era llegar a la final de los Juegos Olímpicos. Esto, por mi historial, porque, antes de esas Copas Mundo en Bogotá, yo no había pasado a finales de Copa Mundo, entonces se veía un poco complejo poder llegar a pensar en una medalla. Me tocaron unos cuartos de final muy fuertes y una semifinal de la ´muerte´ (…) Cuando me veo siendo plata, duré un momento hasta que reaccioné y me dije que aún podía alcanzarla (a Bettany Shriever), reaccioné un poco tarde, pero me fue muy bien. Lo más bacano y bonito de todo es que lo di todo en la pista, pasé la meta y no podía dar un pedalazo más”.
La deportista olímpica recordó lo que vivió al ganar su tercera medalla en unos Juegos Olímpicos. “Para mí fue más lindo, incluso, que los dos oros anteriores, porque tuve que pasar muchísimas más cosas, no solamente físicamente, sino también emocionalmente por todo lo que yo viví antes de llegar a unos Juegos Olímpicos. Salió de mis hombros muchísimo peso que no era totalmente positivo, que me costó llevarlo (…) darle felicidad a mi esposo, a mi familia que estaba en Colombia, a todo el equipo que confió y a todos los que creían en que se podía lograr algo así fue muy lindo (…) yo con esta plata no perdí, gané muchísimo porque no tenía posibilidades de estar 12 años en ese nivel, no es fácil”.
Por último, Mariana no olvidó a quienes siempre la apoyaron: “mi familia ha sido todo, han sido mis principales motivadores, los que han estado acompañándome desde que era una niña soñadora, desde que quería ser la mejor del mundo. Ellos sí creyeron en mí, me apoyaron, dejaron todo y abandonaron muchos sueños, incluso propios, para acompañar los míos y que yo cumpliera los míos (…) Ellos han sido fundamentales y son los que me hicieron a mí y me acompañaron para llegar a conseguir lo que he conseguido y, aún más importante, para aportarme más como Mariana, no como la medallista olímpica”.
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