En la tarde de este viernes 10 de septiembre se celebró la audiencia en contra del coronel Óscar Alexander Amado y el sargento Pablo Alieser Caro del Ejército, acusados de participar en una red de tráfico de armas que proveía a grupos armados ilegales. Con esas acciones, habrían facilitado el atentado que acabó con la vida de seis policías y dejó heridos a otros 42 en la estación San José, en Barranquilla, el 27 de enero de 2018.
Junto a los uniformados también se acusó a tres civiles —Manfred Pereda Rivas, Albenio Lozano Pretelt, y Neiky Torres Perea— que participaron en la red de venta de armas, explosivos, municiones y uniformes de uso privativo de las fuerzas militares. La misma tenía influencia en numerosas ciudades del país, incluidas Barranquilla, Bogotá, Cali, Medellín y Tolima, según la acusación hecha por la fiscal 156 de la Dirección Especializada contra el Crimen Organizado (Decoc).
La misma funcionaria declaró que los uniformados ponían en riesgo la seguridad nacional al vender armas al Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las Farc y varios otros grupos armados organizados que tienen presencia en Colombia. “Toda esta investigación tuvo origen con el fin de identificar e individualizar el modo operandi del grupo delictivo ELN, que nos llevó a establecer que no solo le vendían a ellos sino a GAOR y a disidencias”.
Uno de los factores determinantes para poder continuar con ese proceso fue la incautación en Melgar, Tolima, de 14.800 cartuchos de varios calibres el 4 de noviembre de 2020, en lo que se conoce como el segundo decomiso más grande de este tipo de implementos en los últimos diez años.
Tras esto, se logró determinar que la red de tráfico de armas sacaba los implementos del Cantón Militar de Tolemaida hacia una habitación arrendada por los dos uniformados. Desde allí era empacada y enviada a sus destinatarios por medio de servicios de mensajería. También usaban un procedimiento similar para traficar estupefacientes, indicó la representante del ente acusador.
Valga recordar que, el coronel Óscar Alexander Amado fue capturado el pasado 9 de septiembre en el Cantón Norte de Bogotá por miembros del CTI de esa entidad y apoyo del Grupo Investigativo Decoc de Barranquilla y la Sala Zeus de esa misma ciudad.
“Dentro de esta organización criminal se encuentra personal activo de las Fuerzas Militares, quienes utilizan sus cargos para delinquir en dicha actividad. Así mismo, utilizan servicio de transporte de encomienda para los envíos a diferentes partes del país”, asegura la información del CTI.
Igualmente, informó que durante el operativo incautó $18.900.000, 800 cartuchos de 9 mm, 76 cartuchos de diferentes calibres, doce celulares, un computador portátil, tres documentos de identificación de otras personas, y 800 gr. de marihuana.
Sobre Amado se sabe que es el director de Bienestar y Familia de la institución, rama del Ejército dedicada a “asesorar al comandante del Ejército en el diseño de políticas y estrategias para el personal de oficiales, suboficiales, soldados y civiles con el propósito de fortalecer la unidad familiar y el bienestar, mediante la implementación de programas de atención psicosocial, asistencia social, educación, bienestar y recreación que coadyuve al mejoramiento de su calidad de vida”.
También había estado en otras unidades como el batallón Vencedores de Cartago (Valle del Cauca), del cual fue comandante en 2017 y según El Tiempo, fue director de la Escuela de Entrenamiento y Reentrenamiento Táctico del Ejército. Según el diario, durante su gestión se incrementaron los cursos para aumentar las capacidades operacionales de los uniformados en misiones de seguridad.
El sargento Caro, por su parte, es ayudante del Comando del Batallón Especial Energético San Carlos, Antioquia y fue capturado en la 4 Brigada de Medellín.
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